Capítulo 5: Hogsmade y Canuto

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"Aquel día olía a Halloween" se dijo Mía cuando se despertó y bajó a la sala común. Fred y George estaban frente al fuego, sentados charlando.

—Buenos días guapos —dijo abrazándoles. Acto seguido soltó un gran bostezo.

—Buenos días a ti también —Fred bostezó y le hizo un hueco entre los dos para que se sentase.

Estuvieron hablando un rato de cuántos deberes les habían puesto para la semana y, cuando comenzaron a salir más alumnos de sus habitaciones decidieron bajar a desayunar.

La mañana fue bastante tranquila.

El desayuno fue bastante ordinario, lo normal. Todos estaban demasiado cansados para hablar en exceso, pero se palpaba la emoción por ir a Hogsmade. Sobretodo por parte de los alumnos de tercero, que irían al pueblo por primera vez.

Se dio cuenta de que Harry estaba más pocho de lo normal. Supuso que sus tíos muggles no le habrían firmado la autorización. Le dio un poco de pena, pero sabía que no podía hacer nada, así que le dedicó una sonrisa dulce cuando tuvieron contacto visual. Le traería una rana de chocolate.

La salida fue como cualquier otra. Ella, Lee y los gemelos se dedicaron a reponer arsenal y luego ella se fue con Angelina y Alicia a tomar unas cervezas de mantequilla. Fue una mañana de descanso merecida, pues sabían que en cuanto comenzara el día siguiente tendrían que volver a esconder sus caras tras los libros y pergaminos.

Cuando llegó a las tres escobas a encontrarse con las chicas se estremeció. Había empezado a hacer frio en Hogsmade y parecía que en el pub hacía un clima tropical. Sin embargo, no se quejó del cambio de temperatura.

Pidió una cerveza de mantequilla y buscó la mesa ocupada por sus amigas. Para su sorpresa, Angelina estaba sentada sola y enfurruñada. Pareció animarse al verla llegar con su bebida.

—¿Y Alicia? —preguntó—. ¿No iba a venir también?

—Se ha quedado con Katie en el castillo —contestó tajante—. Si me hubiera avisado antes no me habría importado, pero ¡me acaba de mandar una lechuza! —Mía rio ante la mala memoria de su amiga.

—Ya me parecía raro que viniese... Y menos ella sola— se encogió de hombros —Además, sabes perfectamente que aprovechan estas excursiones para estar solas...—prosiguió con un tono pícaro.

Cambiaron de tema y siguieron conversando durante toda la tarde. Si fuera por ella, se quedaría allí para siempre. Cada vez que había un mínimo de silencio, volvía a pensar en los exámenes.

Mía no quería admitir el poco tiempo que le estaba dedicando a estudiar para sus exámenes, pero la situación no ayudaba para nada.

Tras un día de fiesta, volvieron al castillo para la cena.

Cada año, en Halloween se organizaba un gran banquete en Hogwarts. Le encantaba aquel día. Adoraba la decoración y el ambiente en aquella noche. Habían decorado el Gran Comedor con cientos de calabazas con velas dentro, una bandada de murciélagos vivos que revoloteaban y muchas serpentinas de color naranja brillante que caían del techo como culebras de río.

En cuanto vio al trio sentarse cerca de ella, llamó la atención de Harry y le dio la pequeña rana de chocolate. Automáticamente el chico se puso colorado.

—Sabía que no habías podido ir a Hogsmade. Supongo que Ron y Hermione te habrán traído muchas cosas, pero no podía quedarme sin traerte algo. ¡Disfrútalo! —le dedicó una gran sonrisa y volvió a su conversación con George.

La comida fue deliciosa. Comió muchísimo, y eso que se había pasado el día comiendo y bebiendo cerveza de mantequilla.

El banquete terminó con una actuación de los fantasmas de Hogwarts. Saltaron de los muros y de las mesas para llevar a cabo un pequeño vuelo en formación. Nick Casi Decapitado, el fantasma de Gryffindor; cosechó un gran éxito con una representación de su propia desastrosa decapitación.

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