Él estaba seguro que si seguía caminando en círculos sobre el pavimento del estacionamiento terminaría por cavar un gran y profundo hoyo. Pero no podía evitarlo. Esta noche no solo iría a su primer "convivencia laboral" sino que sería su ultimo día en esa empresa. La carta de renuncia dentro de su saco ya estaba lista. Y no sentía arrepentimiento ni lamentaciones.
Quería darle todo a su familia y que se sintieran orgullosos de él. Sinceramente, en ese lugar nunca lo conseguiría.
Apretando el botón del elevador y acomodando su ajustado saco, las puertas se cerraron para enfrentar la realidad. Jimin le había dicho que siempre tratara de ser él, y la seguridad se adquiría conforme más tiempo pasase allí. Pero era una vil mentira, estuvo veinte minutos en el estacionamiento y la seguridad no llegaba.
Cerrando los ojos y ocultando sus gafas rotas por el ataque de colita del "señor tiranosaurio rex" tendría que usar lentes de contacto. A Jungkook nunca le gustaron porque eran incomodos y francamente terminaba por desesperarse para colocarlos. Sin embargo, hoy quería mostrarse a esos idiotas que ya no seguirían jugando con él y unos lentes no lo detendrían.
El piso era marcado, indicando la llegada a su destino. Adentrándose a la sala principal, caminó entre los pasillos para ser más audible el murmullo de sus compañeros y la música clásica inundar el lugar.
Carraspeó un poco incomodo al percatarse de las miradas puestas sobre él, algunas personas atravesaban el mismo pasillo y no tuvieron la decencia de disimular su asombro. Jeon Jungkook, el hombre del departamento de finanzas, configurado como todo un nerd y poco atractivo sujeto hoy arrebataba las miradas curiosas de hombres y mujeres.
Lucía completamente diferente.
Su ancha espalda podía verse con claridad. Sus largas y tonificadas piernas no eran ocultas en pantalones de vestir sueltos y ni hablar de sus masculinas facciones. ¿Quién diría que detrás de esas lentillas se ocultaba toda una belleza?
Los murmullos se hacían más intensos cuando las personas lograban reconocerle. No es que hubiese cambiado drásticamente. Su belleza siempre estuvo allí, pero el mundo solo le importaba la externa, nadie lo apreciaba en un sentido profundo. Como el hecho de que él siempre trataba de mantener sus pagos puntuales, no les despedía cuando claramente la empresa necesitaba un recorte de personal. No, al parecer eso no tenia merito cuando era alguien "extraño" y poco atractivo.
Que mal estaba el mundo y las personas clasistas.
Lo único que importaba era la belleza y el dinero. Pero si no tienes una, olvídate de encajar.
– ¿Jeon?. – no pasó ni medio segundo cuando reconoció la voz de sus compañeros más cercanos al departamento. – ¿Eres tú? – intentó forzar una sonrisa, pero solo logró asentir desviando la mirada de ellos.
Él tenia que encontrar a su jefe y presentarle su carta. Pero parecía que aun no estaba en la gran sala. – Vaya, al parecer la noche estará llena de sorpresas. – Jungkook frunció el ceño. ¿de que hablaba?
– No eres tan nerdeto como pensábamos. – los tres hombres a su alrededor rieron.
– Hey . – gritó uno de esos hombres llamando la atención de la chica del otro lado.
– Mira lo que te perdiste al rechazarlo. – la femenina abrió los ojos al ver tan atractivo y alto hombre. – Es Jeon. – entonces sus ojos se abrieron más, tenia que ser una maldita broma.
Ahora la chica si que estaba interesada. – No me interesa. – los tres hombres inmediatamente lo vieron.
– Saben si el CEO, ¿ya ha llegado? – les preguntó ignorando sus miradas. – Vaya, ahora eres un hombre con aires de fuckboy. ¿Qué le hiciste a nuestro Jeon? – no se esperaba más de esos hombres, porque solo eran buenos en una cosas, y eran las evidente burlas por la contestación a una "Posible" cita.
El azabache no lucia nada mal y ellos no sabían cuanto duraría el encanto, Jungkook no podía desaprovechar una muy dispuesta cita. Era obvio que la chica ahora si le prestaba atención.
– Al parecer el jefe está esperando a su "invitado especial". – habló el gerente de recursos humanos.
Los hombres le vieron curiosos por el comentario. Tener línea de comunicación directa con altos mandos, poseía sus ventajas y permitía acceder a la información valiosa. – No dejó de alardear hace dos días que recibió la confirmación. Se veía bastante emocionado, para mi gusto. – el hombre bebió de un trago el contenido de su copa. – Ya saben, dijo que eran íntimos amigos y solo personas de categoría podían tener acceso a su presencia. – encogiendo los hombros quiso restarle importancia.
– Incluso hizo que Sussy le programara cita al spa. – no es que fuera de interés colectivo entender que el CEO era otro Junior que no sabia hacer nada. Y quien solo nació en cuna de oro con la vida resulta. Su Ceo también es un idiota.
– Obligó a su publicita llamar a la prensa de lo que sería "la noticia del año". – recalcó sus palabras sobre el aire.
– ¿Qué noticia podría ser más intensa si tenemos a un Jeon siendo menos Jeon?. – las risas estallaron.
– Tengo que irme, con permiso. – no seguiría soportando sus comentarios.
– Vamos Jeon, no seas amargado. Además, no tienes con nadie más que hablar. Quédate con nosotros y te presentaremos lo mejor que hay por aquí. – refiriéndose a las chicas que formaban parte de la compañía, Jungkook se sintió asqueado por tan machista comentario.
Hoy, él podía comprobar el dicho de "un título universitario no garantiza la educación".
– No me interesa, ya lo dije. – les miró
Pero esos hombres no se darían por vencidos tan fácil. Sacando de su disfrazada santidad al nerd de la oficina podría ser una tarea bastante entretenida. – Ni que estuvieras casado Jeon, relájate y disfruta de la vista. – extendió los brazos mientras las mujeres pasaban con vestido reveladores y escotes dejando poco a la imaginación. Era como una maldita casería de acoso.
– Si, estoy casado. – lo dijo como acto de reflejo. Sin medir del todo sus palabras.
Hasta que volteó y sus compañeros solo le observaban con ojos abiertos. – Me retiro. – dispuesto a salir de esa muy metida en problemas.
– Claro que no Jeon, no iras a ninguna parte después de tremenda confesión. – No le debía explicación a nadie.
La decisión de mantener un matrimonio discreto fue de ambos, no querían que los méritos de ambos se vieran opacados por simples habladurías que la prensa se encargara de inventar. Ellos no serían de esa clase. Ni el apellido poderoso de su esposa, ni la gran posición que ocupa les quitaría el vivir una vida normal. No solo para ellos, sino que, con la llegada de Jeong ese deseo de mantenerlo privado era más grande.
– Vaya, de seguro tu esposa no sabia que tendrías todo eso oculto. – el gerente de ventas recorrió su aspecto con la mirada
– Sí, quizás. Pero al menos tengo esposa. – Jungkook se hizo espacio entre las personas para seguir con su plan inicial.
3 M
AQUÍ MI PROMESA DEL MARATÓN.
Ayer me dije: Me espero una horita para ver que opinan mis pollitos y la que se quedó dormida fuí yo. "SUPER F" PARA MÍ.
Entiéndanme, ya toy viejita.
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LUCKY JEON T1 | LIZKOOK
Fiksi Penggemar"Afortunado Jeon" así es conocido entre sus colegas desde aquel día. **Cliché y muy soft