Yaoyorozu no podía perdonarla, pero aun así quería sanar su corazón.
Donde la chica que molestaba a Momo durante la secundaria empieza en la Yûei en su segundo año.
[Momo Yaoyorozu x Oc femenino]
[Aclaración: Un Oc significa Original Character. Es u...
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Ese día donde las temperaturas estaban algo cambiantes, recordé un día en concreto en el instituto. Sentí esa sensación de entonces, de no poder moverme, como mi nariz no dejaba de sangrar y como mis oídos pitaban con fuerzas.
La mirada amenazante de las tres chicas de mi clase estaba fija mi, mientras un chico moreno estaba al lado de una de ellas con una sonrisa burlona. Me sentía vulnerable, como un ratón en una bandada de gatos hambrientos.
Todo había ocurrido muy rápido, no me había dado tiempo a defenderme, ni siquiera a pedir ayuda. En ese momento estaba atrapada, no tenía fuerzas para usar mi singularidad ni para huir.
—Vamos, si admites que te has acostado con mi novio te dejaremos en paz, empollona—masculló la chica que parecía mandar—¿Verdad, Akihiko?
Eran las chicas que siempre iban con Nakamura, pero ella no estaba allí en esa ocasión y se estaban sobrepasando. Nakamura nunca se había sobrepasado así conmigo.
—Yo...—al hablar noté como mi labio también sangraba—No he hecho nada ¡Ni siquiera lo he tocado nunca!—me dolía—Por favor...
Las lágrimas amenazaron con salir de mis ojos, aunque lo intentara no podía ser más fuerte. No podía dejar de llorar.
También me costaba respirar y notaba como iba perdiendo sangre. Las lágrimas mojaban mis mejillas con lentitud, esperando a ser secadas.
—¡Eso no dice Akihiko! Dice que le obligaste a acostarse contigo—masculló—Por lo menos se sincera, asquerosa.
No entendía que clase de pensamientos tenían aquellas chicas para comportarse así conmigo. Eran crueles, muy crueles. Ellas no eran como Nakamura. Lo sentía desde el fondo de mi corazón, y por eso tuve mucho miedo.
—Así es, si no lo admites iremos a la policía y todo el instituto sabrá como eres—añadió él, patéticamente.
La chica, de mechas castañas y manos grandes se acercó de nuevo hacia mí, de forma amenazante.
Yo estaba temblando y no hacía nada más que toser sangre. Necesita ayuda cuanto antes, no iba a salir de esa situación yo sola.
—Yo no he hecho nada ¡Lo juro!—tosí—De verdad...por favor.
