II

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La pequeña corría, pero sus pies dolían y sangraban resultado de los castigos y de los cristales en el suelo. Quería llorar, pero no podía, ella no tenía el derecho de presentar esa debilidad, la perdió cuando sus padres la dejaron atrás. Su pequeño y sucio vestido tampoco le ayudaba mucho en la movilidad de sus piernas.

Los escuchaba cerca, sus instintos le avisaban que el peligro estaba cerca, le hacían ir más rápido y buscar desesperada un escondite. Sus orejas se erizaron cuando escuchó los ladridos, pero ya era tarde, un lobo mordió su pie mientras otro la empujaba y se subía a su espalda, el dolor era mayor que el de sus descalzos y torturados pies.

-En verdad creíste que escaparías pequeña rata? – preguntó el hombre que estaba en su espalda, donde antes estuvo su lobo -Contesta- gritó el hombre ante la falta de respuesta y le dio un puñetazo en el rostro, dejando atrás una marca morada y sangre escurriendo del labio

-Vamos Crío, no la marques o no nos pagaran por ella- contestó el hombre que la había mordido

-Eso no importa mientras esta estúpida rata siga causando problemas y siendo regresada- contestó y dirigió su mirada a la pequeña que tenía aplastada contra el sueño- ya van 3 veces que te regresan por ser una maldita lacra. Estoy pensando seriamente en venderte al burdel como la arrastrada que eres

Las palabras del hombre la asustaron, pero ella mantuvo su rostro serio y evitó que su olor la delatara, si esos hombres la vendían al burdel estaba acabada, no podría escapar de ahí.

-Solo es una maldita cría de 6 años, no entiendo porque tanto problema. Tal vez deberíamos matarla y dejar sus restos en el bosque oscuro para que los salvajes la devoren.

Había escuchado hablar de ellos antes, seres que perdían la racionalidad y se dejaban cegar por su instinto, tenían una regresión demasiado fuerte y no volvían a ser los mismos.

Por fin el hombre se levantó y ella respiró mejor- muévete rata

-Briana- su voz salió como un susurro, pero los hombres en la habitación lo escucharon- me llamo Briana, no rata

Sus palabras no eran fuertes, pero ambos hombres se estremecieron un poco al mirar los ojos azules de la chica. El poder emanaba de ella y los hacía sentir inseguros, lo cual solo los molestó.

"Era una estúpida chiquilla, ella no era nada cuando la recogieron y no era nada ahora que había pasado un año. Ellos eran fuertes, eran betas guerreros y una estúpida niñata no iba a intimidarlos"

Crío la golpeó fuertemente en el rostro, haciendo que su cabeza rebotara en el suelo, pero eso no lo tranquilizó, por lo que comenzó a patearla en el abdomen. Su compañero quería intervenir, pero también estaba molesto, así que esperó hasta que la chiquilla comenzó a toser sangre para detener a Crío.

Al ver que Briana se había desmayado por los golpes la tomó del cabello rubio, que por suerte era largo, y la arrastró hacia su celda. No se molestaron en subirla al camastro y la dejaron tirada en el suelo con sus heridas expuestas.







Pasaron 4 días antes de que Briana pudiera volver a probar alimento y cuando por fin le dieron algo de comer era solo un pan con moho.

Ella partió un pedazo del pan y lo dejó en el suelo, esperando que su pequeño compañero de celda apareciera, no paso mucho tiempo antes de que escuchara el chillido del animal. Una pequeña ratita se escabulló de un agujero y se acercó al pan, Briana acaricio al animal mientras ambos comían.

Las nuevas heridas le dolían, pero debía ser fuerte, saldría de ese infierno y se vengaría de todos los que la menospreciaron, comenzando con los padres que la abandonaron.

La Alpha (Los hijos de la Diosa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora