CAPITULO X

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-¡Hermione! Ron y yo ya íbamos a salir a buscarte ¿Todo bien? - preguntó Harry al ver a su amiga cruzar la puerta.
-¿Te hizo algo el hurón? - espetó Ron observando aún con desconfianza al rubio que llegaba tras ella.
Draco se mordió la lengua para no decirle que si, le había hecho muchas cosas a su amiga y que ella las había disfrutado.
Hermione al parecer pensaba lo mismo porque no pudo evitar la suave risa que escapó de sus labios.
Los tres chicos la miraron desconcertados.
-¿Aun a estas alturas todavía creen que Malfoy nos haría daño? Es absurdo chicos, me voy a dormir. - dijo entre risas. Se acercó a Harry y a Ron, depositó un fraternal beso en la mejilla de cada uno y se despidió.
Draco tuvo que hacer un esfuerzo sobrenatural para no reírse al ver la cara que pusieron los dos chicos.
Cuando se escuchó la puerta de la habitación de Hermione cerrarse, Draco supo lo que se avecinaba.
3, 2, 1...
-¿Que le hiciste Malfoy? - acusó Ron.
Muchas cosas.
-Nada. - dijo encogiéndose de hombros.
-Eso no parecía nada Malfoy - añadió Harry señalando por donde se había ido su amiga.
-¿Que? ¿Si hubiera entrado llorando lo considerarían normal?
-Pues si. Estaba contigo, no entiendo por qué llegó riendo. - espetó Ron más rojo que de costumbre.
-Ya ves Weasley, no soy tan mala compañía después de todo. - siseó Draco ya cansándose de sus acusaciones.
-No me creo eso, eres malo hasta la médula. El hecho de que hayas venido aquí no te hace mejor persona Malfoy, aléjate de Hermione. - escupió acercándose amenazadoramente al rubio.
No naciste malo hijo, nosotros te hicimos así. La voz de su madre resonó en sus oídos. Tenía muchas ganas de escupirle en la cara lo de la maldición Imperius pero ¿para que? La única persona que le importaba lo sabía y ya con eso le bastaba.
-¿Quieren parar ya? Ron, cálmate. - Harry intento detener a su amigo pero éste se zafó de su agarre.
-Aléjate de ella - amenazó Ron resoplando.
-¿O sino qué? - dijo con una sonrisa cínica.
Ron no se lo pensó dos veces. Clavó su puño directo en su perfilada mandíbula, haciendo a Draco trastabillar hacia atrás.
Se repuso rápidamente y le devolvió el golpe justo en el ojo.
Harry los intento separar, pero si agarraba a Ron entonces Draco lo golpeaba y si agarraba a Draco entonces Ron se aprovechaba. No había manera de separarlos.
¿Por que no se acordó de usar su varita?
-¿Que está sucediendo aquí? - gritó Hermione tomando a Ron de un brazo.
Éste al sentir sus delicadas manos se tranquilizó al instante.
Harry aún sostenía a Draco y le hizo señas a Hermione para que se llevara a su amigo de aquí.
-¿Pero Harry que...? - preguntó Hermione.
-Hermione sácalo de aquí. - dijo firmemente Harry.
La castaña hizo lo que le dijo y se llevó a Ron de ahí. No sin antes cruzar su mirada con Draco.
Una vez que Ron y Hermione desaparecieron, Harry soltó a Draco. No es que tuviera más fuerza que él, pero el rubio estaba tratando de contenerse para no matar al pelirrojo.
-¡Malfoy! - lo llamó Harry y al ver que el rubio se disponía a subir sin decir nada, saco su varita.
-¡Malfoy detente ahí! - Draco al ver la varita empuñada en manos de Potter se detuvo al pie de la escalera.
-Vamos, terminemos con esto. Ya obtuvieron lo que querían de mi. No les soy de utilidad para nada más. - aseveró acercándose a Potter hasta que la varita chocó contra su pecho.
Harry la bajo lentamente luego de unos segundos.
-No pensaba hacerte nada Malfoy, solo quería tu atención.
Draco resoplo y dejó salir una sonora carcajada.
-¿Crees que estoy de ánimos para un sermón tuyo? - preguntó amargamente, saber que su castaña (porque era suya mientras siguiera ahí) estaba con el pobretón en estos momentos le hervía la sangre.
-No es un sermón, es una pregunta. - dijo Harry midiendo cada una de sus reacciones.
-Si vas a preguntarme por Granger, ahórratelo. Ella es su amiga y si quieres saber algo se lo preguntas a ella. No me metan en sus asuntos. - escupió Draco. Se limpió la sangre de la mandíbula manchando la única camisa blanca que le habían prestado que consideraba "decente".
Genial.
-En realidad quiero preguntarte otra cosa Malfoy y más te vale que me contestes.
-¿O que? ¿Me vas a golpear tu también? - bromeó Draco tosiendo y escupiendo sangre.
Harry ignoró esa desagradable imagen y le preguntó lo que tantos días llevaba dándole vueltas en la cabeza.
-¿Por qué no volviste antes Malfoy?
-¿A que viene esa ridicula pregunta ahora Potter?
-Mira, no tengo ni idea de cómo o por qué tú y Hermione se llevan "bien" ahora, pero amistarse con ella no es algo que haría un mortifago despiadado que hace solo un mes estaba matando y torturando.
-Y tu punto es... - dijo el rubio con una sonrisa socarrona.
-¿Que cambio el día de nuestras muertes? ¿Que te impidió volver antes? - volvió a preguntar Harry.
A Draco le dolía horriblemente la cabeza y la mandíbula ni hablar. Y este retonto pedía respuestas que no estaba preparado a dar.
Probaría con la verdad, últimamente era la única forma de callarles la boca.
-Yo... la mate Potter. - dijo respondiendo a su primera pregunta.
Y antes de poder responder a la segunda, todo se puso negro.
—————-
-¡Demonios! - bramó Harry al ver a Malfoy desplomarse contra el suelo. - ¡Hermione! - gritó.
Bill y Fleur bajaron corriendo al escuchar los gritos de Harry y por sus fachas se podía intuir claramente lo que habían estado haciendo.
-¿Harry todo bien? - preguntó Bill.
-¡Oh por dios! ¿Que es toda esta sangre? - exclamo Fleur.
-¿Que le paso a Malfoy? - preguntó Bill al percatarse del chico tirado en el suelo.
-Harry ¿Me llamast... ¡Oh por dios Draco! - dijo Hermione corriendo al lado de rubio al verlo desplomado en el suelo sobre toda esa sangre. - ¿Que le hiciste Harry? - preguntó preocupada. Su amigo no era del tipo agresivo.
-Hermione ven, por favor aléjate de él. - Dijo Harry extendiéndole la mano a su amiga tratando de alejarla de él. Aún no podía creer lo que le había confesado.
-¿Que dices Harry? Tenemos que ayudarlo. - dijo la chica confundida.
-¡Hermione! Aléjate de él, no sabes nada. Confía en mi.
-¡Habla de una vez Harry James Potter! - insistió Hermione exasperada.
-¡Que te alejes de él! - Gritó Harry, Ron estaba bajando las escaleras al escuchar todo ese escándalo. - ¡acaba de confesarme que él fue el que te asesinó en el futuro! - dijo bastante alterado.
Hermione no podía creer que hubiera decidido confesarle aquello justo antes de desmayarse. Que mala suerte tenía. Ahora tendría que ser ella la que les explicara toda la historia a sus amigos.
Gracias Draco.
-Harry, cálmate.
-¿Lo ves? ¡Tenia razón Harry! - gritó Ron uniéndose a todos en la sala.
-¿En el futuro? - preguntó Bill tratando de hacerse oír entre los gritos de su hermano.
-¡¿Quieren callarse?! - gritó Hermione llamando la atención de todos. - Ya lo sé. Me lo confesó la segunda noche que llegamos.
-¿QUE? - gritaron los cuatro presentes a la vez.
-Me enseño sus recuerdos. Me dejó entrar en su mente y lo vi todo. Pero lo que a Draco le faltó decirte Harry, es que lo hizo bajo la Maldición Imperius. - explicó con suavidad.
-¿Como puedes estar tan segura Hermione? - volvió a preguntar Harry. Temía por su amiga.
Ella asintió tranquilizándolo.
-Harry, lo vi con mis propios ojos y eso no es todo. Estuvo bajo la Maldición por dos años. Desde el día en que escapamos de Malfoy Manor. Es por eso que volvió en el tiempo a ese día en específico y salió de ahí antes de que volviera a pasar.
-¿Malfoy viene del futuro?- volvió a preguntar Bill llamando la atención de los tres.
-Bill lamentamos no habérselos dicho, pensamos que sería peligroso, mientras menos personas lo supieran mejor. - se disculpó Hermione.
-Y tuvieron razón al no hacerlo Hermione, pero ahora que lo sabemos, necesitamos que nos expliquen que sucedió exactamente para que Malfoy decidiera volver.
Harry y Hermione asintieron. El chico vio a su amiga con decepción, pues esta le había ocultado detalles muy importantes. Hermione sabía que más tarde tendría que rendirle cuentas a su amigo.
-¿Dos años bajo la maldición? ¡Eso es horrible! - exclamo Fleur llevándose ambas manos a la boca.
Ron no decía nada. No hacía falta, en sus ojos se podía ver claramente que lamentaba lo que hizo.
-Preparé un poco de té. - murmuró Fleur. Esa noche sería muy larga.
—————
Abrió los ojos con pereza. Recordaba tener un dolor punzante en la sien pero ahora mismo no sentía nada.
Fijó la mirada en la silueta que tenía al lado.
Era ella.
Al parecer se había quedado dormida junto a él.
Ahora recordaba haberse caído a golpes con el Pobretón y como ella llegó y se fue con él.
Potter haciéndole preguntas, él confesando haber matado a Granger y desmayándose antes de explicarle lo de la maldición Imperius. Genial.
-Draco... estás despierto - el susurro de su voz lo trajo de vuelta a la realidad.
-Eres una pésima enfermera. - se burló el rubio.
-Lo se, perdóname. Te veías tranquilo y pensé que podía tomar una siesta...- se disculpo Hermione.
-Estoy bromeando Granger. Estoy bien. - dijo alzándole una ceja pero cuando intentó sonreír sintió los efectos del golpe de la Comadreja.
-Tranquilo, ya te di una poción para el dolor, pero creo que deberías beber otra dosis. - dijo tendiéndole otro frasco.
-Estoy bien Granger. - volvió a decir.
-¿Seguro? - preguntó con preocupación.
-Ajá. - afirmó él.
-Que bueno... ¿Se puede saber que demonios pasó por tu mente? - Draco se sobresalto con su cambio de actitud. ¿Que le pasaba?
-¿Estas loca? Fue tu novio el que me golpeó primero. - se arrepintió al momento de hacer esa afirmación. Ella era suya. No de él.
-Hablo de decirle a Harry que tú eres el causante de mi muerte en el futuro.
-¿Es tu novio entonces? - preguntó Draco al ver que evadió esa parte.
-¿Que? - preguntó desconcertada y al analizar su pregunta se apresuró a contestar. - Por supuesto que no.
-Perfecto.
-¡Draco! Le confesaste a Harry que me tú me asesinas en el futuro.
-Si lo recuerdo, así que no entiendo por qué no me han matado y tu estás aquí sola conmigo. - dijo cerrando los ojos. Ni cinco minutos tenía despierto y ya le dolía la cabeza.
-Tuve que decirles todo lo de la Maldicion.
Draco abrió los ojos.
-¿Decirles? - preguntó. La chica asintió.
-Bill y Fleur estaban ahí también.
-Excelente. - bufó. Cerró los ojos malhumorado y recostó su cabeza sobre un brazo.
-O lo hacía o te entregaban a Voldemort en persona ¿Que hubieras preferido?
-Bien, mientras no abran la boca...
-Ron también estaba ahí... - dijo ella con cierto temor.
-Ahora que lo dices, que me entregaran a Voldemort no hubiera sido tan malo. - ironizó el chico tapándose los ojos con su otro brazo, el que tenía la marca tenebrosa.
-Draco... ahora confían en ti plenamente. Ron sabe que estuvo muy mal lo que hizo. No te digo que vaya a disculparse, ya sabes cómo es él, pero reconoció su error.
-Que bien Hermione ¿Eso quiere decir que ahora soy parte del trío de oro? - se burló Draco.
Ella reprimió una sonrisa y giró el rostro para que no la viera ruborizarse.
-¿Que es tan gracioso? - preguntó exasperado ¿Él estaba molesto e incómodo y ella se reía de él?
-Mi nombre, dicho por ti. Es extraño. - reconoció ella riéndose.
Draco se contagio de su risa al escuchar aquella tontería, hasta que sintió el dolor en su mandíbula y tuvieron que parar.
-Eres Granger y siempre serás Granger para mi.
-Perfecto. - dijo abrazándolo y recostándose sobre su pecho.
————
Draco fue el primero en despertarse. Se sentía bien pero al verla a su lado se sintió mucho mejor. Podría hacer esto toda la vida. Se podía imaginar a si mismo cada mañana, verla dormir y luego despertarla juguetonamente. Aunque claramente eso no sucedería.
Eso lo puso de mal humor enseguida y se levantó con cuidado de no despertarla para ir por un vaso de agua.
Bajó en silencio hasta la cocina ya que no tenía ánimos de verle la cara a nadie. Se sirvió su vaso de agua y lo bebió casi todo.
Al darse la vuelta se encontró con los cuatro ojos de Potty. El día había empezado bien ¿No podía continuar así?
-¿Quieres agua Potter? - preguntó con falsa cordialidad señalando su vaso.
-¿Donde está Hermione? - preguntó el chico.
-¿No sabes donde está? - respondió Draco. No sabía que decirle ¿Acaso no les había quedado claro anoche, la inocente aventura entre ellos?
-No está en su habitación. Ni en la mía. Dudo que esté en la de Bill y Fleur y estoy seguro que no está en la del señor Ollivanders y Griphook.
-Muy buena deducción Potter. 500 puntos para Gryffindor. - se burló Draco mostrando sus perfectos dientes.
Harry relajo un poco el semblante ante el comentario, le recordaba a una persona muy especial.
-¿Sabes? Ayer sentí un verdadero deseo de golpearte, cuando sospeche que tenías algo con ella. Luego cuando confesaste que la habías asesinado te quería matar. Entonces Hermione nos cuenta una muy interesante historia sobre ti y pensé que tal vez, me equivoque contigo y que quizás, podrías llegar a merecértela algún día.
-Bueno Potter, agradezco tu opinión, aunque claramente no la pedí. - respondió con sorna el rubio.
- Pero luego recordé algo. - continuo Harry ignorando su cinismo - Tú vienes del futuro y aun sabiendo eso eres bien bastardo como para enamorarla sabiendo que la tendrás que dejar llegado el momento. Así que otra vez quiero matarte Malfoy.
-Si bueno, eso es un efecto que suelo producir en algunas personas. - dijo dándole un último sorbo a su vaso de agua. Qué caro le había salido el capricho.
¿Que se creía? Él no le iba a hablar de sus intenciones con Granger. En unos días sería polvo, no necesitaba un sermón del hermano mayor.
Potter se mantuvo en silencio, analizándolo.
-Mira Potter, aunque no lo creas, ya intenté alejarme de tu amiguita. Pero es bastante testaruda e insistente.
-¿Piensas que voy a creerte que fue Hermione la que te buscó? - replicó incrédulo.
-Si no me crees acompáñame a mi habitación y deja que te enseñe donde pasó la noche. Yo estaba desmayado, así que no la pude haber secuestrado.
Harry se levantó bruscamente de la silla donde se encontraba sentado.
-Te voy a matar Malfoy. Te lo digo en serio aléjate de ella. Yo no soy como Ron.
-Si ya veo, Weasley se portó como un animal y tu te estas portando como un niño Potter. Ella es una adulta. Estamos en medio de una maldita guerra y no sabemos si vamos a morir mañana. Así que todo y escúchame bien Potter, todo lo que ella me pida se lo daré. - dijo remarcando las últimas palabras.
Dejó el vaso con fuerza sobre la mesa y se fue de ahí.
Justo cuando estaba empezando a subir las escaleras escuchó a Potter murmurar con pesar.
- No podrás darle todo lo que te pida, Malfoy.
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Ese día el desayuno fue bastante incómodo.
Bill trato de aligerar un poco el ambiente preguntándole algunas cosas a Draco sobre el día de la guerra y su familia.
Claramente esto volvió el ambiente más tenso, pero tenía todo el derecho de hacerlo. Si podía evitar que murieran, valía la pena.
El rubio respondió a todas sus preguntas. Trato de recordar cada detalle de ese día y lo compartió con ellos.
La guerra se desataría un día después de irrumpir en la bóveda de Bellatrix y eso tenía mucho sentido. Eso enfurecería a Voldemort lo suficiente como para ordenar el ataque inmediato al castillo, ya que ahí se encontraba uno de los últimos Horrocruxes.
La poción multijugos estaría lista para finales de Abril.
Todo cuadraba. La llegada de Malfoy no parecía estar impidiendo que nada de eso sucediera como la última vez. Así que debían estar alertas. Bill sugirió informarle a la orden sobre esto, así tendrían más tiempo para prepararse. Todos accedieron.
A pesar de no querer interactuar entre ellos, tuvieron que dejar a un lado su discusión del día anterior y unir sus fuerzas.
-El Horrocruxe está en la Sala de los Menesteres. Estuve ahí cuando lo encontraste. - informó Draco.
-Pero... si ahí estabas bajo la Maldición ¿Como...? - preguntó Fleur.
-Pues, evidentemente, yo impedí que escaparan con él. Zabini y Goyle me ayudaron. Tenía ordenes explícitas de buscarte a ti Potter y entregarte al señor oscuro. - confesó Draco.
Ron rodó los ojos y apretó la mandíbula pero se contuvo de hacer un comentario al respecto.
A Draco no le paso desapercibido ese gesto y agradeció internamente que mantuviera su hocico cerrado.
-No entraré en detalles de lo que pasó, porque no volverá a suceder claramente. Me voy a ocupar personalmente que todos los Slytherin estén encerrados en el calabozo. Por su propia seguridad y la nuestra.
-Tendremos que irrumpir en Hogwarts ¿Como vamos a hacer eso? Snape lo sabrá enseguida. - dijo Hermione con preocupación. Creía más difícil hacer eso que entrar en la bóveda de Bellatrix.
-Estoy seguro que lo resolverán. La última vez supieron cómo hacerlo. - dijo dándole ánimos a Hermione.
Harry y Ron se miraron entre sí al ver la mirada cómplice entre ellos.
-¿Y tú cómo entrarás? - preguntó Bill.
-No se preocupen por mi. Yo entraré cuando todos los mortífagos lo hagan. Ustedes preocúpense por llegar primero. Tienen que asegurarse de poner protecciones sobre Hogwarts. Todas las que puedan.
-Pensaremos en algo junto a la Orden Harry. - dijo Bill levantándose. Fleur lo imitó. Tenía que ponerse en contacto con la orden urgentemente para ponerlos al tanto de toda la situación. No tenían muchos días y cada segundo contaba.
Harry asintió. Sentía un nudo en el estómago. Se acercaba el momento.
Los cuatro se quedaron solos en la sala y al percatarse de ello, Draco se levantó para retirarse, Granger seguro tenía que hablar con sus amigos y él no tenía intensiones de presenciar esa conversación.
Nadie dijo nada. Al parecer los dos chicos estaban esperando que el rubio hiciera eso justamente.
-Hermione... - dijo Harry sin saber que más añadir. No sabía que mosca le picó a su amiga.
-Harry, Ron. Lamento tanto no haberles dicho nada sobre Draco. Pensé que él lo haría una vez llegado el momento. No pretendía esconderles nada.
-Siento que estás disculpándote por escondernos lo de sus recuerdos. - Dijo Ron sin mirarla a los ojos. Su mirada estaba fija en el suelo y su ceño ligeramente fruncido.
-Pues si... ¿Acaso hay algo más por lo que deba disculparme? - inquirió ella a la defensiva. No había hecho nada malo.
-No seas cínica Hermione. No me importa si él se cree un mártir ni todo lo que ha tenido que soportar. Sigue siendo el mismo Malfoy que nos molestó durante años. Y aún así, no me molestaría tanto que estuvieras con él, sino fuera porque en unos días será polvo. - añadió Ron con voz tranquila y cansada. Algo muy inusual en su impulsivo amigo.
-Ya lo sé Ron.
-¿Y eso no te importa? - preguntó Harry con los ojos fijos en ella.
-No. - dijo, más un pequeño atisbo de duda se asomó en su respuesta.
Harry resoplo y se quitó los anteojos para restregarse los ojos. A parte de la guerra tenía que preocuparse ahora por su amiga.
Ron la observaba con melancolía. Le dolía en el alma haberla perdido. Sabía que siempre la amaría y a pesar de sentirse traicionado, se juró estar ahí para ella cuando el hurón desapareciera.
Se levantó con pesadez y le dio un tierno abrazo a su amiga la cual correspondió al instante.
No le importaba ser el segundo plato. Él la amaba y estaría ahí para ella, siempre.

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