⇢ Read me 「 ᴍɪɴꜱᴜɴɢ 」

I

Jisung estaba experimentado una serie de emociones en su cuerpo. Demasiados nervios, un exceso de miedo y adrenalina, no podía parar de mover los ojos al ritmo de los renglones, pasó la hoja y siguió un ritmo rápido y desesperado. Hasta que paró en seco, al leer el último diálogo del capítulo.

«—Él ha muerto.»

Dejó caer el libro en la mesa de la cafetería con los ojos cristalizados. No le podía estar pasando de nuevo. Agarró una manzana, la mordió y gritó tan fuerte como pudo para sacar su coraje y tristeza. La mayoría del ruido fue retenido por la manzana.

—¿Han? —Bang le miró preocupado al escuchar el ruido. El nombrado sólo quitó la manzana de su boca bajando la mirada negando— ¿Otro? —Chan suspiró rendido. Sabía exactamente lo que pasaba y no fue necesario que el menor le contestará para saber que otro de sus personajes favoritos había muerto.

Han se sumió en una tristeza profunda, recordando todo por lo que había pasado a lo largo de su viaje, la vez donde salvó a la chica con la que se casaría, cuando se enfermó por comer frutas del bosque en mal estado, o cuando se sacrificó por su madre. Estalló en llanto, abrazándose de su hyung para que no lo vieran llorar.

Hyunjin se acercó a la mesa, con una mueca que demostraba su desagrado por la situación.

—¿Otro? —preguntó al rubio quien acariciaba la espalda del menor.

Chris asintió.

—Adicto, ya deja de llorar —removió a Han con algo de fuerza para que dejará de hacer su berrinche. Pero solo recibió gruñidos y quejidos en respuesta—. Conocí a alguien que puede ser tu media naranja.

Como un rayo Jisung salió de su escondite para observar a Hyunjin con un brillo indescriptible en sus ojos.

—¿Tiene libros? —preguntó con ilusión.

—No, pero tiene un buen corazón —Han bufó en respuesta volviendo a esconderse en los brazos de Bang.

—¿Y yo que hago con eso? Acaso voy a la librería y digo: señor, no tengo dinero, pero si un buen corazón, ¿Me da libros? —hizo una pausa secando sus lágrimas—, ¿Acaso yo digo eso? ¿No, verdad?

Bang y Hwang se miraron al mismo tiempo, viéndose derrotados ante el duro carácter de su amigo.