-Nigromante...-murmuro desconcertada. Me volteé de golpe y me quedé de piedra al ver esa rebelde mata de pelo rojo carmesí, cortado muy corto, como con machetazos, pues Candice siempre decía no tener tiempo de preocuparse por la vanidad y cosas por el estilo. Esa era su forma de ser. Ella nunca se preocupaba por cómo se veía. Simplemente le daba igual.- ¿Dónde has escuchado esa palabra?
Yo la había escuchado antes, pero no sabía dónde. No podía recordar dónde. No podía centrarme como era debido en aquella palabra, era como si se me escapara ese pequeño detalle y no podía alcanzarlo por mucho que lo intentara. Comencé a alarmarme. No podía ser que estuviera tan fallada que ahora, de la nada, mi memoria comenzara a fallarme. Pero lo cierto es que no importaba lo que hiciera, no podía recordar dónde o en qué momento había escuchado esa palabra.
Me encogí de hombros mentalmente y luché con fervor contra mí misma para decidir que la verdad es que eso no tenía importancia. Una parte de mí seguía empeñada en afirmar que era importante, pero pasé de ella. Sabía muy bien que eso tenía que ver con Drake, pero, tal y como había dicho Candice, él estaba muerto, por lo que intentar averiguar lo que significa esa palabra no tenía ninguna relevancia. Aquello no le devolvería la vida.
-La Muerte ha hablado de ello, aunque no sabría explicar nada, pues, como siempre, no le he puesto demasiada atención- afirma Candice con indiferencia sonriéndome de buena gana. Ella abre los brazos y me abraza con fuerza.- Pero cambiemos de tema. Es día de fiesta y me alera mucho verte.
Yo ni siquiera me sentí conmovida con esa afirmación, pero decidí que si no quería quedarme sola tendría que hacer un esfuerzo de aceptar a mis amigos. No podía aislarme. No podía quedarme sola, porque en tal caso estaba completamente segura de que no sería capaz de soportarlo. No era tan fuerte. No era fuerte, punto.
-Yo también.- afirmo imprimiendo una sonrisa falsa en mi rostro, que sin embargo se fue transformando en realidad. La verdad es que debía intentar seguir con mi vida, y yo sí había extrañado a Candice, mi buena amiga. Por lo que, poco a poco, el cariño hacia esa chica comenzó a renacer, junto con los recuerdos de todas las cosas que hicimos juntas años atrás; y la sonrisa se volvió de verdadero jubilo. Quizá no tan alegre y potente como lo era antes, pero sí sincero.
-Te nos habías perdido. ¿Por qué no había vuelto con anterioridad?- me pregunta Candice con afecto.- Todos aquí te extrañábamos. Eres alguien muy querido por estos lares.
-Eso es cierto, y nos tenías a todos nosotros votados- se queja con un mohín de broma Olisan. Yo las abracé a ambas y dejé que su locura jubilosa se me contagiara un poco. Me podía servir para desconectarme y olvidar por unos momentos.
-Pero he vuelto, y no van a poder conmigo y mis deseos de fiesta- afirmo con decisión y ambas estallaron en carcajadas. Así era como yo siempre me había comportado estando con ellas, así que no era extraño que ellas se hubieran sentido aliviadas cuando decidí que podía distraerme un poco y disfrutar como si no tuviera nunca más una oportunidad de hacerlo.
Olisan y Candice dejaron estar lo que les había contad. Lo bueno de ellas es que sabían cuando una quería desconectarse de todo lo que estaba sintiendo para solo pensar en emborracharse y pasarlo bien.
Ambas chicas me tomaron de los brazos y las tres nos internamos en la fiesta de buena gana. Íbamos a pasarlo de maravilla. Ninguna preocupación irrumpiría en nuestra diversión. Íbamos a deshacernos de ellas y seríamos libres de hacer lo que se nos viniera en gana.
-¡Miren quién ha regresado!- exclama Bryan soltando la cuerda del arco con el que estaba practicando y con el cual me estaba apuntando. La flecha impactó justo en mi frente y me di cuenta de que era una flecha de broma, pues, en cuanto impactó en mí, ésta se deshizo en luces de colores que me aturdieron por unos momentos. Yo me piqué lo suficiente como para quitarle de las manos el arco y las flechas de broma a un alfo que pasaba por mi lado y comenzar la guerra con flechas aturdidoras.- ¡No me das Isabella, no me das!
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Traición (Crónicas del Nigromante 2)
FantastikDrake ha muerto e Isabella se siente traicionada por él. Drake la había dejado sola. Pero no es el único que la traiciona, todas las personas que alguna vez afirmaron amarla la están traicionando. ¿De verdad era que nadie podía mantenerse de su lado...