Capitulo 12

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Tachihara estaba verdaderamente exhausto, no le gustaba para nada tener que ir a buscar a Chuuya por toda Yokohama como si fuera su mama, pero no era como si pudiera quejarse. Había tocado el timbre del apartamento del castaño, pero nadie respondió, ni abrió. Espero mas de media hora parado como un tarado cuando un vecino que llegaba de hacer unas compras le informo que el habitante de la casa había salido en la tarde y no había regresado. Después de agradecerle con una reverencia trato de salir lo más rápido de ahí e ir rumbo al apartamento del pelinaranja.

"Si no está ahí, tendré que ir a buscarlo por todos los bares de la ciudad" pensó con pesadez y cansancio "O será mejor buscarlo en un callejón? De seguro que sería un buen lugar donde asesinar".

No tardó mucho en llegar, y tampoco pensaba demorarse subiendo hasta el apartamento. Una vez teniendo la puerta en frente, tocó el timbre.

Nada.

Debido al cansancio y un poco de frustración al tener que ir a buscar un ejecutivo ebrio en algún bar, presiono el timbre unas cinco veces más. Y justo cuando se disponía a emprender su ardua búsqueda, la puerta del departamento se abrió.

-¿Qué son estas horas de molestar?!- hablo un pelinaranja enojado y despeinado recién levantado. El pelirrojo se volteo para hablar con él, pero no pudo siquiera pronunciar palabra al verlo.

-C-Chuuya-san-.

-Ah, Tachihara-kun, eres tú. Necesitas algo?- preguntó con un tono que reflejaba cansancio, aunque no era para nada irrespetuoso.

El más joven simplemente desvió la mirada con un notable sonrojo, tal vez era la vergüenza de ver al ejecutivo en ese estado.

-C-Chuuya-san, Dazai Osamu se en-encuentra con usted?- tartamudeó con miedo. Verdaderamente tenia miedo de que la respuesta fuera "si", y todo por la vista que tenía del ejecutivo en esos momentos.

-Ah? Dazai? Porque preguntas esas estupideces?- pregunto Chuuya con un evidente tono de fastidio que se volvía un poco irrespetuoso. Nadie que perturbara su sueño por preguntas tan estúpidas se salía con la suya, y, si no tenía una buena excusa, Tachihara no sería la excepción.

-Mori-san me envió para asegurarse de que no lo había matado- Bien, eso era un buen escape. El simple hecho de mencionar al jefe dejaba a Chuuya en una muy mala posición, así que no le quedaba de otra que responder.

-Si, está en mi habitación- dijo en un suspiro. Claro que no meditó sus palabras, el sueño le ganaba. Pero esa falta de inspección solo hizo que Tachihara se alarmara mas y mas. "No puede ser Chuuya-san, hubiera sido mejor matarlo a... esto" pensó alarmado.

-Oye, desde que llegaste estas rojo, y avergonzado, y cuando hablo no haces más que sudar y abrir los ojos. ¿Estás enfermo?- preguntó Chuuya al ver la reacción del más joven.

-Chuuya-san, de verdad que no se está escuchando y VIENDO a usted mismo, verdad?- preguntó con incredulidad. De verdad que no podía ser posible que estaba ignorando el hecho de que estaba en ropa interior, despeinado, con una cara de "Nadie me moleste", y diciendo cosas como "El esta en mi cama". De verdad que incluso en su mente eso sonaba muy, pero muy mal.

El de ojos azules hizo una rápida inspección a su vestimenta, o más bien su falta de vestimenta; comprendiendo al fin todo lo que pasaba por la mente de su pobre subordinado.

-No! Espera no es lo que piensas!- trato de explicarse en medio de gritos de vergüenza.

-Chuuya-san, no tiene nada de malo. Solo trate de ponerse una toalla al abrir la puerta- trato de calmarlo con sus mentiras. Y es que en verdad, no tenía nada de malo, pero es que por favor, tenía que cuidar su lenguaje y simplemente no lo comprendía en absoluto. Sin mencionar que tenía gustos un tanto cuestionables y estaba con nada más y nada menos que con alguien de la organización enemiga.

No me sueltes ~~~~(bsd, Soukoku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora