La ultima fiesta Parte dos

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Oliver se encontraba escuchando la interesante charla de Alister, quien no se separaba de su lado por ningún motivo.

—Y por eso, mi primera novia fue una paloma —dijo como si fuera algo gracioso antes de guardar silencio repentinamente.

—¿Qué sucede? —preguntó el joven.

—Oliver, que gusto que vinieras —Killian apareció de repente y se puso frente a Oliver —Déjanos solos —le pidió a Alister, haciendo que este bajara la cabeza y se retirara de la mesa para dejar que Gold se sentara en su lugar —¿Te diviertes? —le preguntó de manera amistosa.

—No quiero responder —habló con honestidad.

—Vamos, esto no es tan malo —presumió —Solo necesitas relajarte.

—Nunca fui bueno en las fiestas, más si no hay mucho alcohol en ellas —mencionó Oliver, haciendo sonreír a Killian.

—Me disculpo. Es que me agrada que mis invitados estén sobrios y despiertos en mis fiestas. Así nadie me da halagos falsos —le guiñó el ojo —Ademas, si mis invitados bebieran podrían decir cosas de las cuales sé que se arrepentirán luego.

—¿Como que? 

Killian rió y abrazó a Oliver de lado. —Adoro que aun poseas tu curiosidad —. el curioso hombre pensó en decir algo más, pero, se detuvo al sentir un extraño ardor en su pecho.

El dolor le sacó un leve quejido, el cual inquieto un poco a Oliver, y lo obligó a separarse.

—Alguien intenta robarme —. dijo en voz baja, mientras resistía.

Los nervios de Oliver crecieron al escuchar, pues a su cabeza solo vino la imagen de Lily.

—Me retiro —. avisó. 

Oliver, tratando de actuar de manera veloz, agarró el brazo de Killian Gold con una mano, y le dijo. —Sé que planea comerse mi alma. 

El hombre no dijo nada ante eso, pero su rostro se volvió serio de repente.

—Pero solo soy su premio de consolación. ¿No es cierto? Usted quería comerse el alma de Rhydian, y la de Lily.

Killian mostró una media sonrisa forzada. —Te desprecias mucho —. le dijo antes de voltear a verlo de frente, sin intenciones de librarse del agarre de Oliver. —En realidad, entre ese pequeño grupo de deliciosas almas, la tuya es la que resalta más. El alma del ser maldito me hará vivir unos cien años más, y el alma del ser capaz de ver lo invisible me dejará ver las almas desesperadas, pero la tuya, hará crecer mi magia, y sin mi magia, las dos primeras son inútiles ¿No crees?

—¿Quién decide qué alma hace que? —pensó el joven al escuchar.

—Palideciste —. le informó. —Oh —exclamó como si le diera ternura. —¿Creíste que podrías llegar a un acuerdo? 

Oliver frunció el ceño, intentando ocultar su temor.

—Ay, descuida. Dejaré que te despidas de tu padre, y de la dulce Veronica, por supuesto. Pero eso será en un rato —. Killian le guiñó el ojo, y luego desapareció, provocando que el corazón de Oliver se agitara un poco.

—Demonios, Lily —. dijo en voz alta antes de tratar de llegar a las escaleras del lugar a toda prisa, pasando entre los invitados que por alguna razón aun se veían felices y divertidos, causándole un escalofrío, pues era como si no les importara el hecho de que uno de ellos podría morir esa noche.

...

—¿Qué estas haciendo? —la encantadora y casi calmada voz de Killian Gold hizo que Lily volteara de inmediato a la entrada de la oficina, activando por error la magia de La Corona, la cual cubrió su cuerpo al instante. —Vaya —. Killian sonrió, como sí de verdad estuviera sorprendido. 

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⏰ Última actualización: Sep 13, 2021 ⏰

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Rhydian y el ladrón de almasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora