9: Una heroína

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¿Cómo podré ser una heroína cuando ni siquiera pude salvarme a mí misma?

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¿Cómo podré ser una heroína cuando ni siquiera pude salvarme a mí misma?

Siempre he querido tener una vida normal, de esas en las que simplemente ves en la televisión dibujos animados y disfrutas con tu familia jugando a estúpidos juegos de mesa, pero por desgracia no he podido.

Todo empezó por mi padre, Shi Nakamura, un hombre con una larga cicatriz atravesando su ojo derecho, a causa de sus años en el ejército japonés.

Cuando acabó su deber en el ejército, pudo heredar una gran cantidad de dinero e invertirlo en su propia empresa. Así hizo durante años hasta tener su propio sector de empresas y negocios.

Aun así de tener tanto dinero, le faltaba algo, y tiempo más tarde conoció a su futura esposa, mi madre, una mujer alemana proveniente de una gran familia adinerada. Su estatus social y belleza consiguieron cautivarle.

Cómo era de esperar, no tardaron en casarse tiempo más tarde, a pesar de ser dos polos opuestos. Mi padre una persona egoísta y mi madre la generosidad personificada.

En el futuro mi madre quiso tener hijos, mi padre aceptó y él deseaba varones a ser posible, para que así estos pudieran heredar su sector de empresas y que este siguiera en pie hasta después de su futura jubilación.

Su primer hijo no fue varón, fue una niña a la que llamaron Leyna, mi hermana mayor, que además de ser niña nació sin singularidad, igual que mi padre. No fue de extrañar que mi padre ignorara por completo a mi hermana desde que nació, dejándola a cargo de nuestra madre y de diferentes criadas que había contratado.

Creo que hay personas que no nacieron para ser padres, y por desgracia, mi padre es una de esas personas.

Seis años más tarde, tuvieron otra hija, yo. A pesar de mostrar más interés en mí que en mi hermana a penas le veía, solo en las cenas o peleando con mi madre.

Era pequeña, así que no le di importancia en su momento, tenía a mi madre y a mi hermana, no necesitaba nada más, pero luego eso cambió.

Cuando tenía siete años y mi hermana trece, nuestra madre fue diagnosticada con una enfermedad sumamente extraña y meses más tarde murió dejándonos a cargo de nuestro progenitor. Fue lo más doloroso que he experimentado nunca.

Espejos | Momo Yaoyorozu x OcDonde viven las historias. Descúbrelo ahora