La sospechosa

54 15 7
                                    

Veronica había pasado toda la noche en el hospital, mientras que Oliver arreglaba los papeles para que la dieran de alta y al día siguiente la mujer despertó sola en ese cuarto, teniendo que salir sola de él, sin siquiera recibir ayuda de las enfermeras.

La pobre Veronica salió del hospital, sin percatarse de que su hijo la observaba una calle antes desde su auto con ayuda de la cámara telescopio de us padre.

— ¿Qué estas haciendo? — el cazador apareció junto a el, haciendo que el chico saltara un poco para luego sacar una pequeña queja.

—Voy a seguir a Veronica y así averiguo que pasa —explicó dispuesto a arrancar-

—¿Crees que es más importante descubrir lo que tu loca madre hace que salvar a tu papá? —le pregunto.

—Si... NO —corrigió rapidamente dejando la cámara a un lado —Todo es culpa suya, si no me hubiera dicho que Veronica decía la verdad no sentiría tanta curiosidad de saber lo que le pasa. Mi madre esta algo loca, pero nunca la había visto así, me gustaría entender que sucede.

—Ah... entiendo, entonces seguramente no estas interesado en saber que una mujer, que respondía al nombre de Sandra acaba de ingresar a cierto restaurante —soltó la información llamando por completo la atención de Oliver.

—¿Que? No es cierto —le dijo.

—¿Por qué mentiria con eso?

—Pienso en una larga lista, de hecho. Primero, usted parece un clásico villano manipulador que... es capaz de conseguir lo que quiere moviendo a los demás como marionetas en su retorcido juego.

—¿De donde sacas eso? —quiso saber el cazador, quien por alguna razón no parecía ofendido, más bien curioso.

—En el libro de Lily, claramente usted ideó todo para que Lily se hiciera amiga de Rhydian, y ahora parece que me utiliza a mi para conseguir el medallón, o eso supongo —se explicó rápidamente.

—OK... pero, si mi meta es conseguir el medallón ¿Por qué razón te mentiría? —fingió no saber la respuesta a la pregunta.

—Ah... —Oliver se quedo sin respuestas ante eso, así que mejor encendió el auto y comenzó a conducir rumbo al restaurante, sacándole una triunfante sonrisa al cazador.

—Ouh creo que deberías abrirte a la posibilidad de que la persona que buscas podría ser un poseedor de magia y que podría llegar atacarte —mencionó el cazador —Ya sabes, para que no te asustes cuando algo extraño pase.

—¿Como sabe que esta en el restaurante? —preguntó antes de estacionarse cerca de este.

—La agradable jovencita que esta de recepcionista me pasó el dato —mencionó.

—¿Y por qué hizo eso? Si se puede saber.

—Mis ojos —menciono mostrándole a Oliver como estos cambiaban repentinamente a un color verde algo hipnótico y bello de cierta manera —Si los miras mucho te convenceré de hacer todo lo que yo quiera que hagas —mencionó mientras volvía a sonreír, pero esta vez como si genuinamente le divirtiera la situación, mientras que Oliver no podía dejar de mirar esos verdosos ojos —Claro que lo que ves es solo una ilusión mágica, si vieras mis verdaderos ojos no serias capaz de resistirte a ellos como ahora lo haces—sacó un pequeño suspiro de aburrimiento —Baja del auto, Oliver —ordenó y el muchacho involuntariamente salio de este sintiendo una leve jaqueca.

—¿Qué diablos? —exclamo alejandose del auto tres pasos.

—¿Te asusté? —apareció junto a él de manera casi burlona.

Rhydian y el ladrón de almasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora