Kageyama Tobio era un chico que sufría ansiedad social, no tenía amigos, era el callado y "raro" del salón, pero esto cambiaba a la hora de jugar volley, bueno, no del todo
¿Qué pasará cuando decida crear un grupo con los setters de otros equipos?
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– ¿Eh? ¿Te vas? —Preguntó el rubio viendo como su pareja se vestía.
– Claro que me voy.
– ¿De nuevo? Siempre dejas las cosas a medias conmigo.
– Pasó algo importante.
– ¿Y yo no soy importante?
– Es diferente... De cierta forma.
– ¿Dices que un amigo tuyo es más importante que yo? Soy tu pareja.
– No estoy diciendo eso, solo... Tengo que irme.
– Claro, siempre es lo mismo, tienes que irte porque Tobio esto, Kanji aquello, Suga lo otro...-
– Son mis amigos, Kei, solo eso.
– Pero les das mucha más atención que a mí ¿Sabes cuántas cosas han pasado pero que yo pasé por alto por estar contigo?
– No debes de hacer eso.
– Pero lo hago porque quiero darte la atención que necesitas, quiero pasar el mayor tiempo contigo antes de que te vuelvas a ir a Kanto y no podamos vernos en semanas.
– No necesito tanta atención, un rato contigo basta.
– ¿Un rato conmigo basta? Oh genial, ¡Ya ni siquiera me llamas ni me escribes! ¡Y cuando vienes a verme debes irte! ¡Cuando voy a tu casa me echas! ¿Todo porque surgen problemas importantes? ¿Yo no soy importante para tí acaso?
– Kei, dejémoslo aquí ¿Si? Cálmate.
– ¡Nada de Kei cálmate! ¡Sólo te estoy diciendo como me siento y me ignoras! S-si quieres terminar conmigo dímelo y ya, si ya no me quieres dímelo.
-¿Qué mierda estás diciendo Tsukishima? No quiero terminar contigo sol-
– ¡Eso parece! ¿Por qué no eres el mismo de antes?
– ¿De qué hablas ahora?
– El Akaashi de antes se preocupaba por sus amigos, pareja y familia por igual. ¿Ahora que se desequilibró todo eres así? Comprendo lo que pasó con tu familia, comprendo que ahora consideres a tus amigos una nueva familia y decidas pasar tiempo con ellos ¿Pero y yo qué? S-solo pasas tiempo con ellos y-y yo estoy solo, no me gusta molestar a Yamaguchi y tú eres lo único que me queda pero ni me haces caso. Ni me estás escuchando por completo porque necesitas irte —Keiji se asustó por lo último dicho— Ya vete, Akaashi.
El pelinegro se quedó helado en su sitio sin saber que hacer, tenía dos opciones, irse y hablar luego con él, quedarse a pesar de que no haría mucho allí. Pero cualquiera que elija pondría mal a su pareja, la primera porque pensaría que realmente ya no lo quiere, y la segunda le haría pensar que se quedó con él por pena.
Hablar un poco sería mejor, pero realmente no tiene que decir, no se estaba percatando de lo que hacía.
– He dicho que te vayas —Habló de nuevo acostándose en la cama y dándole la espalda.
