Premio para lo facil..

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Hay veces Loli, que solo quiero que Gabi vuelva, hay otras que deseo que no lo haga. Fede prácticamente se vino a vivir a mi casa, y me había hecho sentir mucho mejor de lo que me sentí desde que ella hizo que termináramos la relación. Me gusta Fede, Loli, él podría ser la excepción a mi sexualidad, pero es el único chico que me paree atractivo, los demás simplemente no me atraen.

Ese día me desperté, sabiendo que Fede no estaba, porque tenía que ir a hacer no sé qué cosa. Por lo tanto aproveche para acomodar un poco las cosas y pasar un día de chicas, pintándome las uñas, tomando un largo y relajante baño. Estaba a punto de quedarme dormida, cuando tocan el timbre. Rápidamente, me envolví en la toalla, y fui a atender.

-¿Quién es? – pregunte tímidamente.

- Yo – reconocí su voz al instante. – Gabi.

- Ya voy. – y sin pensar en vestirme, fui a abrirle la puerta. Estaba en shock por tener noticias de mi ex novia después de tanto tiempo deseando verla. En cuanto abrí la puerta y la vi parada, no pude evitar pensar en lo mucho que me gusta, y en las ganas de besarla que me provocaba. – Pasa.

- ¿Siempre abrís la puerta así? – dijo en tono de chiste.

- Solo a las hermosas. – le sonreí.

- Te extraño Anto. – eso me dejo otra vez sorprendida.

- Y yo a vos, Gabi. Y quería preguntarte si podía…- me interrumpió, callándome con un cálido beso. Y sin dejar de besarnos, fuimos hasta el cuarto. Me acostó en la cama, subiéndose encima de mí y empezando a sacarme la toalla. – Espera, espera amor – se me escapo. – Perdón por decirte mi amor, ¿pero que estamos haciendo?

- Mi vida – hizo una pausa, por lo que entendí que no le molesto que le dijera mi amor – déjate llevar. Sé que me extrañaste y yo te extrañe mucho a vos. Estuve pensando en vos muchas noches, y por fin me decidí a venir a verte, simplemente no digas nada y dejemos que esto pase, si?

- Bueno. – y empecé a acariciarla hacia sus pechos.

- Bonita, esta vez avanzo yo. – saco de su cartera una cinta roja, y besándome, me ato las manos a la cabecera de la cama. Eso hizo que me excitara demasiado. Y atada así de manos como estaba, deje que ella me hiciera lo que quisiera. Empezó a bajar con caricias hasta mis muslos, para luego cambiar el recorrido de sus manos, por besos. Besos en mi boca, en mi cuello, en mis pechos, en mi abdomen, y cuando por fin pensé que iba a llegar a mi entrepierna, la paso de largo para ir bajando por mis piernas.

- Gabi – rogué como pude. Y por fin, sentí sus labios en mi vagina, y no pude más que empezar a gemir, y desear que me sacara esa cinta que tenía en mis muñecas para poder acariciarla. – Desátame, quiero yo también acariciarte y hacerte gozar.

Sin dejar de hacerme sentirme placer, sube sus manos despacito por mi piel, deteniéndose un poco en mis pechos para acariciarlos y masajearlos, y por fin, deshace la atadura. Y se tuvo que agarrar, porque ahí sí que me tocaba intervenir a mí en este jueguito sexual que había planeado. Me tome mi tiempo para saborear su piel. Se sentía tan fresquita y con un olorcito que ya había olido antes, pero no sabía de donde, no podía recordarlo, pero no me concentre mucho en ello tampoco, estaba más ocupada. Y después de mucho tiempo de escuchar como sus gemidos se iban alzando y su respiración acelerándose, llegue a su entrepierna, la cual disfrute mucho. En cuanto pudo, se sentó, para que entrecruzáramos las piernas y así acabar las dos juntas.

Luego de tener largas sesiones de sexo, nos acostamos las dos, agitadas, pero extasiadas. Yo estaba muy feliz Loli, después de tanto tiempo, por fin la volvía a tenerla en mi cama. Y su perfumito que me seguía recordando algo, que estaba ahí, pero quería evitarlo.

- Anto, que hayamos tenido sexo, no quiere decir que vayamos a volver. Venía  a contarte algo, pero al verte así en toalla, tan provocativa, no pude resistirme.

- Este bien, supuse que no íbamos a volver por una sesión de sexo, te extraño mucho, pero no soy estúpida. – aunque me doliera tenía que aceptarlo.

- Bueno, lo que venía a contarte, porque a pesar de haber sido mi novia, siempre vas a ser mi mejor amiga – “FRIENDOZE ACTIVADA” dijo una vocecita en mi cabeza.- estoy viviendo con Fede, como creo que ya sabes, y también sé que el viene a verte muy seguido y que se queda a dormir con vos, y la verdad, es que quiero volver a estar con él, y no me gusta que este viniendo por acá, cuando me tiene a mi allá, entiendes?  - y todo me cerro, el perfume de su piel, es el de Fede, por eso me traía recuerdos. – Aparte – agrego. -  vos sos lesbiana, no creo que te gusten los chicos, y Fede es muy hombre.

- A ver mamacita, si te me vas vistiendo, y te vas yendo de mi casa. Si Fede quiere seguir viniendo a mi casa, lo puede hacer, que yo sepa, ustedes no son NADA – recalque.  -  por el olor de tu piel, sé que tuviste sexo con él, y queres saber cómo lo sé, porque yo también lo tuve, y olía a ese mismo perfume, y se muy pero muy bien que es bien hombre. Si va a dejar de venir que sea porque él quiere, no porque yo le vaya a cerrar las puertas. Tal vez él sea la excepción a mi lesbianismo, como vos en su momento me provocaste serlo. – en lo que decía todo eso se fue vistiendo. Caminamos en silencio hasta la puerta. – Siempre te voy a amar Gabi, y espero que si Fede quiere estar con vos, seas feliz. – me dio un beso, y cerré la puerta tras de ella, para largarme a llorar. Pensé que las cosas podían mejorar, no que la mujer de mis sueños, la chica que amo, me iba a venir a decir, después de que habíamos hecho el amor, o sexo, porque dudo que fuera hacer el amor, por parte de ella aunque sea, que quisiera que me alejara de Fede.

Definitivamente Loli, esto se está poniendo horrible… ¿o tal vez no?

Diario de una lesbiana escondidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora