Otro día nuevo, he entrado en el colegio y ha faltado tiempo para que alguien venga a acosarme, en este caso la directora, viene gritando mi nombre desde que me ha visto entrar y solo para decirme que debo apuntarme a una de las actividades extraescolares, me quedan dos opciones, el baloncesto o la jardinería, me gustan ambos como hobby pero no para dedicarme a ellos durante todo el curso, así que le propongo a la directora que ayudaría en lo necesario para ambas actividades pero sin comprometerme del todo en ellas, ella acepta por mi entusiasmo en participar en ambas actividades pero no me ha podido indicar el lugar de estas.
Dentro del instituto no hay ningún gimnasio ni un invernadero, al menos que yo haya visto, al igual que no vi la azotea en un primer momento, pero prefiero no volver a dar vueltas por el instituto para no perder tiempo así que pregunto al delegado, él se ofreció a ayudarme si necesitaba algo... pero no puede por sus reuniones y papeleo, ¿para qué me ofrece ayuda si luego no va a dármela? Aaagh, que desesperación... Tal vez Castiel sepa algo... pero no le veo ni muy deportivo ni muy naturalista, aunque seguro que sabe donde están. Mientras pienso todo esto veo un trozo de arbusto con gorra moverse... ¿un arbusto con gorra? Debo estar volviéndome loca; el arbusto andante sale del lado del jardín y me doy cuenta de que no era un arbusto sino un chico de pelo y ojos verdes vestido con un peto marrón cargado de herramientas de jardinería, jamás había visto a ese chico antes.... Me llama demasiado la atención su peculiar aspecto, tal vez él sepa donde están los clubs o al menos el de jardinería, ¿no?, intento seguirle para preguntarle pero al girar la esquina desaparece.
Regreso al interior del colegio para preguntar al primero que pase, precisamente el único a quien no quería preguntar pasa por allí.
· Hola Castiel - digo no muy entusiasmada.
· Hola - dice con menos entusiasmo.
· ¿Sabes dónde están el club de básquet y el de jardinería?.
· Si vienes dentro de un rato te llevaré a uno de los clubs, pero tendrás que encontrar el otro tú sola.
· ¿Por qué no me llevas ahora?.
· Tengo cosas que hacer - frunce el ceño queriéndome decir que no me meta donde no me llaman.
· Si las miradas matasen, ya estaría muerta.
Castiel se va sin decir nada, yo prefiero no dar más vueltas y me siento en las escaleras del patio escuchando música cuando otra vez el arbusto se mueve entre los árboles, me acerco otra vez corriendo para que no vuelva a escaparse, en principio me quedo mirando lo que hace pero el chico se da cuenta de mi presencia.
· ¿Necesitas algo? - dice el chico de pelo y ojos de color verde selva.
· Am... s-sí, me preguntaba si formas parte del club de jardinería.
· En realidad no, yo estoy aquí de intercambio y ayudo un poco con el jardín del colegio.
· ¿Te importaría enseñarme dónde se encuentra el jardín?
· Bueno... ahora estoy ocupado... pero si me ayudas tal vez vaya más rápido.
· Sí, claro, ¿qué necesitas?
El peli-verde me encarga encontrar unas semillas que uno de los alumnos debía traer hoy, una chica de pelo naranja y muy alegre, la única con esa descripción que yo conozca es Iris y seguro que está en clase. Iris se encuentra en la clase por lo que la pido las semillas que debía entregar, ella estás demasiado ocupada y no puede llevar las semillas al club así que le hago el favor de llevarlas yo. El jardinero sigue ocupado plantando flores, unas flores que nunca había visto, pero como no soy fan de las plantas no me importa demasiado, aunque son preciosas; le entrego el paquete de semillas al chico y mientras las planta pregunto su nombre, un nombre que concuerda con su color de pelo y ojos, sí, tal vez las plantas no me gusten demasiado, pero los minerales me interesan bastante; su nombre es Jade, pero hay que decirlo con algo de pronunciación inglesa, suena como... Lleid... o algo así, aun así el nombre es muy bonito. Cuando ya estoy a punto de regresar al patio para esperar a Castiel, Jade me detiene con un nuevo encargo, me encanta ayudar, pero como soy muy perezosa dar tantas vueltas me cansa. He tenido que ir al bazar del barrio para comprar un poco de abono con el dinero que el chico jardinero me ha dado, regreso al colegio y le entrego el abono para las plantas; tengo un poco de hambre asi que salgo del instituto para dar una vuelta y comer algo, cuando regreso vuelvo a pasarme por el jardín y el chico está algo alterado buscando algo.