2. Labios de Eva

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"Si tus labios fueran el pecado mismo estaría tentado a caer"

La manada que se había imaginado Taehyung, no era ni remotamente lo que él esperaba, detuvo su Harley frente a la casa escrita en la dirección, de un salto bajó de la moto y subió el pequeño pórtico, sus grandes botas militares haciendo eco mientras subía los escalones.

Tocó dos veces el timbre, unos minutos después fue recibido por un hombre alto y de hombros anchos con una sonrisa plasmada en su rostro. El olor de pino y bayas golpeó directamente en su nariz, el olor a alfa y omega combinados era fuerte, Taehyung llegó a la conclusión que aquel muchacho debía estar enlazado.

—¿Eres Taehyung? — preguntó el hombre.

El omega asintió en automático.

El mayor soltó un chillido agudo, antes de tirar de él hacia el interior de la casa.

—Eres más bonito de lo que Sunhee noona me había dicho— dijo, apretando las mejillas del contrario. Taehyung lo miró como si le hubiera crecido un tercer ojo en medio de la frente, reprimiendo el gesto de querer sacar la mano de su rostro de un manotazo— ¡Oh! Es verdad, supongo que primero debes saber quien soy antes de toquetear tu cara— una brillante sonrisa adornó los labios del alfa— Soy Kim Seokjin, puedes decirme Jin hyung o hyung, soy primo de tu madre por ende sería tu primo segundo o algo así. Pasa, dejame presentarte a mi esposo y luego te mostraré tu habitación — Jin arrastró al omega hacia otra parte de la casa, mientras parloteaba sobre la sorpresiva llamada de su prima Sunhee, Taehyung se dio cuenta que su familiar no tenía ni idea de la verdadera razón de porque estaba ahí.

—¿Taehyung?— le llamó el mayor.

El omega levantó la cara, se había perdido en sus pensamientos de nuevo, era un mal hábito desde que era un cachorro.

—Mhmm...—

—¿Eres de pocas palabras? ¿Cierto?— le preguntó.

Taehyung hizo una mueca interna, verdaderamente si era de pocas palabras, pero no podían culparlo por que cuando abría la boca solo era para maldecir a algún hijo de puta que se hubiese cruzado en su camino, pero eso el mayor no debía saberlo. Su padre le había advertido, que debía comportarse por que al parecer los familiares de su madre vivían en una manada con una fuerte creencia católica, menuda mierda.

—Si...— respondió quedo, realmente no quería hablar.

La otra sala de la casa a la que lo llevó Jin, era una sala de concepto abierto con un par de muebles, el comedor y la cocina donde un hombre alto y moreno se paseaba con un delantal rojo, cuando escuchó ruido se volteó encontrando una figura conocida y una desconocida, aunque le sonrió en automático.

—Joonie— el alfa se encaminó hacia el otro hombre, abriendo los brazos arropándolo en un abrazo profundo que jodidamente hizo sentir incómodo a Taehyung, agradeció usar neutralizador si no estuviera soltando feromonas de incomodidad.— Taehyung te presento a Namjoon, mi esposo y omega— le dijo el mayor.

Taehyung se rascó la nuca un poco haciendo una reverencia.

—Joonie, él es el hijo de Sunhee— el omega alto lo miró ahora con una sonrisa gigante, yendo a abrazarlo con todo lo que tenía.

Seokjin soltó una risita. Taehyung creyó que se le había roto mínimo una costilla.

—Disculpa a Joonie Tae, el adora a tu madre parecen más primos ellos, que yo con ella.

El omega asintió tratando de respirar y ver si aún sus órganos estaban completos. Seokjin se volteó a hablar un poco con Namjoon antes de que soltara un gran chillido que lo dejó aturdido.

—¡Namjoon vamos a llegar tarde!— chilló corriendo.

En segundos el omega moreno se movió dejando el delantal en la encimera.

Taehyung se sintió confundido por todo el ajetreo, hasta que el alfa mayor se acercó tomándolo del brazo.

—Vamos Tae, se nos hace tarde.

—¿Tarde? ¿Para qué? — quiso saber.

— Para la misa—

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.

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Nunca había sentido tanta calor en su vida ¡Joder! Podía decir que el infierno se quedaba corto, además de todas esas miradas sobre el quemándolo, juzgándolo, sabía que desentonaba entre todo el montón de alfas y omegas vejetes, con trajes y vestidos de estirados y que, el usara una chaqueta de cuero, pantalones rotos, cadenas y anillos en sus dedos, pues no era lo más cómodo. Se maldijo por no ser rápido a decirle que no a Seokjin, pero no pudo hacer nada cuando el alfa ya lo estaba sacando a empujones de la casa, para que se uniera a la misa de la tarde el domingo.

Le picaba el cuello y el anciano que daba la charla no cesaba de hablar, quería frotarse las sienes o cerrar los ojos.

Hasta que algo llamó su atención, el cabello azabache y el traje blanco que llevaba un chico que venía pasando por el pasillo, en caminar suave. Cargando entre sus manso un libro grueso y grande.

Por un momento Taehyung no pudo apartar los ojos de él. Todo piel blanca, cabellos negro, alto, atractivo... El omega comenzaba a enumerar todas las cualidades que podía destacar del chico ¡Demonios! Sus brazos deberían ser ilegales. Se relamió los labios, al ver los del contrario. Toda una boca tentadora.

Su mirada se encontró por un segundo con el hermoso chico, sólo un segundo que lo hizo vibrar de pies a cabeza como un terremoto.

—Alfa— exhaló en un pequeño gemido al ser observado tan intensamente por esas esferas oscuras.

Sweet Devil (KookV)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora