Invierno - GiyuuShino

Capítulo 6

Abro mis ojos algo aletargado.

Ayer no me acuerdo de lo que hice en la noche ¿me terminé emborrachando con esa bebida de poco alcohol? Lamentable.

Tengo mi camisa subida hasta mi cuello literalmente, puedo sentir muy bien como Shinobu no tiene sostén y también tiene su camisa subida.

La miro, ella como siempre me abrazaba y respiraba pacíficamente.

Se veía muy linda.

Me levanto del futon y voy a la cocina. Tomo agua y luego me recuesto en el sofá de la sala y suspiro.

—El futón es más cómodo —La voz perezosa de Shinobu hace que la voltee a ver—. Buenos días.

—Buenos días —digo para luego volver a recostarme.

—¿Algo que quieras de desayuno? —Ella se acuesta junto a mí en el sofá y me abraza, es muy pegajosa.

—No —digo sin más.

Es muy cómoda y cálida.

Aunque luego de tanto viviendo con ella... no pienso como muy muy mala idea tener una relación con ella, quizás una muy mala, pero no muy muy mala.

Ella aprieta mi nariz y la tira un poco —Estás pensando algo mal de mí.

Solo suspiro —Ve a hacer el desayuno —Tiro suavemente su oreja, es bastante suave.

—En un raaato —Cierra los ojos y se acerca un poco más a mí.

Tomo sus cachetes, que también son muy suaves, y los aprieto.

—Ve a hacer el desayuno —Suelto y aprieto, suelto y aprieto. Enserio es muy suave.

—No son mochi, duele —Siento como infla sus cachetes—. Buuu... Mmm —Infla y desinfla, infla y desinfla.

No me aguanto y la abrazo bastante fuerte.

Ella no dice nada, solo la siento acomodarse entre mis brazos.

El tiempo pasó.

Llegó la navidad, no sucedió nada muy raro o loco, quizás que ahora ella tenía por costumbre bañarse en la tina mientras yo me bañaba en la regadera. Era rara.

Salimos ese día, pero toda la "cita" fue normal, hasta que cayó la noche y estábamos caminando hacia el apartamento.

—Hey — Su voz cuando me llama tiembla un poco, habíamos estado caminando a un paso de distancia y en silencio, así que quizás tenía frío.

—¿Mmm?  Ella se estaba acercando a mí.

—¿Puedo...? esto... —Mientras me mira toma mi mano y entrelaza nuestros dedos. Se sentía bien.

No respondo nada, solo aprieto su mano y sigo caminando.

La miro de reojo, se veía muy... ¿feliz? casi eufórica.

Luego de eso empieza a mecer nuestras manos hacia adelante y hacia atrás.

Parecía una niña pequeña.

Desde ese momento siempre que salíamos (Una vez más antes de año nuevo) me tomaba la mano y empezaba a mecerla.

Eso nos lleva a ahora, víspera de año nuevo.

Me termino de poner el abrigo y volteo a verla.

Ambos vestíamos totalmente de negro, aunque ella llevaba su broche de mariposa de colores rosados y verdes.

—La otra vez... —Ella empieza a hablar mientras saca unas bufandas grises de una bolsa—. ¡Compré esto! —Las saca y me extiende una—. Per-, Perfectas para parejas —Me la entrega y se da la vuelta mientras se pone su bufanda.