Capítulo 1, El anuncio.

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Mierda, una mierda es lo que resume mi vida ahora mismo, mis padres no me hablan debido a una fuerte discusión que tuvimos hace unos meses, mis compañeros de piso me abandonan porque se van a vivir juntos, no tengo dinero para alquilar un apartamento yo sola, mi hermana está estudiando en Canadá, y mis amigos están felizmente viviendo en su apartamento para tres personas sin sitio para uno más, así que aquí estoy, en la calle poniendo carteles con la original frase: "Se busca compañero de piso" junto con mi desafortunado número de teléfono, acompañado con una desafortunada y escasa descripción sobre mí, mientras pienso lo desafortunada que está siendo mi vida últimamente.

Al menos, aún conservo mi maravilloso trabajo, una bonita jornada 3 días a la semana de 8 de la mañana a 9 de la noche, con sólo un descanso a medio día para comer. ¡Ah! Y no hablemos de su maravilloso sueldo... Podría ser peor si tuviera que dormir en la calle con cartones.

Cuando me doy cuenta, sólo quedan unos pocos carteles para poner, me paro frente a un poste de la luz abarrotado de carteles rotos e ilegibles seguramente por la lluvia. Entre los que más o menos podía leer algo se encontraban anuncios tipo: "¿Necesita un colchón nuevo?" o "Cerrajero rápido" cosas estúpidas que seguramente cuando quieras encontrarlas será la tarea más dificil del mundo.

De repente me llamó la atención uno que decía: "Se busca compañero de piso", me quedé observándolo durante un minuto y preguntándome si debería apuntar el número de teléfono o no.

Seguramente será algún estudiante que no puede concentrarse en casa con sus nueve hermanos pequeños haciendo constante ruido, o alguien que lo ha perdido todo porque se incendió su casa. No sé porque soy tan exagerada últimamente, pero después de todas las desgracias que me han ocurrido, se me ha quitado la idea de la cabeza de que les puedan pasar cosas buenas a las personas.

Apunto el número de teléfono, pego el último cartel de hoy debajo de el anuncio de los colchones, y me dispongo a ir a mi "dulce" hogar.

Cuando entro mis padres están en el salón viendo una serie policiaca, un capítulo que han repetido veinte millones de veces y seguramente por eso se han quedado dormidos cada uno en un sofá.

Si mi hermana estuviese aquí les habría convencido de poner una película de comedia o alguna serie tipo "big bang theory".

A veces me pregunto como se sentiría ser mi hermana, dulce y amable, llevarme bien con mis padres, y tener una relación normal con ellos. Adoro a mi hermana.

Subo a mi habitación sin hacer ruido, así evito algunas miradas incómodas.

Cuando llego, me pongo el pijama, cojo el móvil de mi bolso, y me lanzo a mi cama como si me hubieran tirado desde un rascacielos. Apago la luz y enciendo la lampara de mi mesilla de noche, busco en el móvil el numero de teléfono que guardé hace un rato con el nombre de: "busca compañero de piso", y me pregunto...

¿Llamo o no llamo?, ¿Será tarde para llamar?, ¿Espero que alguien me llame a mí, o llamo yo?, ¿Será una persona normal o un psicópata asesino?

Al final decido de ser tan dramática y darle al botón verde para llamar.

Losiento por hacer el capítulo tan corto, el próximo será genial, lo prometo!!! SP

¡Demasiado para mi!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora