Negocios

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Lily salió corriendo de su casa tratando de pensar en una manera de llegar a tiempo con Oliver, por desgracia no tenia ni la menor idea de donde se encontraba el muchacho.

—Creo que podrías necesitar mi ayuda —esa curiosa voz la tomo por sorpresa causándole un escalofrío a Lily, quien busco por todas partes, pero no vio a nadie —Aunque tu tienes que... ayudarme primero.

—¿Emyr? —pregunto buscando en el suelo, finalmente encontrando una sombra extraña como de un hombre desmayado —Que extraño —dijo con algo de disgusto mientras se agachaba para ver.

—También es bueno verte —dijo mientras trataba de levantarse volviendose poco a poco más solido, como si esa extraña sombra fuera convirtiéndose en un extraño humano de piel gris.

—¿Qué te paso?

—Ay, niña ¿Tu que crees? —dijo con cansancio sin poder ponerse de pie —Hazme un favor y... ordename algo —pidió mientras levantaba un poco su mano derecha y hacia aparecer un extraño objeto color gris muy parecida a una figura de cristal abstracta, solo que estaba rota, se le caían pequeños pedazos poco a poco, haciendo que Emyr se retorciera un poco.

—¿Qué?

—Tómala con fuerza y susúrrale algo —le pidió acercándole el raro objeto para que Lily lo tomara con cuidado —Solo así... me sentiré un poco mejor.

—¿Qué es esto?

—Mi alma —dijo con pesar.

—¿Qué?

—No hay tiempo para tus preguntas, vamos, pídemelo —ordeno haciendo que Lily frunciera el ceño y luego acercara el alma de Emyr a su boca.

—Llévame con Oliver —ordeno finalmente observando como las sombras comenzaban a rodearla formando un extraño remolino y haciéndola aparecer mágicamente en la entrada de esa pequeña casa —Ja, creí que se vería... diferente —dijo Lily con decepción al no ver nada anormal por ninguna parte.

Y entonces... "Crack", se escucho un horrible ruido dentro de la casa, seguido de forcejeos evidentes. Había una pelea ahí adentro.

—Maldición —dijo Lily dispuesta a derribar la puerta.

—No seas estúpida —le aconsejo Emyr apareciendo frente a ella, cubriendo la puerta de entrada con su cuerpo —Yo entraré primero, tu cuida mi alma —dijo mientras se volvía sombra y entraba en la casa.

La puerta se abrió sola 10 segundos después, dejando que Lily pudiera entrar lentamente, tratando de mirara a todo su alrededor. El lugar era un completo desastre, los pocos muebles estaban boca abajo, había escombros en el piso, al igual que algunos suéteres, pero lo que más le sorprendió fue ver un rastro de sangre que la llevaba a la pequeña cocina.

—¿Oliver? —lo llamo.

—Es una casa pequeña, solo da tres pasos más —la voz del joven llamo por completo su atención.

Lily siguió la sangre y logro ver al joven sentado en una pequeña silla de madera en medio del raro comedor cocina. Oliver tenia el cabello alborotado, la cara completamente pálida y lo más importante, su pierna derecha sangraba demasiado, sin embargo, el joven parecía satisfecho.

—¿Qué te pasó? —pregunto mientras se acercaba a él y trataba de revisar la pierna de Oliver —¿Y por qué te ves tan feliz?

—Ah... resolví un misterio yo solo —dijo tratando de mover su pierna, mientras se quejaba por el dolor —Y me hace feliz, aunque me hubiera gustado estar equivocado, al menos así el alter ego de mi madre no hubiera intentado arrancarme las piernas para que no me fuera.

Rhydian y el ladrón de almasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora