Entretanto, Estela llegó a su casa pasada de la medianoche, subió a su cuarto directo al baño, pero antes de eso, pasó por el cuarto de los niños. Vio que su hija no estaba en su dormitorio y se imaginó que donde pudiera estar. Avanzo hasta el otro cuarto, abrió la puerta y observó que en una cama estaban sus hijos durmiendo y en la otra su esposo. Solo se lo quedo mirando y luego se fue.
Pasaban los días y para Liz el tema de esa noche estaba olvidado. Esa mañana había salido a hacer compras por el centro comercial con su familia ya que ese día llegaba su hijo Daniel con su novia Noemí.
Estaban caminando dentro del centro comercial, Liz tenía en sus brazos a Cosito, así le decía a su hijo y le dice a Mara:
Liz: Fea, ya vengo... Voy a comprar algo en ese local, espérame aquí con las niñas.
En ese momento, Morita tenía a Dudita en sus brazos.
Mara: Bueno ñaña.
Marifer: No te preocupes mami, yo tengo a mi ñaña conmigo.Liz fue con el niño a comprar, mientras las dos mujeres se quedaron con la niña. En eso Marifer suelta a Dudita y sale corriendo despavorida. Toti sale tras la niña y más atrás Mara. Cuando se dan cuenta, Dudita se tropieza con un hombre.
El desconocido la coge, la carga en sus brazos y le dice:
Desconocido: Una niña bonita no debería corriendo sola por aquí. ¿Estás perdida?
Ella lo mira y sus ojos brillan al ver ese rostro, cómo que lo había visto en algún lado. La reacción de la niña fue cogerle la cara y acariciarlo.
Duda: ¡Hola!
Xavier, al sentir las manitos de esta pequeña niña tocándolo, sintió algo que no podía explicar. Ese enigmático momento desapareció cuando escucho que llamaban a alguien. Y la niña le dice:
Duda: ¡¡Mi tita!! ¡¡¡Mi tita!!! ¡¡Toti!! ¡Toti!
Xavier mira hacia un lado y ve que dos mujeres se acercan a él.
Mara: ¡¡¡Gracias, Dios mío!!! Que te encontramos Duda.
Duda: ¡Tita! ¡Tita!
Marifer: ¡Ven, mi nena!Pero Duda no quería, porque tenía abrazada a ese hombre.
Marifer: ¡Ven Duda! Disculpe señor, espero que no se moleste por las ocurrencias de esta niña.
Desconocido: No se preocupe... Ella es adorable.Duda al escuchar eso, lo abraza y le da un beso en la mejilla.
Marifer: ¡Duda!, por favor. Ven...
Mara ve al desconocido que tenía cargada y se quedó impactada al verlo.
Mara: ¡Dios mío!
Xavier al verla la reconoce.
Xavier: Disculpa, ¿tú eres la hermana de Liz?
Marifer al verlo, se dio cuenta con quien estaba Duda.
Mara: ¿Xavier?
Duda sale diciendo algo que sorprende a todos.
Duda: Tita, papi, papi...
Marifer se asusta.
Marifer: Ay Duda, ¡¡qué dices!! Disculpe de nuevo, por esta niña.
Xavier: No importa. Eres Mara, ¿verdad?
Mara: Ah... Hola ¡qué tal!
Xavier: Me puedes decir quién es esta hermosa nena.
Mara: Es la hija de una amiga. Ven, mi amor.
Duda: No quiero.En ese momento suena el celular de Marifer y ella contesta:
Marifer: Hola, si... estamos por el gimnasio. Ajá. Te esperamos...
Marifer le dice algo en el oído a su mamá:
Marifer: Mami, llamó mi tía. Ya viene para acá.
Mara: ¿Y no le avisaste??
Marifer: No pude, colgó rápido.Mientras que Marifer intentaba que Duda suelte a Xavier, sale llegando Liz.
Liz: Chicas, las he estado buscando por todos lados.
Liz al ver a Duda en los brazos de aquella persona. Los dos abrazándose y ella dándole besos. Se paralizó en ese momento.
Duda: Mami, mira encontré a papi.
Liz y Xavier se encontraron después de casi seis años. Ellos solo se miraban. Ella se alejó, desapareció, volvió a saber de ella por sus compañeras de trabajo y ahora la tiene en frente.
Xavier: No era hija de una amiga.
Liz se acercó, cogió a Duda, luego al niño y se fue.
Duda se vira y se despide de él.
Duda: ¡Adiós!
Liz cogió a sus hijos y caminó lo más rápido posible. Atrás de ella iban Mara y Toti.
Xavier se quedó ahí, solo y estático, lleno de preguntas. Ella apareció de nuevo, se la veía diferente. Esa niña era hija de ella.
Xavier: ¿Por qué esa niña dijo que yo era su papá?
Aparece Fiorella junto a Xavier Adrián.
Fiorella: Papá ¿qué haces aquí parado?
Xavier: Esperándolos... ¡qué más!
Fiorella: Mi mamá llamó. Dijo que llegará tarde.Al escuchar eso, Xavier puso mala cara, pues su esposa había cogido la costumbre de llegar tarde a casa, pero siempre era su trabajo, como ella le decía 'así es el mundo de la publicidad'.
Afuera del centro comercial estaba Liz, pálida, asustada, al borde de un ataque de nervios. No podía creerlo. Se acababa de encontrar con él, con el padre de sus hijos, con la persona por la que se fue del país.
Todas subieron al taxi dirigiéndose a casa. Al llegar, Liz parecía algo más tranquila, volvía hacer la de antes, callada, se guardaba las cosas. Su mente echaba a volar muchas cosas, al mismo tiempo sintió miedo, miedo de ser descubierta, miedo a que esa persona se enterara la verdad.
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Todo cambia y todo se termina.
RomansaLiz tuvo que alejarse para poder recuperar su vida de ese dolor llamado amor, sin saber que su vida en un nuevo lugar daría un gigante giro. Todo vuelve pero todo ha cambiado y quizás todo ya termina.