5. Pan y Vino

68 11 1
                                    

«Y el agua se convirtió en vino...¡Jesús conocía la buena vida

Taehyung se relamió los labios lentamente, el motor de su Harley fue disminuyendo aún bajo los ojos brillantes de su alfa, si ya ese hombre era suyo y como tal no lo dejaría ir, su omega saltó emocionado por lo posesivo de su beta estando cien por ciento deacuerdo con él. Se deslizó sensual del asiento de su motocicleta, tratando de lucir lo más fascinante que pudiera, el tatuaje de su brazo izquierdo de rosas brilló en llamas ardientes del sol veraniego de la localidad. Sus ojos avellana conectaron con los chocolate del alfa.

Kim Taehyung nunca había sido un omega normal y eso era lo que lo había hecho terminar en ese poblado, podía golpear y quebrar huesos de cualquiera, fuese alfa o beta incluso había participado en las típicas peleas de bares donde tu espalda la cuidas tu mismo, si no querías terminar con un botellazo en la sien, a sus veinticuatro años nunca le interesó ningún alfa en lo absoluto, comenzaba a creer que sería de esos omegas que se terminaban emparejando con otro omega. Más que cosas y giros daba el destino, después de casi morir en un maloliente callejón pasó a estar a unas cuantas pisadas del hombre que causó un terremoto en su interior con solo una mirada, además que estaba fuera de cualquier estándar de vestimenta actual y cool ¿Pensará que estamos a finales de los ochenta? Se burló Taehyung, no lo dudaba con un pantalón que casi le llegaba al cuello y esa camisa blanca de niño bueno.

Todo un dulce pastorcito de iglesia.

El omega se encontró riéndose de si mismo, al imaginarse al alfa como una pequeña oveja y a él como un feliz lobo moviendo su cola al estar frente a la cena, a punto de dar un bocado. Un bocado que parecía sumamente apetitoso.

Su pircieng del labio fue maltratado por sus dientes, repasando el cuerpo de su alfa a través de la horrenda ropa y el omega pensó no estar decepcionado, porque siempre le habían gustado los niños buenos, tuvo uno que otro romance con algún beta sin interés y lo que más le llamaba la atención casi por inercia fue la apariencia de "Niños buenos" que tenían en el exterior, Taehyung adoraba sonsacar almas puras y el mejor regalo que le pudo dar su diosa luna fue un alfa con el paquete completo de requisitos, sobre todo esos malditamente hermosos ojos brillantes de cordero que tenía.

Taehyung se lo imaginó siendo un alfa dominante y su lobo aulló, imaginando al chico frente a él con tatuajes y piercings que lo hicieran ver caliente como el infierno y joder, joder la imagen no solamente le dio calor, si no que comenzó casi un incendio en su interior. Se avergonzaba ahora por no haber tenido sexo con alguna de sus exparejas y dejar de ser un adusto virgen omega, para solo lanzarse sobre ese alfa y que lo marcara e hiciera suyo como su mente comenzaba a recrearlo.

Santa maldita mierda.

Cuando los pasos se acortaron y Taehyung quedó a solo un medio metro del alfa, sus hormonas se habían vuelto locas expulsando feromonas como un adolescente desquiciado.

Jungkook miró incrédulo al chico parado frente a él, el olor  a manzanas. Dulce, casi asfixiante y desquiciante. De un salto el joven alfa se levantó, dando un paso atrás. La biblia estaba contra su pecho, su ritmo se aceleró y pudo ver como las mejillas del contrario se tenían de un rojo brillante, casi como su cabello lacio y liso que caía sobre su frente como una brocha.

—Hola— articuló el omega tímidamente hacia el alfa, su voz aterciopelada no contrastando con su imagen ruda y Punk. Mordió su piercing nuevamente sin saber que decir.

Jungkook  lo miraba como si en cualquier momento le fuera a hacer alguna barbaridad.

Jungkook dio un paso atrás, escapando un poco de los ojos curiosos que los veían. Sabía que no era nada bueno que esas personas lo vieran, irían y le dirían a su padre y el estaría condenado a recibir otra purificación más severa, tan solo hace unos tres días que recibió su habitual redención, no, no podía aceptar otro, apretó los ojos. Su cuerpo tembló en el lugar, Taehyung se percató y todo nerviosismo o emoción diferente se disolvió en el aire como sal en un abrir y cerrar de ojos, los ojos del muchacho lo miraron alarmados, casi aterrados.

Algo le pasaba a su alfa, su omega corrió dentro de él sintiéndose culpable por haberlo asustado tal vez, el pelirrojo siempre fue directo no importaba la situación. Ahora se arrepentía.

En un arranque de valor estiró su mano, quería una forma de calmar al azabache, su omega lo exigía con furor. Lentamente sus dedos se deslizaron por la mejilla suave y tersa del alfa, casi de inmediato ambos se tensaron en el lugar al recibir algo parecido a una descarga en sus pieles. El alfa dejó de temblar, abriendo los ojos, sus pupilas chocolate brillante habían desaparecido ahora siendo reemplazados por unos orbes dorados.

Omega— susurró el alfa y Taehyung se quedó quieto al escuchar la voz ronca de la bestia interior del chico— Al fin te encontré.

Sweet Devil (KookV)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora