Rhydian y el ladrón de almas

El diario de Alison

Lily miro una vez el viejo diario sobre su mesa. La pobre no sabia que hacer con él, pues, en realidad no era suyo, no debía abrirlo, y ademas, la antigua propietaria seguro tenia mil historias que a Lily le podrían parecer incomodas de alguna forma.

FLASHBACK.

—¿Qué? —preguntó Lily de manera grosera a Sugarcute.

—¿Puedes al menos ser menos... hostil? —le dijo ella dejándola pasar a su extraña casa, que solo era un árbol hueco muy ancho.

—Ok... ¿Hablaste con mi mamá? ¿Ella te dijo algo? —comenzó a preguntar siendo interrumpida por Sugarcute, quien de inmediato le entregó un viejo cuaderno.

—No hable con tu madre. No escuché ninguna palabra suya, y ni siquiera sentí su presencia, lo siento —se disculpo genuinamente apenada.

—¿Qué? ¿Eso que significa? ¿Mi mamá no es un fantasma?

—No lo creo, la habría escuchado, linda.

—Entonces ¿Qué es esto? —preguntó tomando el cuaderno.

—No escuché a tu madre, pero si escuché a alguien que te llamaba, a ti —comentó —Es muy raro que me pasen cosas así, y eso que vivo en un bosque encantado lleno de muertos ¿Entiendes? —comentó tratando de hacer reír a Lily, pero la chica solo cruzo los brazos esperando que continuara —Estaba tratando de contactar a tu madre, pero en cambio alguien más vino, era... no era un fantasma, era algo extraño, un alma rota, no puedo explicarte mejor. Esta cosa vino y en vez de comunicarse con palabras como la gente normal y civilizada decidió casi romperme un tímpano con un sonido agudo que resonó en mis oídos, y luego solo escuché un zumbido, y entre ese zumbido distinguí las palabras "Dáselo a Lily" y el diario apareció a mis pies.

—¿Es un diario? —pregunto curiosa ya lista para abrirlo, pero entonces vio la portada, esas elegantes letras la hicieron soltar el cuaderno por la sorpresa —¿Alison? No será...

—"La Alison" yo de verdad creo que si es, linda —dijo Sugarcute levantando el cuaderno con delicadeza y quitarle el pasto de encima para volver a dárselo a Lily, quien esta vez retrocedió algo apenada.

—No lo quiero, dáselo a Rhydian —sugirió Lily.

—Esa cosa me dijo específicamente que te lo diera a ti.

—Yo no puedo tener eso, se siente raro —mencionó Lily —Ademas... de seguro tiene toda su historia con Rhydian antes de su muerte, y eso obviamente no me... OK, dámelo —dijo antes de arrebatarle el diario a Sugarcute, quien de inmediato sonrió con diversión.

FIN DEL FLASHBACK.

—¡Lily! —apareció Rhydian a su lado asustando a la pobre chica quien de inmediato trató de cubrir el diario —¿Qué haces?

—Nada ¿Donde estabas?

—Ah... larga historia. Solo quería avisarte que iremos a ver al señor Gold, bueno... en realidad iremos a hacer una clase de trato y me preguntaba si querías acompañarnos, ya sabes, solo por curiosidad, tal vez para apoyo moral, o para que grites mi nombre cuando ya no me veas cerca y aparezca junto a ti y salvarme —dijo lo ultimo de manera rápida sin olvidar su apenada sonrisa.

—¿Qué? ¿Que dices que harán? —preguntó algo preocupada.

—No puedo decirte —respondió jugando con sus dedos —Ah, pero no te preocupes, no iremos ahora, al parecer Olive tiene fiebre Ora por conservar partes del reino de las pesadillas al mundo real, así que iremos mañana, solo quería avisarte ahora por si mañana no podía, ademas estoy retrasado, tengo que ir a ver a Tomás, a menos que quieras que me quede —dijo dedicándole una tierna sonrisa.