Kageyama Tobio era un chico que sufría ansiedad social, no tenía amigos, era el callado y "raro" del salón, pero esto cambiaba a la hora de jugar volley, bueno, no del todo
¿Qué pasará cuando decida crear un grupo con los setters de otros equipos?
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– Tobio —Llamó el chico entrando a la habitación.
– ¿Sí? —Respondió la chica quien se estaba terminando de maquillar.
Kageyama vió como su pareja caía de rodillas al piso.
– ¿Tadashi?
– No puedes ser tan lindo, es ilegal.
Tobio solo soltó una risa antes de ayudar al peli-verde a levantarse.
– Ah, a lo que venía, Atsumu dijo que te llama Kanji, dice que lleves tu ropa.
Tobio asintió y confundido se llevó sus cosas a la habitación donde debía estar su amiga. Abrió la puerta y de inmediato a Kanji se acercó.
– ¡Ayúdame!
– ¿Con qué?
– ¡Dejé mi ropa para la fiesta en mi casa! ¡Me acabo de percatar! ¡No puedo ir con un pijama de patos!
Tobio abrió los ojos como platos recién cayendo en cuenta. Se adentró en la habitación y sacó su ropa dándole varias opciones a Kanji.
– Esta te quedaría bien, y esta también —Dijo señalando las únicas dos que tenían colores pasteles— Lo siento, me gustan más los colores oscuros.
– Está bien, me probaré ambos —Dijo para luego tomar ambas prendas he irse al baño de la habitación.
Kageyama se dispuso a terminar de maquillarse mientras esperaba a la otra chica, apenas terminó Kanji salió del baño vistiendo una de las prendas. Era un crop top blanco y una falda rosa, más unas medias y zapatos blancos y Kanji le había agregado un suéter rosa con temática de conejo.
– Kanji, te lo juro, dejaría a Tadashi para estar contigo —La rubia soltó una risa.
– ¿Me queda bien?
– Te queda hermoso.
– Me probaré el otro.
Tobio asintió y la vió irse, se dispuso a arreglar un poco el desastre que había hecho buscando ropa que le gustase a Kanji cuando ésta salió de vuelta.
– El vestido me queda pequeño, me quedaré con esto.
– Está bien, ¿Quieres que te maquille?
– No, gracias.
Kageyama se dió la vuelta dando de nuevo con la chica, se acercó a esta con algo en mano, una vez estuvo frente a ella se arrodilló y le tomó la pierna derecha.
– ¿Eh? ¿T-Tobio que haces?
– Quédate quieta.
La puerta se abrió dejando ver a Tooru y Keiji quienes miraron con impacto a ambas. Tobio se encontraba arrodillado y con la cara entre las piernas de la contraria siendo cubrido por la falda que ésta usaba y Kanji sonrojada hasta más no poder.
