"Nunca naces sabiendo, aún así debes sobrevivir".
Lo más difícil era explicarle a Vane lo que es la muerte y porqué es tan importante. Si no lo hacía, ella dejaría de estar viva (algo que trataba de evitar), por su bien y la promesa que hizo, ella i...
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Vane despertó en el hospital. Vio todo a su alrededor. No entendía qué hacía ahí. Lo único que lograba recordar era que estaba bajando las escaleras y de pronto todo se volvió borroso.
Un doctor entró.
—Veo que despertaste, tus padres estaban preocupados, ¿quieres verlos?
Vane asintió.
>>Primero veamos cómo estás.
El doctor revisó los ojos de Vane con una linterna.
>>Al parecer no tienes ninguna contusión.
Revisó su corazón con un estetoscopio. Se lo quitó y frunció el seño.
>>Por lo visto ya estás mejor, qué raro.
—¿Por qué? ¿Qué pasa?
—En tus estudios salió que tenías una enfermedad rara que es mortal y ahora... Pareciera que solo te caiste de la cama. Debo hacerte otros estudios y si todo sale bien, puedes irte mañana por la mañana.
El doctor salió.
Vane tenía adolorida la muñeca por la intravenosa. Suspiró.
—No entiendo qué hago aquí, quiero ver a mis papás.
Los padres de Vane entraron en la habitación. Se acercaron a ella. Su padre tomó su mano y la madre la abrazó.
—Vane —dijo la madre—, cariño, qué bueno que estés bien, ¿te duele algo?
—La muñeca, un poco... ¿Qué hago aquí? ¿Por qué el doctor dijo que tenía una enfermedad mortal y ya no la tengo?
—Él te salvó cariño, no podemos decirte cómo, pero cuando te den de alta lo haremos, por cierto, ¿cuándo te dan de alta?
—Me van a hacer unos estudios y si todo sale bien, puedo irme mañana.
—Qué alegría escuchar eso... ¿Tienes hambre?
—Un poco.
—Ya vengo.
Se paró y salió.
—¿Por qué nunca nos hablaste de él?— Preguntó el padre.
Vane se encogió de hombros.
—Era una niña, no creí que fuera algo raro.
El padre la vió con ternura y acarició su mejilla.
—Te voy a extrañar.
—¿De qué hablas?
La madre entró con una gelatina y un jugo. Se la dió a Vane.
