Sin duda, dormir en asientos no era lo mío, y mucho menos en una de las de un avión. Apenas logré abrir mis ojos cuando se escuchó por el altavoz que el vuelo hacia Orlando ya estaba a punto de aterrizar. Me desperecé un poco, teniendo cuidado de no estorbar a uno de los pasajeros que venían al lado de mi asiento y envolví los audífonos con que tenía puesto en el celular con un poco de cuidado para guardarlos en el bolsillo. Como siempre, volví a colocar mi silla en posición vertical, bajé la tablilla en donde últimamente había estado comiendo y esperé.
De un momento a otro, la curiosidad ganó mis sentidos y di una pequeña mirada a las vistas desde lo alto gracias a la ventanilla que tenía a mi lado derecho. Me asomé, encontrándome con las vistas de la playa. Era un poco divertido ver lo mismo que te mostraban en la tv, en los típicos comerciales de aerolíneas. El mar cubriendo parte de la superficie, para luego pasar a un pequeño verde y después a la ciudad.
El piloto dio las instrucciones, y en unos momentos ya estábamos descendiendo del aire. Mis oídos al principio tuvieron un pequeño tapón por la velocidad en la que descendíamos y también por la presión que estaba causando la cantidad de aire sobre mi cuerpo. No duró mucho hasta que mis pies retumbaron y me hicieron casi saltar en mi propio asiento cuando aterrizamos en la acera.
Apenas dieron las instrucciones, la gente que estaba a bordo comenzó a pararse y tomar su equipaje de mano de los gabinetes justo arriba de sus asientos. Sin quedarme atrás hice lo mismo, teniendo un poco de ayuda de la persona que tenía al lado.
No era mucha sorpresa que apenas, al esperar un tiempo eterno entre la fila de personas que estaban saliendo, un calor impresionante se apoderara en el aire y me hiciera quitar el buzo que llevaba puesto en ese momento al instante. Se me había olvidado de que estábamos a un nivel del mar un poco más bajo, y claro, el clima en Florida comparado con el de Brighton cambiaba de gran manera. Costaría acostumbrarse.
Si era verdad todo lo que me dijo mi familia antes de partir hacia este nuevo país, de que en sus construcciones uno se perdía tan fácilmente, pues ahora podía confirmar que tenían razón. El aeropuerto tenía cuatro terminales, la A, la B, la C y la D. En mi caso, mi vuelo había aterrizado en la B, así que me tocaría tomar un tren bala para llegar al centro del aeropuerto, en donde anteriormente había cuadrado con Dream para poder encontrarnos.
Al principio solo anduve entre vuelta y vuelta por donde se encontraba la terminal y por las diferentes tiendas a los lados del camino, sin realmente saber cómo diantres podría llegar al lugar donde recoger mi equipaje faltante. Si no hubiera sido por algunos turistas que venían en mi mismo vuelo, seguro que Dream me hubiera dejado varado en ese laberinto sin salida.
Después de haber recogido todo el equipaje me di vuelta y me dirigí hasta la terminal en donde tomaría el tren bala que supuestamente pasaba por uno de los lagos más grandes del mundo para ir hasta el centro comunitario del lugar. Entre toda la gente que venía y se iba pasé hasta el lugar que estaba buscando. No tuve que esperar tanto para poder entrar a uno de estos transportes, solo fue al segundo turno desde que había llegado.
Nada más tener espacio suficiente y conseguir de milagro una silla en la cual sentarme, dejé que el tiempo pasara. Apenas todas las sillas y puestos estaban llenos, una voz de robot se escuchó en los altavoces y el pequeño viaje comenzó. A la ventana que tenía a mi lado, después de unos segundos antes de que el tren saliera al aire, logré observar detenidamente todo lo que rodeaba las instalaciones. Era verdad, un lago gigante y árboles en el más allá rodeaba toda mi vista. Era algo muy bonito, no se comparaba nada con el mio.
El sol totalmente arriba, el lago en donde pequeños fragmentos de cristal reflejaban la pequeña naturaleza era una obra de arte. Con colores seguramente hubieran sido mejores las vistas, pero aun así me conformaba con eso.
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Desde Mi Perspectiva - DreamNotFound
FanficLas cosas no las puedes ver a mi manera. Ni con los mismos colores, ni con las mismas sensaciones, ya que todos somos diferentes. Además, la forma de representar los sentimientos ya depende de como sea la persona. Pero, si realmente estas dispuesto...