Capítulo 9

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Abrí los ojos de golpe al escuchar aquella voz seductora y prometedora. Sentí cómo se encogía mi estómago al reconocer al personaje que pronunció aquellas palabras. Tal como Ella había dicho que pasaría, mis alas volvieron a crecer. Pero su voz acababa de romper el hechizo mientras sentía que un miedo helado comenzaba a expandirse desde mi estómago hasta el resto de mi cuerpo, concentrándose el frío en mi corazón. Sentía cómo mi pecho comenzaba a agarrotarse, mientras yo lo único que quería hacer era salir pitando de aquel lugar.

El cambio dentro de mí me dejó atónito. En cuanto dejé de robarle energía a mi hermana, comencé a sentir un calor que comenzaba a derretir las heridas de mi espalda y las curaba, mientras huesos, músculos, tendones y articulaciones comenzaban a crecer muy dolorosamente... Exactamente como la primera vez que me crecieron las alas.

Pero esta vez yo pude darme cuenta de algo. Mi alma se estaba completando, y aunque era doloroso, también era un placer para mí sentir aquel dolor. Desde que mis alas se habían ido, me había sentido roto, como si alguien me hubiera partido por la mitad. Entonces, ahora que mis alas han regresado, yo volvía a estar completo otra vez. Y sí, dolió como los mil demonios, pero fue un dolor bueno que me propuse disfrutar en cada segundo.

Y justo cuando el dolor se había marchado para simplemente dejar el placer de sentir mis alas nuevamente, escuché la alabanza de la Gran Zorra a mis alas y ello me llenó de terror al sentir su presencia tan cerca de mí.

¡Me va a quitar nuevamente mis alas!

Sentí como si el aire a mí alrededor se espesara. Comencé a sofocarme y mi corazón se disparó. Su sola cercanía me quemaba al yo estar congelado por el pánico por dentro. No podía dejar que Ella me quitara nuevamente mis alas. Eran mías. Por fin volvía a estar completo. Ella ya me había roto una vez, y no estaba en mi lista de prioridades volver a pasar por eso...

Me volteé hacia Ella completamente dominado por el pánico. Antes no le tenía tanto miedo a la Muerte, pero ahora ya sabía lo que Ella podía hacerme... Era muy poderosa y no me creía ni por un segundo que tuviera poderes suficientes como para poder enfrentarme a Ella... Pero no podía hacer otra cosa. Si a Jehan se le pasaba por la cabeza la idea de enfrentarla, sería un suicidio seguro, aparte del hecho de que tenía que asegurarme de que Amanda saliera de aquí y yo no sería capaz de llevármela. Es cierto, he recuperado parte de mis poderes, pero ni de lejos los suficientes como para poder transportar a una humana en cuerpo y espíritu fuera de una dimensión hacia otra. No era superman.

Así que tendría que dejar la cobardía a un lado y creer, aunque fuera por solo un segundo, las palabras de la Muerte. En este momento no estaba atado, por lo tanto yo podía hacer uso de mis poderes. Ahora podía enfrentarme a Ella. Y la prueba, aunque no me convenciera en absoluto, era que en este momento no me sentía atraído a Ella en absoluto. La encontraba repugnante. Ni siquiera me daba cuenta de su hermosura. Para mí, la mujer más hermosa que existe es Isabella, y nadie la podía superar.

-Ahora estoy libre y soy un nigromante completo- digo sorprendiéndome a mí mismo cuando mi voz suena tan segura, sin la menor vacilación. Sentí cómo el miedo que Ella me causaba desaparecía en un abrir y cerrar de ojos. Ya no le tenía miedo a la Muerte, pues me di cuenta de que Ella no podría volver a arrancarme las alas porque yo no le iba a posar para que lo hiciera. Ella no me volvería a hacer daño sin que yo hubiera peleado con todas mis fuerzas. Nunca más.

La Muerte me miró sorprendida al verme tan decidido, al descubrir el deprecio en mi voz, el odio, el deseo de venganza, un ataque de locura que me iba invadiendo lentamente, sin que yo pudiera hacer nada por evitarlo. Yo nunca había sido una persona muy vengativa o rencorosa, pero tenía la ligera impresión de que eso acababa de cambiar... Aunque nadie podía culparme. A nadie, nunca, lo han quebrado espiritualmente a propósito, por solo el placer de verte sufrir. Porque la tortura que me infringió la Muerte no fue solo dolor. Ella literalmente partió mi alma, la trituró y jugó con ella solo porque a Ella le gustaba la idea de que yo me convirtiera en un nigromante para engendrar un hijo mío.

Traición (Crónicas del Nigromante 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora