Capítulo 3

7.2K 538 677
                                    

—Shinobu, recuerdo haber puesto un futon para ti —digo a la chica que me abrazaba por detrás mientras yo ya estaba preparándome para dormir, ella no responde—. ¿Shinobu?

Me volteo, ella ya estaba durmiendo, lo entiendo por la cara pacífica que nunca le veo.

Suspiro y empiezo a caer en brazos de morfeo.

Esa noche habíamos visto anime hasta cerca de las 2 de la mañana mientras comíamos algunas papitas y snacks.

Realmente fue una buena noche, ya que nunca había visto anime con nadie hasta tan tarde.

Sabito se quedaba dormido a las 12 por máximo y Makomo una vez lo veía dormir, se acurrucaba a su lado y también se dormía.

Esos idiotas, ¿saben acaso lo difícil que es para alguien soltero, sin pareja y más solo que el invierno, ver a dos tipos abrazados durmiendo plácidamente?

Era muy incómodo, pero no los fastidiaba, realmente me gustaba que se llevasen tan bien.

Dormir abrazando a alguien...

Sin pensarlo mucho, estrecho a la persona que ya de por sí me abrazaba.

Pongo su cabeza en mi cuello y sin querer inhalo su aroma. Sí, muy bueno.

Suspiro y me dejo quedar dormido.

—Ka-an, Tom...-san, nee, nee ¡Tomioka-san! —. Abro los ojos.

No estaba en mi cama ¿Un sueño?

—Si te vas a dormir en una misión mejor ni vengas, Tomioka-san—. Shinobu vestida de forma rara y me hablaba algo irritada.

—¿Donde estamos? —pregunto y miro alrededor, parecía un bosque.

—¿Ahora te harás el que no sabes? ¡Si quieres enojarme solo dilo, Tomioka-san! Sabía que eras muy tonto pero no tanto —insulta sin dudarlo, así que solo la ignoro y sigo mirando en derredor—. Nee, nee, no me ignores, nee —habla mientras me pica el costado—. Nee, te lo diré si dices que eres insportable, nee—. La sigo ignorando —NEE, NEE, NO ME IGNORES TOMIOKA-SAN, NEE, NEE, NEE, NEE—. Me pica violentamente el pecho.

Ya fastidiado la miro. —No recuerdo qué hacemos aquí.

Deja de picar mi pecho. —La aldea de los herreros fue descubierta y atacaron, Mitsuri fue a ayudar y ya solucionaron eso, esta noche nos toca investigar a un ojo demoníaco que ha estado volando por ahí —Habla y apunta hacia un lugar—. Se dice que sale de allí, eso estamos investigando.

—¿Y porqué estoy contigo? —pregunto—. ¿No había un mejor compañero?

Me vuelve a picar el costado—. ¿No te gusta? Nee ¿No te gusta? Soy una mujer bastante bonita, se me han declarado muchos ¿sabes? Nee, nee —reprocha como antes. Me pica y me pica y me pica ¡Dios! ¡Qué molesta!

Una luz y el sueño cambia.

—La luna está muy linda hoy, Tomioka-san —habla alguien, pero no veo a nadie, sin embargo estaba mirando hacia la gran luna.

Eso en literatura significaba "Te amo" ¿No?

Volteo a ver a esa persona, solo miro su sonrisa, a diferencia de otras veces, era una bastante sincera.

" Ha... muerto "

Abro mis ojos algo asustado.

Entre mis brazos alguien más pequeño que yo dormía plácidamente, su respiración chocaba contra mi pecho y sus brazos me abrazaban con fuerza.

—To' te odia'... momioka-shian... —hablaba entre sueños.

¿Qué mierda significaba eso?

Suspiro e intento separarme, pero ella me abrazaba muy fuerte.

Oh, sí, tenía una erección matutina que estaba siendo masajeada por los lentos movimientos de ella.

El placer era infinito, pero si ella se daba cuenta de eso... sus bromas podrían empezar a ser de triple sentido.

No solo por molestar e insultar, si no podrían terminar en acoso sexual de su parte.

Tomo aire para calmarme, no podía dejar que me viese en este estado.

Empiezo a sentir como la erección va bajando y... sorpresa, ella se me pega totalmente y se retuerce.

Nuevamente a intentar calmarme.

Después de eso logro calmarme, hora de llamar a Shinobu.

—Hey, despierta —llamo mientras la sacudo—. Hey.

Ella se mueve y... me muerde.

—¡Oye! —alcé la voz. No habia dolido, pero me había atacado.

La escucho reír. —Buenos días —saluda, se separa y abre sus brazos de par a par mientras mira el techo—. ¿Algo en específico que quieras desayunar? —pregunta y me voltea a ver.

Miro el techo para no mirar esas dos masas que colgaban sin sostén y hacen una cruel invitación a mirarlas. —Haz lo que quieras.

—Vale... —balbucea y bosteza—. Quiero... —empieza a hablar, se levanta un poco y se acuesta sobre mí—. Dormir un poco más...

—¡Oye! —reacciono alerta. Me altero, obviamente me altero.

No quería pensarlo, pero ella realmente era muy suave, cálida y cómoda.

—Sé que lo estás disfrutando, Giyuu —incite para luego moverse sobre mí—. Algo se está poniendo duro debajo mío —habla con voz seductora y sonríe algo pícara.

O la detengo ahora, o no sé qué podría llegar a suceder.

Bueno, sí sé, pero... la idea es que no suceda, no podría soportar la idea de que pase algo porque ella no se cuida.

—Shinobu, detente —ordeno, pero ella me mira, sonríe y asiente.

—¿Esta noche? —preguna, se levanta y queda sobre mi cintura.

Me sentía muy bien, pero nuevamente, no puedo dejarme llevar simplemente.

—¿Qué? —reacciono cuando ella ya está cerrando la puerta de la habitación—. ¡Ni de noche ni de día!

Algo que tenía que aceptar era que, primero, dormir abrazando a alguien era de lo mejor, pero era muy incómodo al despertar.

Segundo, lo había reconocido, pero Shinobu realmente ya no era una chiquilla para nada.

Y tercero... no hice nada, pero... creo que me corrí.

Llevo mis manos a mi cabeza y sobo mis sienes.

Esta tipa sería un gran peligro si no la ataba y la llevaba por el camino que era.

Salgo de la habitación, decidido a encaminar a Shinobu por el camino justo y bueno, como buen adulto.

Entro al baño y me quito la camisa, mi cabello estaba cortado, así que no era largo, lo había llevado largo hasta secundaria, en el último año lo corte y así había hecho hasta ahora.

Escucho un ruido y me detengo de bajar el pantalón de pijama que usaba.

¿Shinobu estaba en el baño?

El baño tenía la puerta de entrada, una sección pequeña con un lavamanos y un soporte para toallas, luego un baño y una tina a la izquierda y a la derecha una regadera.

De la pequeña división del baño donde estaba la regadera veo a Shinobu salir.

Sí confirmo, ella no es nada pequeña.

Invierno - GiyuuShinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora