Today is the day, se dijo Yoongi esa mañana al mirarse al espejo.
Algunos podrían decir: <<Yoongi, hermano, tienes un serio problema con hablarle a tu reflejo.>>
Pero a él le valdría mierda. ¿Por qué? Porque H O Y saldría oficialmente del closet donde él mismo se había escondido hace muchos años, cuando su pene decidió que las chicas no eran realmente el incentivo para levantarse en las mañanas.
Sí, la fiesta de la empresa de su padre sería esa noche y, aunque Yoongi sentía su cabeza hecha un revuelo, nada es impedimento para que un millonario salga a hacer compras.
Compras, compras, compras. Pretty Man in Seul. Yoongi entró a una docena de tiendas, cada una mas cara que la anterior, buscando la ropa perfecta tanto para él como para el escritor.
Sí, se había fijado mucho en el guardarropa de Jimin. Obviamente escribir un éxito no te hace rico, y escribir novelas online tampoco. Así que era de suponer que las piezas caras o elegantes de su "novio" fueran contadas.
Y no necesitaba que Jimin fuera a la importantísima fiesta snob de su padre con la misma ropa que había usado el día del juicio. Nop.
Por suerte, a modo de oasis, tropezó con un pequeño local, oculto entre los ostentosos edificios de Gangnam, que recibía el nombre de Dionysus's Suit. Parecía ser un pequeño y nuevo negocio de algún diseñador novel y, como magia, Yoongi fue atraído a entrar.
Fue bastante sorprendente que el encargado resultara ser el atractivo amigo gay y comprometido de Jimin.
-¿TaeYang?
-Casi, TaeHyung-san para servirte a ti y a dios.
-¿Qué no eras de Daegu? -inquirió, recordando parte de las conversaciones de la cena donde se conocieron. -¿Tu y tu novio no andaban de viaje hace como un mes? ¿Como es que tienes una tienda en Gangnam?
-¡Oh! Historia corta. -no fue corta en lo absoluto. -...Y luego el señor del sombrero alón tomó mi mano y la de JungKook. -siguió hablando. -...La vidente me gritó "No alimentes al mono".... -y hablando. -El niño vestido de chef me regaló tres frijoles y yo.... -para finalmente. -Y así fue como JungKook y yo terminamos comprando la tienda y montamos nuestro propio negocio en un barrio caro. Fin.
Yoongi permaneció inmóvil, debatiéndose si correr lejos del chico alto o no. No tenía cara de peligroso pero los peores asesino tampoco. Creo.
-¿Tienes algo que podamos usar para una fiesta a la que, probablemente, asistirá el primer ministro? -preguntó.
-No conozco al Señor Primer Ministro, pero aquí encontraras ropa para deportes, bodas, competencias de equitación, bautizos, ceremonias budistas, tangas de stripers y uniformes escolares para las mejores fantasías eróticas. -explicó el chico, si tomar aire sin quiera. -Creo que tengo uno de la talla de Jimin. ¿Lo quieres?
Yoongi detuvo el SÍ que se atoró en su garganta, porque no estaba aquí para eso y, ahora mismo, no necesitaba seguir hechando leña a sus confusos sentimientos por el escritor.
-¿Trajes? ¿Tienes eso?
-¿Por qué le pondríamos Suits a la tienda si no tenemos trajes? -razonó el dueño de la tienda. -Claro que tengo pero, ¿podrás pagarlo?
-Soy millonario, TaeHyung. Creí que quedó claro cuando compré la botella de 10 millones de won y me abaniqué la cara con mi BlackCard.
-Ah, bueno, es cierto.
Pese a lo raro y místico que era el muchacho, su buen gusto estuvo mas que probado cuando le mostró un precioso conjunto. Camisa blanca, tirantes finos y un pantalón negro que se balanceaba entre obsceno o elegante.
-No recomiendo saco, para que luzca el escote. Mira. -explicó el chico, mostrando una fina camiseta transparente. -Puede usarla por debajo y dejar abierto algunos botones. En él se verá sexy.
<<En él todo se ve sexy, maldita sea.>>
-Toma mi dinero.
💳💰💸
Al llegar a casa, Yoongi subió los escalones a prisa, hasta la habitación de Jimin. Tocó y esperó, hasta que el chico le abrió la puerta. Irónicamente, estaba usando el mismo traje que usó en el juicio.
-No tengo jodida ropa para fiestas de ricos, Yoongi. -sollozó. -Y lo recordé justo ahora.
Yoongi sonrió. -¿Sabes a quien encontré hoy?
-¿Mi hada madrina?
-Mejor. Kim TaeHyung y su nueva tienda de ropa en Gangnam.
Los ojos de Jimin se abrieron como platos, pero no pudo decir palabra cuando Yoongi estaba colocando en su mano una bolsa de ropa. -Voy a cambiarme, te espero en media hora en la sala Park, no demores.
🎩👓👞
La camiseta era casi aire acariciando su torso. Fina y traslúcida, pero con un toque sensual que sellaba por entero el look de esa noche.
Jimin no estaba seguro de haber llevado ropa tan bonita y cara antes. Incluso si lo hubiese hecho, ninguna era como esta. Obsequiada por Yoongi.
<<Basta, Park. Estas ayudando al tipo a salir del closet con orgullo. Es claro que no quiere llegar a la fiesta al lado de un mendigo.>>
Dejar de hacerse ilusiones con Yoongi han sido casi imposible los últimos días. Jimin todavía puede sentir el cálido beso en su mejilla y la mirada perdida del hombre sobre él cada vez que usa la piscina. Hay toda esta increíble química entre los dos, sin que pueda frenarse de alguna forma.
Pero Jimin sabe que es mejor así. Al menos para su corazón.
En la vida real, el chico pobre pero inteligente no se queda con el príncipe gay y millonario. El príncipe se queda con algún bailarín exótico que decide dejar su rutina de trabajo por él. Así son las cosas.
Y, si todo sale bien, esta noche puede significar el fin de su contrato. O, al menos, algo cercano al fin. Para estas fechas, Jimin se conformaría con poder regresar a su apartamento y mantener una distancia saludable con el otro hombre.
Quiere distancia de Yoongi. Lo cual no impide que, cuando baja a su encuentro en la sala, deje un beso en la mejilla del otro.
-Gracias por el traje. Es precioso.
Y querer mantenerse lejos de Yoongi tampoco quita que se derrita cuando el hombre le susurre: Tu estás precioso.
Y, sí, también se sonroja. Pero sigue queriendo distancia. ¿Ok?
💍💍💍
Maratón para tu negro corazón. 🚬
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I do, of course I do 💍 Yoonmin
FanfictionJimin no sabía que escribir una novela basado en un personaje real le podía traer tantos problemas. Yoongi no sabía que su vida daría un giro de ciento ochenta por culpa de un escritor que no conocía. Sus vidas chocan contra la del otro. Un mini-se...