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Vane y el portador fueron al hospital, al área de los recién nacidos, porque entre todos hablan unos cuatrillizos, de los cuales dos estaban delicados y luchaban por salvarlos.

Al parecer, el padre de los cuatrillizos había hecho un pacto (ya que su esposa no podía tener hijos) de que los hijos que tuviera daría la mitad, solo si lograban tener.

El portador se acercó a ellos. "¿Serías capaz de vender el alma de los que quieres por obtener algo para tu beneficio?".

"Claro que no, ¿quién haría eso?".

"Su padre lo hizo".

"¿Cómo puede hacer algo así? Son sus hijos".

"Con tal de obtener lo que quieren, la gente hace lo que cree necesario".

Vane volteó a ver a los bebés. "Pero ellos no tienen la culpa".

"Lo sé, pero este es nuestro trabajo, ¿estás lista?".

"Lo haré para alejarlos de su padre, ellos no deben sufrir".

"Entonces hazlo".

Vane vio a los bebés con ternura. "Lo siento, pero van a estar en un mejor lugar".

Vane se los llevó dejando caer una lágrima. Se fueron de ahí. El portador le había prometido a Vane que podían ir a visitarlos cada que quisieran.

Los padres estaban sorprendidos por la muerte de sus hijos, la madre rompió en llanto y el padre sintió algo de culpa por ver a su esposa así. Tiempo después, la madre no pudo aguantar más y se suicidó, el padre se volvió loco y los bebés se quedaron con sus abuelos.

El camino de la muerte (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora