II

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Minho ignoraba su alrededor concentrándose perfectamente en el libro. Los personajes, sus acciones, las consecuencias de sus actos y todas aquellas aventuras lo habían atrapado. Había caído entre las redes de ese nuevo libro.

No podía detenerse, era fantástica la narrativa, podía decir que él mismo se sentía la protagonista —obviamente si fuera mujer—. Los personajes secundarios le agradaban y conjeniaba con ellos. En ocasiones paraba de leer sólo para pensar que decisión hubiera tomado él.

¿Así se sentiría Han? ¿Por qué no había intentado leer antes? ¡Había desperdiciado su tiempo!

Suspiró lleno de felicidad cuando por fin terminó la última página de la emocionante lectura. Cerró el libro y un vacío lo inundó, sus ojos se cristalizaron y con rapidez ocultó su rostro entre sus manos.

—¿Minho? —Trató de llamar la atención de su amigo pero fue en vano. Sin embargo casi se ahoga con su comida cuando escuchó un sollozo proviniente del castaño—, ¿estás llorando Minho?

—¡N-No! —casi gritó mientras destapando su rostro, dejando ver sus ojos algo rojos y pequeñas lágrimas resbalando por sus mejillas.

—¿Por qué lloras Honnie? —preguntó Yongbok tomando asiento al lado de su novio.

—¡Es que fue tan hermoso! —chilló desparramadose en la mesa de la cafetería—. Desde el principio hasta el final. Pero no se que hacer ahora con mi vida, ¿Cómo debo seguir? ¿Qué se supone que haga ahora que he terminado? ¿Cómo avanzaré? ¿Será este el fin del hombre araña?

Changbin y Felix miraron a Minho delirar, temiendo por su estabilidad mental del castaño.

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