CAPITULO 11

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Kisame habia sido llamado devuelta al ejercito debido al "ataque terrorista", no era mas que una revision del estado de salud de todos los soldados por si entraban en guerra. Kisame vio a quello como una oportunidad grande para encontrarse con Kakuzu.

Sintio un cosquilleo de emocion cuando llego al cuartel y comenzo a encontrarse con sus camaradas, se abrazaron y saludaron a mas no poder. Entonces noto que alguien lo habia estado evitando.

Todos fueron reunidos para resivir un sermon acerca de una posible guerra y que aumentarian el reclutamiento por si acaso. Entre todos, habia un hombre moreno que se movia de un lado a otro incapas de quedarse quieto debido a su nerviosismo, desde que puso un pie en el cuartel habia sentido una alerta.

"Vas a perderlo todo" le gritaba su instinto. De inmediato penso en su pequeña hija.

Duraron horas en el cuartel, hasta que se hizo noche. Solo cuando sentia que podia volver a casa fue detenido por uno de sus compañeros, al que habia estado evitando.

—¡Kakuzu! ¡Que gusto verte! —saludo Kisame mientras lo abrazaba.

Kakuzu respondio incomodo.

Sus compañeros se reunieron y decidieron pasar a un restaurante. Kakuzu fue forzado, no se sentia para nada comodo con Kisame serca. Y mientras comian sentia esa sencacion de alerta en su cuerpo, se levanto de la meza para hacer una llamada pues derepente habia sentido la necesidad de llamar a su niña.

—¿Papi? ¿Ya mero regresas? —su dulce voz lo tranquiliso por un momento.

—Si. Cuando regrese te llevare un regalo —dijo para si mismo, necesitaba regresar a su hogar rapido. Unos pasos lo alertaron y se apresuro a despedirse.

—Luces nervioso —dijo Kisame.

—Estoy cansado —fue su excusa.

—Tengo un regalo para ti —y con una sonrisa bastante familiar se esculco los bolsillos. Saco un anillo que al verlo le causa repudio inmediato.

Kisame se lo entrego y por no ser grosero lo tomo, pero se arrepintio por que sintio una fuerte sacudida en todo su cuerpo.

—¿No te lo vas a poner? —podia jurar que la voz de Kisame lo estaba presionando.

Observo el anillo como si de veneno se tratara. Y solo por quedar bien con su amigo se lo puso... Su cuerpo se congelo y de desvanecio mientras observaba a Kisame sonreir.

Las memorias de lo que fue, lo que hizo se movieron aleatoriamente en su mente, pero en medio de la sangre y sucia vida una voz sobresalia y decia: "Vuelve a casa papa". Horas despues, cuando la noche habia caido desperto con una terrible resaca, estaba en el copiloto de un auto y podia ver que estaban en una especia de montaña con vista a la ciudad. En el cofre estaba Kisame sentado con la espalda pegada al vidrio y tomando un refresco.

Gruñendo y sujetandose la cabeza salio del auto tambaliandose levemente, se subio al cofre y se acomodo igual que Kisame.

—Les dije a los demas que yo me aria cargo de ti. Piensan que estas enfermo—dijo Kisame suavemente, suponiendo el dolor de cabeza. Del bolsillo se saco un frasco de pastillas y se las paso con un refresco.

Se quedaron en silencio observando la ciudad brillar en la ciudad.

—Es nostalgico, ¿no?

—Hubiera sido mejor no recordar nada —dijo secamente Kakuzu, incluso su voz habia cambiado.

Kisame rio levemente. El habia pensado lo mismo en algun momento.

—La mejor manera de cambiar es recordando que no hacer... —Kisame habia llegado a la conclusion de que Kakuzu llevaba una vida muy diferente a la anterior. —Tenemos poco tiempo Kakuzu.

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