Entré a la ambulancia junto a Daisuke.
Observé su cara angelical que estaba inconsciente. Se había perforado las orejas y eso lo hacía ver bastante sexy con su cabellos color ónix, sus pequeños tatuajes y por último los piercings.
Me sentía fatal. ¿Y si Daisuke moría por mi culpa? Sería condena de por vida a la cárcel.
Comencé a llorar en silencio. Mis lágrimas caían en las pálidas mejillas de Daisuke. Antes había estado enfadada con el, pero no era para tanto.
El destino me pagaba de esta manera. Yo no quería que le pasara algo por mi culpa. Yo era la culpable de su accidente.
Verlo tan débil me rompió el alma, parecía muerto realmente.
Le di un beso en la mejilla.- Todo va a estar bien - susurré. - Daisuke vivirá - cerré los ojos.
Inmediatamente llegamos al hospital se llevaron a Daisuke a emergencias.
La amable enfermera me había dicho que esperara en la sala de estar y que cualquier cosa me informaría.
Debía llamar al entrenador Souske.
Saqué mi deteriorado celular y marqué el número del entrenador. Tardó mucho para contestar.- ¿Hana? - esperaba que estuviera en algún lugar ruidoso o en una fiesta, pero no se oía nada.
- Entrenador.. - tragué saliva.
- ¿Pasa algo? - su tono de voz se tornó mucho más serio.
- Bueno, de hecho.. Daisuke y yo salimos a cenar, y en el camino.. lo atropelló un auto. Ahora mismo está en emergencias - empecé a llorar mientras hablaba.
- ¿Qué? Ahora mismo saldré para aya, e informaré a sus padres que están en la ciudad -
- Es todo culpa mía entrenador.. Si Daisuke muere aceptaré mi condenación hacia la cárcel, no hay problema - sollocé.
- Hana, Daisuke no morirá, y no irás a ninguna cárcel, solo espérame allí - colgó antes de que pudiera decir otra estupidez.
Salí a la calle, al frente del hospital a tomar aire.
Mis lágrimas se congelaban con el frío viento, me había olvidado totalmente de que la víspera de navidad y los tiempos de consumismo se acercaban.- ¡Hana! - el entrenador apareció.
- Hola - en este momento parecía más muerta que el mismo Daisuke, aunque aún no ha fallecido. Gracias a Dios.
- Te ves mal - puso una mano en mi hombro.
- Lo estoy, es mi culpa -
- Deja de culparte, fue un accidente, e incluso el fue que invitó -
Me llamó la atención un Bugatti Veyron que creo que venía a 150 km/h y se estacionó frente a nosotros.
Me dejó atónita la combinación de rojo y gris que el carro poseía. Definitivamente si me casara con un carro sería este.
La madre de Daisuke, Cassandra, salió del auto con una expresión que me daba miedo.- ¡Hana! -
- Señora, soy digna de ir a la cárcel por ser culpable del accidente de su hijo. Acepto todo el maltrato que quiera ejercer hacia mi, debo pagar cada gota de sangre que su hijo derramó de la cabeza - sus ojos con heterocromía me miraron sorprendidos.
- ¡Cariño! ¡No exageres! El mismo entrenador Souske me explicó que la salida fue forzada, sé como te debes estar sintiendo. Pero tu y Daisuke llevan muchos años conociéndose y sé que tipo de persona eres, tú no harías eso -
- Aún así.. - no sabía que decir.
- ¡Para de buscar excusas! ¡Él estará bien! - me dio un abrazo.
Pasaron horas y horas y no había ninguna señal. Souske llamó a los chicos y a las chicas para que vinieran a acompañarnos.
Dragnel se acercó a mi bastante preocupada.
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Rebote [Kuroko no basket: Midorima] {EDITANDO}
Fiksi PenggemarHana Akiiho es una estudiante de preparatoria de 16 años, amante del baloncesto, una muchacha bastante aplicada. Siempre ha admirado al jugador del equipo de baloncesto, Midorima Shintaro, pero no se lanza hacia el porque dice que es una perdida de...