CAPÍTULO 17

174 14 0
                                    

Posó su boca sobre la mía, cerré los ojos y me dejé llevar. La sensación era increíble. Posó sus manos en mis caderas y yo subí las mías hacia su cuello, me levantó, poniéndose en pie y haciendo que mis piernas rodearan su cintura. Enredé mis manos en su pelo, dio unos pasos hasta sentarme en el escritorio y subió las manos hasta mi cintura, tocando un poco de piel que había quedado al descubierto entre el crop top y la falda, se me erizó la piel, de nuevo, ante el contacto. Su boca encajaba a la perfección con la mía, era el mejor beso que me habían dado en mi vida. Bajó de nuevo las manos a mis caderas, recorriendo suave y lentamente mis curvas, e hincó los dedos en mi piel, abandonó mi boca bajando sus labios por la curvatura de mi cuello hasta llegar a la clavícula, donde dejó un rastro de besos húmedos. Cogí su rostro de nuevo entre mis manos y lo besé, esta vez con más profundidad. Por la manera en la que lo hacía él, supe que había estado tanto tiempo como yo esperando esto. Que él me deseaba tanto o incluso más que yo a él. Disfruté de cada segundo. Me deleité con el sabor de su boca y casi me derrito cuando su lengua entró en contacto con la mía. Bajé las manos por su pecho, sintiendo cada músculo incluso por encima de la sudadera.

Entonces, escuché el suave sonido de unas risas amortiguadas en el pasillo y de cómo se introducían unas llaves en la cerradura. Los dos nos sobresaltamos y nos separamos de golpe un segundo antes de que entraran las chicas y los amigos de Connor en la habitación, aún acalorados.

-Mmm… ¿hola? ¿Qué está pasando aquí?-.Preguntó Grace tras soltar los libros. Me miró con los ojos entrecerrados. Era mi mejor amiga y sabía qué significaba cada una de sus miradas, asique cuando abrió la boca para preguntar por lo que estaba segura de que había visto, negué ligeramente con la cabeza y le dije ‘No has visto nada’ con los dedos, en un lenguaje de signos que inventamos en el colegio cuando teníamos ocho años. Por suerte, sólo habían entrado Lu y ella en la habitación, y yo estaba detrás de Connor, lo que quería decir que salvo ellas dos nadie lo había visto. Miré a Connor y tuve que hacer un esfuerzo por no reírme, pues tenía el pelo alborotado y la respiración entrecortada, al igual que yo. Pero entonces dijo:

-Me voy-.Se dio la vuelta, muy serio, se pasó las manos por el pelo y por último, se acercó a mí.

–Cuando quieras repetimos, nena-.La rabia empezó a desatarse poco a poco en mi interior, debí haberlo imaginado, debí haberlo evitado, no quería ser uno más de sus ligues y conquistas de una noche, así que esto no tenía que repetirse, aunque me muriera porque pasara de nuevo.

Me echó un último vistazo, deteníendose en mi brazo. Miré hacia abajo y descubrí el tirante del top casi a la altura del codo, rápidamente lo subí y pasé por su lado, tragándome la vergüenza y con una seguridad extremadamente fingida, ya que me temblaban hasta las piernas aún.

-Ni lo sueñes, esto no ha pasado nunca-.Le susurré al oído después de adelantarle para salir a saludar a los demás.

***

-Bueno, ¿y cómo es que os han dejado entrar?-.Pregunté. Estábamos sentados en la zona de  descanso y ocio de nuestra planta.

-Pues por si no te has dado cuenta ya es la hora del descanso para juntarnos-.Me dijo Wade. Miré el reloj y descubrí que era cierto. Se me había pasado el tiempo volando, o más bien había estado demasiado ocupada como para mirarme la muñeca.

-Parece que a alguien se le ha pasado el tiempo volando. ¿Verdad Connor? ¿Qué hacíais los dos  juntos en su cuarto?-.Preguntó Logan, leyendo mis pensamientos. Por su tono podía notar que estaba un poco molesto, pues ya le había empezado a conocer a lo largo de esta semana, que habíamos pasado más tiempo juntos. Me gustaba, era muy cariñoso. Miré a Connor y puede apreciar cómo le lanzaba una mirada de advertencia. ¿Me había perdido algo? Me devolvió la mirada.

Te odio con amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora