8. Epifanía

53 8 0
                                        

"¿Adan y Eva eran hermanos?...ella nació de él entonces..."

Taehyung arrugó el entrecejo mirando el techo de la habitación, muy enfurruñado y molesto con su alfa. Su omega también estaba molesto. ¡Como se atrevió a rechazarlo así! Se cuestionó, no era feo el atraía miradas con sus suaves curvas y llamativo aspecto, pero entonces porque su alfa no parecía quererlo. Su lobo aulló pidiéndole que fueran a buscar respuestas de su alfa y quizá, quizá traería consigo al menos un beso robado de los dulces labios tan pecadores de su chico.

Porque sí, ya Taehyung lo dijo, ese chico era suyo. El alfa que le dio la luna para cuidar, mimar y complacer.

Por un momento se quedó aturdido por tan repentino pensamiento, su lado omega saliendo a flote al querer, cuidar y manosear a su pareja ¿Qué? Era normal querer lanzarsele encima para corromper esa dulce apariencia. Taehyung ya se imaginaba a su alfa y a él montados en su bebé, recorriendo carreteras bajo la luz de la luna, jugueteando como lobos y él robándole besos a su tierno pastorcito de iglesia en un descuido.

Su lobo corrió emocionado sacando la lengua.

¡Hagamos eso!

Le dijo su omega.

Taehyung rodó los ojos, su chucho pervertido queriendo darle besos a su alfa lo ponía intenso.

—Calma lobito — se dijo a así mismo— aún hay algo que resolver.

Y lo había, porque el omega no podía concebir  que los ojos de su pareja predestinada fueran bañados por ese absoluto terror por tenerle cerca, además captó sus pupilas moviéndose detrás de ellos dos donde estaban otras personas.

.


.


.

El sol comenzaba a bañar el pueblo de un anaranjado radiante, avisando de la próxima noche. Jungkook abrió el protector de la puerta con ligereza y luego la otra como tal, nada más hacerlo el olor de su padre se filtró como una suave aguja aguijoneando su nariz. Hizo una mueca nerviosa, nunca había sido bueno para mentir menos frente al hombre al que le tenía tanto terror.

Arrastró los pies hacia la sala, ya que para su mala suerte las escaleras para subir a su habitación se conectaban con esta. Por un momento dejó de respirar cuando vio la cabellera negra y la rígida expresión de su padre sentado en el sofá pasando canales al azar, el alfa mayor levantó la vista para ver a su hijo sin suavizar sus ojos.

—Padre— logró vocalizar sin tartamudear, su padre odiaba que lo hiciera.

—¿Dónde has estado Jungkook? — le preguntó con voz dura.

El alfa interior del chico se enrolló sobre sí mismo.

—Estaba en la iglesia, ayudé un poco al hermano seokjin— El azabache se mordió el interior de la mejilla, esperando que su media verdad fuera creída.

—Ya sabes que no me gusta que te acerques mucho a ese alfa, su omega es otro hombre, es una blasfemia para nuestra religión.— Jungkook se encogió en el sitio cuando la dura mirada de su padre recayó de nuevo sobre él—También escuché de algunos hermanos que te vieron hablando con el omega que acoge ese alfa blasfemo— no estaba preguntando era una certeza.

Jungkook se tensó sin remedio, bajó la cabeza sumisamente.

—El solo me pedía algunas indicaciones— gesticuló con un gran nudo en la garganta.

No escuchó nada de su padre hasta que sintió que la camisa blanca que le prestó Jin era tirada con fuerza del cuello, quedó frente a frente con los orbes oscuros de su progenitor.

—Espero que sea verdad, porque si me entero que tienes algo o siquiera le diriges la mirada a esa aberración de la naturaleza la noche de purificación sera adelantada. No permitiré que mi hijo sea contaminado por esos monstruos— tiró más de la camisa zarandeándolo de un lado al otro hasta que la tela cedió y la camisa se rasgó dejando su cuerpo amoratado al descubierto —No creo tener que repetirlo ¿cierto Jungkook? — levantó una ceja al ver al alfa más joven aferrarse a la alfombra para bajar la cabeza.

—No padre—

Sweet Devil (KookV)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora