Capitulo 8: Pesadillas

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El repetitivo pitido de la alarma sobre el pequeño mueble junto a la cama despertó al chico de cabellos rubios. Extendió el brazo para apagarla y así dormir un poco más, pero cuando sintió algo cálido moverse a su lado su cuerpo se tensó por la sorpresa, no fue hasta que miró su costado y pudo ver a la pequeña chica durmiendo pacíficamente acurrucada en su pecho utilizando su otro brazo de almohada que se relajó, pero solo un segundo después cuando cayó en cuenta de la situación su cuerpo se tensó incluso más que antes.

Intentó sacar su brazo de debajo de su cabeza sin despertarla para poder irse a su habitación antes de que todos se dieran cuenta que no estaba ahí, pero cuando levantó su cabeza para sacarlo, la chica frunció el ceño pegando todo su cuerpo al de él.

Mierda, mierda, mierda. Los latidos de Bakugo se intensificaron cuando sintió una pequeña rodilla rozar con su entrepierna sobre su pantalón. A la mierda no despertarla pensó antes de alejar todo su cuerpo bruscamente, sentándose sobre la cama dándole la espalda a la chica, la cual al sentir el brusco movimiento bajo ella despertó sorprendida liberando una capa de gas sobre sus manos a la vez que se sentaba asustada, pero cuando vio a Bakugo aún a su lado recuerdos de la noche anterior la abordaron, provocando que todo su cuerpo se relajara a la vez que absorbía el gas gris que había soltado.

— Aún no — musitó recargándose sobre la espalda del chico, pegando su mejilla y hombro a esta. Era realmente cómodo.

— Kasumi, tenemos clases en una hora — dijo Bakugo poniéndose de pie ocasionando que Kasumi, quien seguía recargada sobre él cayera acostada sobre la cama en el lugar en el que estaba sentado anteriormente.

Ella no respondió, simplemente saco su rostro de entre las sábanas para verlo con sus grandes ojos amarillos.

— No me traicionarás, ¿Cierto?

¿No la dejaría sola verdad? El pánico entró en ella por un segundo al pensar en la posibilidad de quedar sola una vez más.

El chico la miro con el semblante serio para después acercarse a ella poniendo su mano en su cabeza despeinándola, ocasionando que su cara se enterrara en la cama por la fuerza que estaba aplicando.

— Que fastidiosa — bufó el chico mirando hacia otro lado evitando que pudiera ver su sonrojo.

Una vez que la soltó se dirigió a la puerta abriéndola lentamente, por suerte en el piso de Kasumi ella era la única mujer por lo que no tenía que preocuparse de que alguien pudiera verlo.

Se detuvo antes de salir al pasillo, mirando sobre su hombro a la chica que seguía en una extraña posición tendida sobre la cama pero que estaba atenta a cada movimiento del chico.

— No llegues tarde — dijo antes de salir por la puerta cerrándola suavemente tras él.

— Entendido — susurró Kasumi escabulléndose bajo las sábanas en el lugar el cual había estado Bakugo durmiendo hace sólo un momento, seguía tibio y eso también le gustaba.

...

— A sus lugares.

Aizawa entró al aula callando los parloteos que habían dentro, entre sus manos traía consigo una pila de papeles los cuales los estudiantes no tardaron demasiado en identificar.

— Ayer terminamos de calificar sus exámenes, y me complace anunciar que todos podrán participar en el festival la próxima semana.

Un inconsciente suspiro salió de los labios de Kasumi, a pesar de que nunca había participado en un festival, la idea de que todos estuvieran tan emocionados por este de alguna manera la había hecho querer ser parte de él. Además, no quería decepcionar a cierta persona.

Haze [Bakugo Katsuki]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora