Sintiendome un poquito mejor...

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Me desperté entre la noche y lo vi  a Fede acostado al lado mío, dormido profundamente, y no pude evitar darle un beso. Él se despertó, y una cosa llevo a la otra, y tuve otro momento hetero donde tuvimos sexo. Fue digamos algo casual, y no cambia para nada nuestra amistad.

A la mañana siguiente cuando me desperté, encontré una nota de Fede diciendo que se había ido para la casa a buscar algo de ropa, y que se había llevado la llave de repuesto. Recordé las cosas que habían pasado y me reí, quien hubiera pensado que yo una chica tan lesbiana, ya había tenido sexo dos veces con el mismo chico. No pude evitar pensar en Gabi, y en Gabi y en esas veces que hacíamos el amor, como todo se sentía tan perfecto, donde el mundo se detenía y yo no podía escuchar otra cosa que sus gemidos y su voz pidiéndome más. Escalofríos empezaron a recorrer por mi cuerpo, y me pregunte si tendría tiempo para… Un ruido de llaves me saco de mis pensamientos, claramente no iba a poder hacerlo.

-  Volviste cara de pito, ¿qué onda? – me sentía un poquito mejor esa mañana.

- Acá estoy cara de clítoris. -  me respondió inmediatamente. Enseguida le salte para hacerle una llave de lucha, nos encantaba jugar a eso. Y volví a oler a su perfume.

- Que rico tu perfume, Fede.- le dije.

- ¿Te gusta? – me contesto. – me lo regalo Gabi. -  confeso. Todo se paró otra vez, no me estaba pareciendo justo que mi novia, o ex, le haya regalado un perfume a su ex. Seguramente como tiene trabajo ahora, puede andar regalando perfumes, pero no llamarme por teléfono o mandarme un mensaje solo para decirme que está bien.

- Se me fueron las ganas de jugar. – le dije cabizbaja. Y de repente algo se me cruzo por la cabeza, que ya lo había pensado pero quería descartarlo. Y tuve que preguntarle, Loli. – ¿La viste? – su cara me lo dijo todo.

- Sí. Estaba en mi casa cuando fui.

- Siguen viviendo juntos. – afirme.

- No, bah, más o menos, ella nunca esta, solo nos cruzamos de vez en cuando. Y hoy me trajo este perfume y… - no pudo seguir hablando.

- Y ¿qué? – me estaba desesperando.

- Me beso. – ouuuch. Se me llenaron los ojos de lágrimas. – Fue solo un roce, y no es la primera vez que nos besamos, ya lo habíamos hecho antes, cuando éramos novios. Sabes que lo fuimos.

- Basta. – lo corte en seco. – me voy a dormir. No quiero que te vayas, pero si queres podes hacerlo. – le di un beso en el cachete y me fui a acostar. Queria acostarme, y reflexionar algunas cosas.

Diario de una lesbiana escondidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora