Parte 14 - Y todo se complica

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Los planes le salieron mal para Liz porque los niños se levantaron antes de tiempo y vieron a su padre. Los niños estaban divirtiéndose con Xavier hasta que sonó de nuevo el celular de él. Ella mira la pantalla, era Estela otra vez. Él pregunta.

Xavier: No deseo molestar, me imagino que tienes que contestar.
Liz: No es mi celular, es el tuyo. –Ella coge el celular de él y se lo pasa-.

Xavier mira la alerta de notificación y se da cuenta quién es. Él no tenía intención de leer, pero seguían llegando más alertas, entonces Liz le dice.

Liz: Será mejor que contestes, desde temprano está escribiéndote.
Xavier: En este rato, no me importa. Ahora lo más importante, es que estoy pasando un buen momento con mis hijos.

Liz lo mira sorprendida. Era la primera que él lo decía... "Mis hijos". Los niños se lanzan encima de Xavier para hacerle cosquillas, entre los tres juegan, ríen. Para Liz era increíble ver esa familiar escena, todo terminó cuando volvió a sonar el celular de Xavier, pero esta vez era una llamada de Estela. Liz le dice.

Liz: Contesta por favor...

Xavier pone cara de disgusto y contesta la llamada.

Xavier: Hola...
Estela: ¿Por qué no contestas? ¿Dónde estás?
Xavier: Estoy bien, ¿acaso te importa?
Estela: Mira, realmente no quería hacerte daño, pero tenía que ser sincera contigo.
Xavier: Estela, en serio no me importa. –él mentía, claro que le dolía-.
Estela: ¿Dónde estás? ¿A qué hora vuelves?
Xavier: Luego... ¿Los niños despertaron?
Estela: Todavía no... -ella calla un momento- Vendrás, ¿verdad?
Xavier: Después...

Xavier intentaba hacerse el fuerte, pero le afectaba mucho. Falta poco para que las lágrimas se derramaran por su rostro. En eso, Duda se acerca a él y le da un beso en la mejilla. Antes, que Estela le dijera algo, él cierra la llamada. Mira a la niña y la abraza fuertemente. Duda le dice.

Duda: Papi, no llores... Yo te quiero mucho, nunca te dejaré...

Al presenciar el amor que esa niña le profetizaba, sintió que el corazón se le hacía pequeño el corazón y solo hizo es abrazarla más y llenarla de besos. Miro a Cosito y le dijo.

Xavier: ¡Ven Xavito! –abraza también al niño-.

Los niños lo abrazan y Xavier les dice.

Xavier: Ustedes son lo más hermoso que he vivido esta mañana. Les prometo no alejarme de ustedes. Son mis niños... -levanta la cabeza y mira a Liz- Mis hijos.

Liz reaccionó tapándose la boca y sintió un escalofrío en su cuerpo. Aquella promesa era algo que iba más allá de sus manos. No podía creer que lo que estaba escuchando. Desde que Xavier se enteró de la existencia de los niños, ella se cuestionaba muchas cosas, entre ellas si él rechazaría a los niños o los iba a querer como suyos. Ella interrumpe el bello momento familiar.

Liz: Disculpen que les diga, pero Xavier creo que es hora de... -la niña interrumpe-
Duda: Mami, noooooo... -mira a su padre-. Papi, todavía no te vas. ¿Te vas a quedar?
Xavier: Chiquita, me gustaría quedarme, pero debo ir a ver a tus hermanos.

Duda se aleja de él, se sentó enojada en la cama, cruzó los brazos e hizo un puchero. Xavier sorprendido al ver a su hija enojada con él. Se acerca y le dice.

Xavier: Por favor, María Eduarda no te enojes conmigo. Además, más te llamo. ¿Cierto, Liz?

Liz mira a los niños y a Xavier, les dice:

Liz: Si corazones, su papá los va a llamar.
Cosito: ¿Lo prometes?
Xavier: Si, mi niño... lo prometo.

Los cuatro salen del cuarto, caminan por el pasillo, bajan las escaleras hacia la sala. En el comedor, se encontraban desayunando Don Esteban, Doña Esperanza y Marcela. Marcela al verlos, puso cara de enojada, viendo fijamente a Xavier. Él sabía desde hace mucho tiempo que no le caía bien a ella, que no era santo de devoción, especialmente ahora que era el padre de sus sobrinos.

Todo cambia y todo se termina.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora