CAPITULO II

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Harry y Ron pegaron el grito en el cielo cuando vieron a Hermione bajar las escaleras que claramente conducían al ático. Ella solo rodó los ojos y los ignoro. Continuó bajando hasta la cocina con sus dos amigos a sus espaldas dándole mil y un razones para que no volviera a acercarse a él ella sola.
-Hermione, buenas noticias. Bill tiene el sótano completamente equipado para hacer pociones aunque le faltan algunos ingredientes, pero podemos hacer que Dobby nos los traiga de Hogwarts. - dijo la rubia emocionada.
-¿Ingredientes para que? - preguntó Ron claramente irritado porque estuvieran hablando de pociones e ingredientes a tan tempranas horas de la mañana.
-Perfecto Luna. Además necesito que Dobby me consiga ingredientes para una poción multijugos. La vamos a necesitar para lo que tengo en mente. - añadió mirando a sus muy confundidos amigos.
-Hermione ¿puedes..? - pidió Harry que le explicará. O estaba aún dormido o... si era eso. Aún estaba dormido.
Hermione dio un suspiro y procedió a contarles su plan.
Cuando Bellatrix estuvo torturándola, no dejaba de preguntar histérica, como rayos entraron en su bóveda. Estaba realmente preocupada de que alguien haya irrumpido dentro. Así que obviamente algo muy importante debía estar ahí escondido. Un Horrocruxe.
-Y deduzco que ya sabes cómo vamos a entrar en su bóveda... - añadió Harry.
-Pues si, no será nada fácil pero... tenemos a Griphook. Hay que interrogarlo, él nos dirá todas las medidas de seguridad que deberemos pasar hasta llegar a la bóveda, sin mencionar que debe saber exactamente donde está.
-Pero Hermione... ¿poción multijugos? ¿En quien planeas transformarte? - preguntó Ron.
-En Bellatrix. Tenía uno de sus cabellos en mi sweater ayer cuando me lo quite. - se apresuró a añadir cuando sus amigos claramente le iban a preguntar eso.
-Es un plan brillante. Tenemos que entrar en esa bóveda. Está claro que algo esconde. - concluyó Harry más entusiasmado al tener un punto de partida en esa misión suicida.
-Bien entonces tendrán un mes para convencer a Griphook. Es el tiempo que me tomará elaborar la poción, eso si Dobby me trae los materiales hoy mismo.
Y como si lo hubieran invocado, un sonoro crack se produjo en la estancia.
-¡Dobby! - gritaron alegres Luna y Hermione al ver a la criatura entre ellos.
-Dobby está muy feliz de ver que todos se encuentran muy bien. Dobby ha venido a ver si necesitan algo. - dijo la criatura con sus grandes ojos brillando de felicidad.
-Dobby, gracias. Nunca podré agradecerte lo que hiciste ayer por nosotros. Y si, necesito algunos ingredientes para pociones ¿Crees que puedas robar algunos para mi en Hogwarts? - añadió Harry arrodillándose a su lado.
-Dobby estará muy feliz de robar y ayudar a Harry Potter y sus amigos, señor. - dijo moviendo sus orejas con alegría.
Hermione escribió rápidamente en un pergamino el doble de los ingredientes que de seguro necesitarían y algunas otras provisiones más, por si acaso. Si estarían ahí un mes, tendría tiempo de sobra para preparar pociones curativas.
Le entrego la lista al elfo y éste se despidió con un sonoro crack.
-¡Chicos! Pensé que tendría que transformarme en mamá para ir a despertarlos - bromeó Bill entrando por la puerta de la cocina.
Le contaron a Bill sus planes y éste prometio ayudarlos en la preparación de todas las pociones que necesitarán.
Luna y Hermione se ofrecieron para hacer el desayuno esa mañana pero Bill se negó en rotundo. Les dijo que salieran a tomar aire fresco mientras él preparaba algo rápido. Estarían a salvo por el encantamiento Fidelio que cubría unos veinte kilómetros a la redonda.
Luna estaba deseosa de caminar descalza por la orilla Del Mar y Hermione aprovecho la oportunidad de estar a solas con ella para preguntarle sobre Malfoy.
-Luna... ¿estas bien? - preguntó dudosa Hermione. No sabía por dónde empezar. Por un lado no quería hacerla revivir momentos dolorosos, sabía perfectamente lo duro que eso era. Pero necesitaba saber si Draco Malfoy se había sobrepasado con ella.
-Gracias a él, lo estoy Hermione. - dijo sin más, como si adivinara a donde se dirigían sus pensamientos.
-¿A quien Luna? - fingió Hermione. A veces no sabía cómo hacer que la rubia hablara sin tantas metáforas. Era como hablar con Dumbledore.
-A Draco. - Luna sonrió al ver la cara de incredulidad de la castaña. - Él no es tan malo como todos piensan.
Le contó cómo los primeros tres dias Bellatrix se desquitaba torturándola hasta el cansancio. Pero al cuarto día Draco le suplico que lo dejara intentarlo, que tenía "mucho estrés" acumulado. Draco la torturo ese día y parecía estarlo disfrutando de verdad. Al final del día le pidió a su tía quedarse con ella. Recordaba escucharlo decir que tenía muchas cosas en mente. Su tía, obviamente no se negó.
Hermione estaba horrorizada escuchando aquella historia. Pero Luna le contaba todo aquello con una sonrisa melancólica en su rostro.
-Esa noche, Draco Malfoy me pidió perdón por toda la tortura que me hizo pasar Hermione. Pero me dijo que necesitaba parecer "convincente". Y me prometio que a partir de ese día nadie me pondría un dedo encima. Y así fue. Una vez al día se las arreglaba para traerme algo de comer y tenía una manta que se evaporaba cuando alguien abría la puerta del calabozo. Pero nadie bajaba allí. Solo él. De no ser por él, no se que hubiera sido de mi a manos de Bellatrix. - finalizo Luna con una sonrisa llena de gratitud.
-Pareces sorprendida Hermione - añadió la rubia, unos minutos después en los que Hermione permanecía en silencio. Y es que la castaña pasó del horror y el odio a la completa sorpresa. - ¿tan mal concepto tienes de él? - Hermione la miro dudosa, no sabiendo que contestar a eso.
-No confío en él Luna. Pero esto que me dices, cambia un poco las cosas. - fue todo lo que pudo decir.
-Tal vez no lo conoces realmente.
-Tal vez tengas razón Luna...
La rubia asintió, satisfecha con su respuesta. Pero aún no podía explicar por qué se había sorprendido tanto de verla. Ella solo pretendía ir a agradecerle por todo lo que había hecho para mantenerla a salvo. Él lucía realmente pálido, tal vez era la maldición de la daga, aunque si Dobby había petrificado la zona y logró impedir que esta se dispersara ¿Por que se veía tan mal?
Cuando ya se habían alejado lo suficiente decidieron regresar a la cabaña. Vieron que Fleur las llamaba a lo lejos para que vinieran a desayunar.
Llegaron rápidamente y se sentaron a comer en la mesa redonda. Griphook, al igual que la noche anterior, no bajó a desayunar. Pero esta vez nadie le dio importancia.
Al terminar de desayunar le insistieron a Bill y Fleur que fueran a caminar juntos. Ellos se encargarían de recoger y limpiar todos los platos.
Cuando terminaron Ron y Harry propusieron subir a "sacarle" información al hurón. Pero Hermione se los impidió. En parte por la historia de Luna y en parte porque sabía que Malfoy no hablaría a la fuerza y sus amigos no conocían otro método para sacar información que no fuera a la fuerza.
-Voy a tratar de ganarme su confianza. Y en cuanto Dobby me traiga el Veritaserum, se lo colocamos en el té y solo entonces podrán hacerle todas las preguntas que quieran. No es necesaria la violencia ¿está bien? - les preguntó Hermione aunque ellos bien sabían que no había derecho a réplica con su amiga.
Hermione, tomó un par de pancitos, mermelada y queso. Calentó un poco de agua para el té y se apresuró a subirle el desayuno a Draco.
Los chicos la miraron estupefactos ante tal acto de cordialidad. Pero era de esperarse de Hermione.
-Mas le vale a ese Hurón no meterse con ella. - le dijo Ron entre dientes a Harry.
-Ella sabe defenderse Ron. No te preocupes tanto. Ven vi un tablero de ajedrez mágico por aquí anoche. - lo tranquilizó su amigo.
Hermione se detuvo frente a la puerta y tocó. Sabía que no tenía por qué hacerlo pero era la correcto.
No recibió respuesta (tal y como esperaba) así que entró de todos modos.
-¿Para que tocas si igual vas a entrar? - se burló el rubio al verla llegar con una bandeja de desayuno.
-Se llaman "Modales" Malfoy. - lo cortó ella.
Le entrego la bandeja y se sentó en el suelo junto a su colchón.
Draco la miro horrorizado.
-¿Que crees que haces Granger?
-Esperare a que te haga efecto el Veritaserum Malfoy. Te traje té tal y como pediste - le respondió con el mismo tono burlón que utilizó él hace unos instantes.
-En serio Granger ¿Que quieres? - exigió saber.
Hermione suspiro. Aquí iba.
-Luna me contó lo que hiciste por ella. - dijo midiendo su reacción.
El se tensó de inmediato y bajo la mirada ¿Acaso se sentía culpable? ¿De que?
-¿Y? - preguntó con indiferencia tomando un trozo de pan y metiendoselo a la boca, tal vez así Granger dejaría de hacerle preguntas.
-Eso no explica por qué estabas tan pálido al verla.
Mierda.
-Es la maldición de la daga Granger. No tiene nada que ver con tu amiga. - se apresuró a inventar.
-No lo creo Malfoy. El hechizo de Dobby fue muy potente. Ha impedido que se disperse la maldición y no tiene sentido que te sintieras enfermo, de hecho puedo constatar que no has sentido dolor en todo el tiempo que llevas aquí ¿me equivoco?
Draco la miraba con profundo odio ¿Como podía ser tan insoportablemente brillante?
-Y eso nos lleva a...
-Que estás mintiendo Malfoy.
-No estoy mintiendo Granger.
-Pero no me estás diciendo toda la verdad.
Draco respiró profundamente. Quería estrangularla.
-¿En serio creíste que ibas a subir aquí con tu patética excusa de desayuno y me iba a abrir como un puto libro? - dijo con una tranquilidad bastante peligrosa. Ya estaba harto. No tenía ningún plan para hacerlos confiar en él y está metomentodo le estaba quitando tiempo valioso para pensar.
Al parecer el insulto surtió efecto porque Hermione no dijo nada al respecto.
La puerta se abrió y Harry apareció en ella. Justo como Draco supuso, ellos no conocían el significado de "tocar la puerta".
-Dobby llegó, Hermione. Trajo las pociones para Malfoy ya listas.
-Hazlo subir Harry. Mientras más rápido empecemos con el tratamiento mas rápido cooperará. - dijo la castaña levantándose del suelo y sacudiéndose la ropa.
-¿Cooperar? - preguntaron Harry y Draco al mismo tiempo.
-Asi es, Malfoy cooperará con nosotros en cuanto lo curemos. - afirmó con seguridad.
-¿Que? - preguntó el rubio de nuevo al escuchar tal afirmación.
-Hoy en la mañana lo dijiste ¿lo olvidas? - preguntó con falsa inocencia. La verdad es que verla así lo dejo sin palabras.
Una Granger inocente, que va. Era un puto elfo del infierno.
Y por supuesto que lo dijo. Se fue de lengua y ella obviamente no lo dejo pasar.
-Cúrenme y después hablamos. - escupió Draco volviendo la mirada a su "patética excusa" de desayuno.
Hermione sonrió ante su victoria.
-Ve por Dobby, Harry.
Unos minutos después llegó Dobby con ambos frascos de pociones y vendas.
El elfo removió su hechizo y se pusieron manos a la obra.
Hermione le aplicó el antídoto de muertos en vida directamente sobre la herida, justo como Draco le dijo.
Luego con su varita iluminó con un lumos el vientre del muchacho a la vez que éste se tomaba la poción revitalizante.
La herida se veía mucho mejor y la sangre había parado de drenar.
Con ayuda de Harry consiguieron vendarlo y Dobby colocó un hechizo impermeable sobre las vendas, para que pudiera bañarse sin que estas se mojaran y dañaran.
Ron se negó en rotundo a subir a ayudar a Malfoy.
Una vez que terminaron Malfoy agradeció a Dobby. Gesto que no pasó desapercibido por ninguno de los otros dos chicos ahí presentes.
-Dobby está feliz de ayudar al Amo Malfoy siempre.
-Ya no soy tu amo criatura - respondió el rubio luciéndose al ver a Granger impresionada.
-Dobby lo sabe pero el amo Draco siempre será el amo preferido de Dobby, señor.
Draco trato de zafarse de ese vergonzoso momento. Le agradaba Dobby y le dolió enterarse de su muerte. Pero no era algo que quería compartir con Potter y Granger.
Desde que llegó no había dejado de ver fantasmas por todas partes y necesitaba algo de control.
Se levantó con dificultad y Granger le dijo que fuera a darse un baño.
-Apestas - se apresuró a aclarar. No quería ser amable con él y eso estaba bien. No le importaba, era mejor así.
-Te traeré unas túnicas que Bill nos dio a mi y a Ron. Y después vamos a hablar. Todos. Ahora vamos. - dijo tomándolo del antebrazo como si estuviera llevando a un criminal a la cárcel.
Lo dejo en la puerta del baño y Ron subió a reunirse con ellos.
-Aquí te esperaremos - le dijo Harry.
-No me malinterpretes Potter, pero prefiero mil veces a Granger para ese trabajo. - soltó el rubio. No tenía idea de por qué los provocaba pero le molestaba que lo trataran como a un criminal. Si tan solo ellos supieran. Conocía hechizos no verbales que acabarían con la casa entera.
Weasley se abalanzó contra él y Granger lo sujetó del brazo. Le murmuro algo que Draco no alcanzo a escuchar y luego de lanzarle una mirada afilada al rubio se retiró del lugar, dejándolo solo con los dos gorilas.
Se dio un baño rápido, puesto que los dos idiotas le insistían que se apurase. Al ver la horripilante ropa que Potter le dio, decidió lanzarle un fregotego a la suya y colocársela nuevamente, pero luego recordó que no llevaba su varita consigo y no podía hacer Magia sin ella porque levantaría muchas sospechas. Así que con gran pesar, se puso la horrible ropa de Halloween que le prestaron.
Lo llevaron de vuelta a su habitación, que era realmente el ático de aquella vieja choza. Que bajo estaba cayendo.
-Bien hurón ¿Quieres por las buenas o por las malas? - preguntó Ron, tronándose los nudillos.
-Quiero el Veritaserum. - afirmó Draco. En el poco tiempo que pudo pensar, era la única forma de hacerlos confiar en él. Pero tampoco iba a dejárselos tan sencillo.
-Pero tengo condiciones - aclaró el rubio.
-Ah claro, el hurón cree que tiene opciones. - se burló el pelirrojo.
-Habla - dijo Harry. Ron le frunció el ceño.
-Primero quiero a Granger presente. Es la única que impedirá que ustedes se sobrepasen. - se apresuró a aclarar cuando vio que iban a estallar.
-Está bien. Búscala Ron y dile que traiga el Veritaserum.
-Bien. - se fue refunfuñando Ron.
-¿Tus otras condiciones Malfoy? - preguntó Harry.
-Quiero su palabra, de que sólo me harán cinco preguntas. No más.
-¿Que? Estás loco, voy a preguntarte lo que yo qu..
-Necesitas saber que puedes confiar en mi Potter. No mi vida completa. Con cinco preguntas te las arreglarás para salir de dudas. Quiero la palabra, de los tres. - dijo al ver a los otros dos entrar por la puerta.
-Está bien Malfoy. Tienes nuestra palabra - acepto Harry.
-¿Que palabra Harry? - le preguntó Hermione tendiéndole el frasquito.
-Solo le haremos cinco preguntas.
-¿QUE? ¿QUIEN TE CREES QUE ERES HURÓN DE MIER...? - bramó Ron.
-Ron está bien, tiene razón. Solo necesitamos saber que podemos confiar en él. Con una sola pregunta bastará para confirmarlo. Así que piensen bien sus preguntas ¿Alguna otra condición Malfoy?
El chico negó.
-Después de esto, me devolverán mi varita voluntariamente, así que no tengo más condiciones.
Ron y Harry endurecieron el gesto ante esa afirmación. Se veía muy seguro de si mismo, pero serían ellos los que lo juzgarían.
Harry le tendió el frasquito y Draco lo tomó sin vacilar.
Lo destapo y bebió de un solo trago toda la poción. Al terminar lo lanzó al piso haciendo añicos el frasco.
-Bien, ahora te haré dos preguntas clave para saber si ya estás bajo la poción. Nombre completo. - dijo Harry.
-Draco Lucius Malfoy Black. - respondió titubear.
-Fecha de nacimiento.
-05 de junio de 1980.
-Bien, aquí vamos ¿podemos confiar en ti Malfoy? - preguntó Harry.
-Si.
-¿Quieres acabar con Voldemort? - preguntó Ron.
-Si.
-¿Estas arrepentido de ser un mortifago? - preguntó nuevamente Harry.
-Si.
-¿Por que te afectó tanto ver a Luna? - la voz de Hermione llamó la atención de los tres. Hasta ahora Harry y Ron estaban concentrados en hacer la preguntas correctas. Es por eso que los sorprendió la pregunta de su amiga.
Draco apretó la mandíbula tanto que sintió que se rompería los dientes. Esa maldita bruja era demasiado brillante para su gusto. Trato de buscar una manera de sondear la pregunta pero era imposible. La poción estaba sacando las palabras de su boca antes de que él siquiera las razonara.
-Porque me afectó mucho su muerte.
Los tres se quedaron en silencio. No entendían que clase de respuesta era esa. Pero estaba bajo los efectos de la poción todavía, no había forma de que estuviera mintiendo.
-Ella no está muerta Malfoy. - afirmó Hermione como quien habla con un niño de tres años.
-Lo se. - dijo él con el semblante serio, maldiciendo por dentro.
Definitivamente no entendían nada de lo que estaba ocurriendo.
-¿Y como puedes decir que te afectó su muerte si aún no está muerta?
-¡Hermione! No respondas a eso Malfoy. - le gritó Harry - ¿Que crees que estás haciendo?
-¿No te das cuenta de que algo muy extraño está pasando aquí Harry?
-Si pero nos queda una pregunta. Deberíamos preguntarle sobre los Horrocruxes.
-Dame solo un segundo, Harry. - Hermione necesitaba pensar. Tenía que hacer la pregunta correcta.
Si le afectó su muerte entonces sería porque estuvo ahí presente. ¿Pero si eso aún no pasaba como podía estar ahí presente? Una idea brillo en su cabeza. Tal vez desperdiciaría su pregunta pero valdría la pena.
-¿En que fecha muere Luna?
Draco lo veía venir desde el momento en que su cerebro empezó a trabajar a toda máquina. Casi ni se esforzó en mentirle. Se esperaba esa pregunta.
-05 de Mayo de 1998.
-¡Pero eso aún no pasa! Falta un mes y dos días Malfoy. - Replicó Hermione.
-Se que día es hoy Granger, muchas gracias. - dijo entre dientes.
No tenía ningún sentido, la única respuesta lógica era...
-¿Vienes del futuro Malfoy? - volvió a preguntar Hermione. Esto no iba a quedarse así.
-Hermione...- Harry trato de detenerla aun sabiendo que era imposible.
-Me dieron su palabra Granger - dijo rechinando los dientes, tratando de evitar con todas sus fuerzas contestarle esa pregunta.
-¡Que si vienes del futuro Malfoy? - insistió la castaña haciendo énfasis en cada palabra.
Le contestaría su maldita pregunta. No tenía opción. A ver si así cerraba la boca.
-Si.
Todos se quedaron en silencio.
-¿Que año? - insistió Hermione acercándose un poco.
En sus ojos se veía que quería estrangularla.
-Del año 2000 ¿Contenta Granger?
Bueno, de haber sabido que cerraría la maldita boca al saber la verdad, desde hace tiempo se lo hubiera dicho.

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