Esa persona...
Fue a un lugar donde mis manos nunca lo podrán alcanzar de nuevo…
Más allá de la noche desde el nacimiento, sin despertar del sueño, estoy soñando, acurrucándome hasta la mañana con mi dolor.*
. . .
...La planta lucía pequeña y preciosa, de tallos delgados extendidos y las hojas estaban dispuestas a los lados uniéndose a él en forma de lanza: debajo de su aspecto rústico las flores, pequeñas y blancas se agrupan para crear una apariencia delicada y aireada, no eran extravagantes ni pedían a gritos afecto, al contrario, comparado a otras flores del lugar no robaban atención, sino que tenían una consideración digna de aprecio, ellas se mostraban para que otras se luzcan.
Seguro pocos las mirarían con el cuidado debido y probablemente otros más las pasaría de largo, no porque les faltara belleza, sino porque muchos preferían una hermosura excéntrica que destacaría robando los focos de atención. Probablemente su yo del pasado también hubiese pensado eso pero la verdad era que, aquellas pequeñas flores blancas, resaltaban irónicamente por todo lo contrario: eran tan simples que eran lindas pues no sentían la necesidad de suplicar atención, sino que esperaban pacientes a que una persona apreciara su belleza discreta.
— ¿Qué hay de esas? —Preguntó, apuntando hacía la maceta colgante cerca del mostrador.
Su amigo pelirrojo, que se encontraba a su lado anotando las posibles opciones en un portapapeles, volteó su cabeza hacía donde apuntaba Osamu, notando las pequeñas flores blancas posando elegantemente en el sol filtrándose en el invernadero. Inmediatamente volteó esperando la explicación de la muchachada frente a ellos.
— ¿Esas...? —Preguntó extrañada, frunciendo confusamente el ceño, más al ver el interés genuino de ambos hombres decidió hablar:— Es una planta llamada Gypsophila o Gipsófila, también es conocida como “Velo de Novia”, es originaria de Europa y pertenece a un género de herbáceas. —Explicó de forma práctica, volteando a los sujetos para acercarse a la maceta que colgaba sobre el mostrador— Es una flor bonita pero un poco difícil de cuidar, requiere bastantes atenciones.
Al castaño eso le trajo vagos recuerdos que dispersó en un movimiento rápido de su cabeza. Se acercó al lugar para apreciarla, moviendo cuidadosamente sus tallos, sintiendo la leve humedad que todavía cubría estas.
Oda ladeó un poco la cabeza, cruzando sus brazos. Esa era probablemente la flor que menos llamaría la atención a simple vista, pero el trabajo era de Dazai, por lo cual él tendría la última palabra, por lo que Oda no iba a meterse.— Será esta. Quiero que cambien cualquier orden anteriormente hecha: todos los arreglos deberán ser específicamente de estás flores. Kunikida-kun hará los modelos. —Decidió, mirando hacía la chica que abrió un poco los ojos con sorpresa, parpadeando impresionada.
— Pero eso... —Quiso refutar y al ver la convicción del cliente en usar aquella flor tuvo que aclararse lo más rápido posible— Eso será un poco complicado... Si bien es muy utilizada para arreglos florales y bouquet de bodas, generalmente es como complemento, no creo que sea muy apropiado como atractivo principal. Probablemente no lo sepa por su inexperiencia. —Argumentó ella, ambas manos frente a su rostro y una sonrisa profesional mientras corregía al "inexperto cliente"— Ya que es una flor silvestre puede usarla de otro modo, si esa será la temática de su boda: podría colocarlas en un arreglo de girasoles para que vayan de punta a punta en la mesa; o en pequeños centros que puede combinar con cestos, botes de cristal o elementos vintage. —Aconsejó, pues lo que menos quería es que un precioso arreglo se arruinara por los pocos conocimientos de su cliente.
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Parfum de printemps. (Soukoku, BSD)
FanfictionEn una primavera de colores pálidos un joven y nada apasionado fotógrafo se encuentra en Okinawa: un viaje de descubrimientos a un precioso lugar lleno de imágenes para plasmar; donde la fotografía más hermosa resultó ser la de un risueño hombre en...