10. Mascota de Lena

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Usualmente disfrutaba la hora del almuerzo, digo ¿quién no? Puedes comer algo y luego hacer lo que se te dé en gana, incluso si es que eres tan listo como yo podías lograr saltarte la clase y tener más tiempo para ti en lugar de pasar frente a un aburrido viejo hablando sobre cosas que a nadie le importa que ocurrieron en el pasado. 

Digamos que no era fanática de la historia y era precisamente la clase que seguía. Aunque debo admitir que poder ver a Andrea y a las tetas de Ivy no sonaba nada de mal. 

Bueno, trato de no meterme mucho con la segunda por respeto al crush secreto que Harley ha guardado por ella durante años y... porque ya estoy harta de Maxwell y que me golpee cada que le miro el escote a su ex. 

Y pasar el almuerzo con su mirada molesta sobre mí, la de Leslie y la de varios de mis compañeros de la Lista F no lo hacían un lecho de rosas esa tarde. 

Mordía con fuerza el macarrón con queso que me había llevado a la boca, pero incluso el extraño sabor a queso y masa no era capaz de distraerme de lo que sabía pasaba a unos metros de mí. Leslie probablemente le había contado a todos que traté de defender a un Lista A y, a juzgar por sus susurros y miradas en mi dirección, planeaban destruirme la cara. 

No les temía, ellos a mí sí. No sería la primera vez que manchaba mis vendajes con sangre ajena tampoco.

—¿Te he dicho cuánto odio a todo el mundo?

Aquella queja saliendo de los labios de la pálida chica con traje de porrista logró sacarme de esa guerra de miradas que mantenía con mis supuestos "amigos". 

Harley tomó asiento frente a mí en la gran mesa vacía, colocando la bandeja de su almuerzo con brusquedad sobre esta y quitándose algunos mechones de su cabello rubio del rostro mientras suspiraba. Justo cubrió mi campo visual, lo cual, aunque no quisiera aceptarlo, le agradecí internamente. 

Usualmente me tenían miedo, después de todo era la reina. Pero Leslie y yo no pasábamos en buenos términos, así que hacía cualquier cosa con tal de hacerme caer y tomar mi lugar. 

Parecía más una mafia que el grupo de idiotas que resultábamos ser. 

—Hey.—gruñó Harley, chasqueando sus dedos frente a mí. Parpadeé, tratando de regresar en mis sentidos.— Tierra llamando a Kara ¿estás ahí?

—Eso creo.— respondí, agitando mi cabeza y dejando que varios de cabello rebelde se desordenaran más.—Solo pensaba. 

—¿Tú? ¿Pensando?— una pequeña sonrisa se le escapó, a la par en que tomaba su tenedor y se dedicaba a revolver un poco su puré de papas.— Ajá, claro. Y a mí me gustan los penes. 

—Eso es porque no has probado el mio.—bromée, recibiendo una mala mirada por su parte.—Lo sientó. Pero igual sigo siendo una chica eh, con lo mejor de ambos mundos.

—Lastima que sea igual de pequeño que tu cerebro.

—¡Hey!

Rápidamente decidí cambiar el tema, notando que desde que se sento a mi lado que algo la estaba atormentando. Ella dejó de jugar con su comida y apoyó su mentón sobre su puño cerrado. 

—Dime ya ¿qué ocurrió? 

El que evitara mi mirada, ocultara sus labios bajo la manga negra de su sudadera cubriendo sus dedos pálidos y que el tic nervioso de su pierna moviéndose bajo la mesa me estuviese volviendo loca solo eran señales de algo. 

Eso tenía el nombre de Ivy por todos lados. 

Cuando estas cosas ocurrían realmente me preocupaba por Harley. Y aunque ella trataba de ocultarlo bajo esa faceta gruñona y de poco interés, sabía que ella se derrumbaba cada vez más. 

Idiota || Supercorp G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora