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Estaba en un rincón de la habitación sobre su cama con el celular a centímetros suyo

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Estaba en un rincón de la habitación sobre su cama con el celular a centímetros suyo. Sus manos sudaban, estaba temblando, se sentía caliente y le comenzaba a faltar aire.

– Mala idea, es una mala idea, muy mala idea —Decía negando con la cabeza y cerrando fuertemente sus ojos.

En la pantalla de aquel aparato se podía ver un cartel que decía: "¿Desea crear este grupo?".

No recordaba cuantas veces se había repetido aquella escena, sólo sabía que le cansaba pero que no podía detenerla.

Tomó su celular y le dió a la opción de "cancelar" eliminando así todo rastro de la idea que quería llevar a cabo y dejando ver aquella bandeja de entrada vacía, sin ningún chat.

Por más raro y exagerado que parezca Tobio tenía unos 243 contactos, pero no hablaba con ninguno. Varias veces había intentado escribirle a alguien, pero siempre terminaba arrepintiéndose.

En su escuela nadie le hablaba. En el club de volleyball solía hablar algunas veces con sus compañeros de equipo pero sólo era para conversar sobre el deporte, a pesar de que aquello no le molestaba siempre le ha agradado la idea de poder hablar con alguien sobre su día a día, contarle sus problemas y compartir sus gustos.

Pero claro, su ansiedad social no se lo permitía.

– ¡Oye! ¡Kageyama-san! —Le llamó un pequeño pelirrojo a su compañero de equipo

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– ¡Oye! ¡Kageyama-san! —Le llamó un pequeño pelirrojo a su compañero de equipo.

– ¿Q-qué ocurre?

– ¿Colocarías para mí?

– Bueno-

– Vamos, Hinata, ya es tarde, deja a Kageyama en paz. Lo siento mucho por lo molesto que puede llegar a ser —Se disculpó su senpai de segundo año, Ennoshita.

– Ah... No pasa... Nada.

Salió del gimnasio y se dirigió a la sala del club para cambiarse, por alguna extraña razón siempre sentía una mirada encima suyo pero nunca encontraba a nadie viéndole. Una vez terminó salió de allí para encaminarse a su casa, sus senpais de segundo año iban hablando delante suyo.

– Kageyama es un poco raro —Dijo el líbero.

– Sí, cuando habla tartamudea y siempre está nervioso, ¿Crees que esté enfermo o algo?

– No creo que sea una enfermedad.

– Me preocupa un poco.

– Tranquilo Ryu, si le pasa algo lo notificará al sensei o a Ukai-san.

– Kageyama tiene un cuerpo muy raro —Habló esta vez el señuelo.

– Hinata, no digas eso —Regañó un peli-plata.

– Pero es la verdad ¿Han visto su sonrisa? Da miedo.

– Seguro es porque no sonríe con ganas —Dijo Nishinoya— uno debe sonreír cuando está feliz, si fuerzas una sonrisa nunca se verá bien. Hay que hacer que Kageyama sonría por felicidad, seguro su sonrisa sincera es bonita.

– No lo creo —Dijo Hinata— Cuando alguien es feo simplemente es feo no hay nada que hacer.

El ojiazul cruzó la calle para seguir su camino hacia su casa.

¿Eso pensaban los de su equipo? ¿Que era feo? ¿Raro? ¿Que estaba enfermo?

No es como si pensara que fuera bonito, pero tampoco estaba tan mal ¿O sí?

¿Su cuerpo era raro? ¿Que tenía de raro? ¿Estaba gordo? ¿Muy flaco? ¿Debía ejercitarse más?

¿Su sonrisa daba miedo? ¿Cómo hacía para que esto no fuera así?

¿Qué era lo que tenía que cambiar?

– Estoy en casa —Le avisó a la nada mientras se quitaba sus zapatos.

Tobio vivía solo, su hermana se encontraba en Corea trabajando y le mandaba dinero desde allí, sus padres habían fallecido en un accidente automovilístico hace seis años.

Cuando empezó la secundaria su hermana se fue del país dejándolo solo, le compró un apartamento y lo inscribió en una escuela. Suele llamarlo de vez en cuando, el dinero nunca le ha faltado al igual que la comida.

– Debo cambiarme las vendas —Dijo mirando a sus brazos

Se dirigió hacia el baño y se duchó, de un botiquín sacó vendas y se quitó las que ya tenía para ponerse las nuevas.

Se sentó en su escritorio con la intención de estudiar y hacer sus tareas, siempre hacía el esfuerzo de ir bien en clases. Sus notas no eran malas pero tampoco eran las mejores.

Una vez terminó su ronda de estudios se tiró en la cama y tomó el celular.

– ¿Debería intentarlo de nuevo? Aunque siempre obtengo el mismo resultado...

Soltó un suspiro y apretó la opción de crear un nuevo grupo, seleccionó a las mismas nueve personas de siempre, escribió en el título "Setters" y le dio al botón de crear grupo.

Miró ambas opciones "cancelar" "crear".

El miedo volvió y soltó el celular.

Odiaba que aquello ocurriera siempre, sólo quería hablar con alguien, hacer amigos, ¿Por qué no podía hacer eso?

Abrazó sus piernas y escondió la cabeza en éstas, empezando así a llorar.

Abrazó sus piernas y escondió la cabeza en éstas, empezando así a llorar

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Pretty setters team || Haikyuu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora