Una Pequeña Mirada

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El sol ha dado su vuelta, la noche ya acaba de irse por el oeste, y el frío de la ciudad se hace presente, dando paso a la madrugada. A duras penas lograban alcanzar a escuchar el sonido de las gaviotas, volando hacia su próximo refugio. Podría ser de mañana, o podría ser de tarde, pero por lo menos logré despertarme.

No era para mentir, mi mente no me dejó dormir en un pasado, cuando la noche apenas florecía y el cielo oscurecía, pues la emoción que abarcó todo mi ser era mucho más interesante que la película de la imaginación al cerrar los ojos.

Comencé como lo haría en cualquier día. Me levanté de mi cama y llevé hacia atrás mis brazos para desperezarme un poco. A causa de esto bostecé, luego lleve una de mis manos a mi ojo izquierdo para frotarlo un poco y quitarme las lagañas que tenía en este. 

Al final sí que pude dormirme... diría que una hora o dos, no sé.

Dejé mis sábanas a un lado, volviendo a estirarme otro poco y acostumbrar la vista. Como si fuera una mañana perfecta, tuve la dignidad para pararme rápido del colchón y abrir a un lado la persiana, dejando entrar un poco de la iluminación del sol a mi cuarto para que no pareciera una cueva en pleno invierno.

Como casi siempre, me dirigí a mi celular y lo prendí, mostrándome una buena cantidad de mensajes; desde menciones en las diferentes redes sociales hasta llamadas perdidas: todas y cada una de las personas con las cuales me iba a encontrar hoy; uno de ellos era británico, y el otro era estadounidense.

Era increíble que después de un año me vaya a encontrar con aquel que viene de Estados Unidos. En serio, nunca me llegué a imaginar esa posibilidad, además de que fui afortunado.

Mentiría si dijera que no estaba emocionado. Por fin lo vería de otra manera, no con una máscara o cualquier cosa que lo escondiera. Iba a conocer la verdadera identidad de Dream, al mismo Clay. Le daría esa pequeña mirada por la cual había anhelado día y noche, cuando todos mis problemas a base de mis malditos sentimientos comenzaron.

Algunos se preguntarán ¿George, acaso te vas a confesar apenas lo veas? La respuesta es no, para nada ¿Y después de todo eso? Tampoco. La opción que yo había tomado con Wilbur antes de irme de su casa, hace dos días, fue simple; dejaría que las cosas siquieran así, no cambiaría nada a la fuerza, eso solo dejaría eso al tiempo. No me atrevería a demostrarle a cada día lo que yo sentía por él ni menos, solo seguiría siendo yo, siendo su amigo y su mano derecha para el trabajo en youtube y por fuera de esta red de videos.

Fui a servirme el desayuno, decidiendo prepararme un cereal con leche. Algo liviano que no vomitara mi estómago, que ya me estaba doliendo desde el momento en el que me levante por todo esto.

Dato curioso, si estaba emocionado, pero tampoco es que fuera saltando por toda mi casa gritando o sonriendo como un idiota. Me mantenía un ambiente tranquilo y sereno, pero eso sí, la tercera guerra se estaba delatando dentro de mí.

Al servirme lo que iba a desayunar, decidí sentarme en el mesón de la cocina y al mismo tiempo que daba cada cucharada al plato con el líquido y el cereal le estaba escribiéndo a Wilbur, preguntando la hora exacta del encuentro y también el lugar. Termine de comer y lave los trastes, guardándolos milagrosamente en sus respectivos puestos. Se notaba que me encontraba de buen humor, pues normalmente dejo este tipo de tareas para después.

De haberme secado las manos volví a mirar la pantalla del aparato, indicando que ya me había respondido. Era en el pizza hut del puerto marino que teníamos en la ciudad, dando directo al mar y casualmente cerca de otro supermercado Asda. La hora era entre las 4:40 y las 5:00, por si alguno de los tres llegaba tarde.

Todo ya estaba listo, solo faltaba que los relojes de cada uno marcaran la hora de la tarde.

11:30 de la mañana del 13 de julio. Le di un puñado de comida a la pequeña perrita. De ahí decidí darme un baño para no tener que correr por la tarde y ser el que llegara tarde. Busqué mi ropa entre el armario, escogiendo después de cinco minutos lo que me pondría; una camiseta de color claro, diría que blanco, unos pantalones de tono oscuro un tanto holgados y obviamente la ropa interior. Fui, me metí al baño con la ropa en mis manos y me quité el pijama que tenía puesta para mojarme y despertarme más.

Desde Mi Perspectiva - DreamNotFoundDonde viven las historias. Descúbrelo ahora