XIII

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Caminó por las calles, no miró a quienes dejaba atrás. Ella estaba determinada a realizar aquello.

Retaría al alpha y, sin importar el resultado de aquella pelea, ganaría. Si derrotaba al alpha se vengaría de todo lo que le había arrebatado, su sangre serviría como recompensa y alivio a su alma, y si moría se liberaría de aquella carga. Morir no le sonaba mal, una parte de ella añoraba eso, descansar y alcanzar a sus padres donde sea que ellos estuvieran. Abrazarlos y pedir que no la volvieran a abandonar.

Se situó enfrente de la casa del alpha y por un momento todo se detuvo. Sentía el aire a su alrededor y una voz conocida preguntó en su interior.

"¿Segura?"

"Segura"- contestó a aquella voz

- ¡Alpha!- gritó fuerte y todos a su alrededor se sobresaltaron por la intensidad de su timbre- ¡Alpha, sal! ¡Sal yo te reto!

Supo del impacto de sus palabras cuando los betas guardianes no la atacaron y solo se quedaron pasmados esperando. Sabían que en un reto entre alphas solo las partes involucradas podían interceder, si ellos actuaban destruirían la honra del alpha en turno.

- ¡Sal cobarde! - gritó nuevamente

Sabía que él respondería, ya que de lo contrario perdería la manada por deshonra y cobardía  

La puerta de la entrada se abrió y el hombre salió a la calle. No se veía asustado, al contrario, parecía aburrido y resignado. Como si aquel encuentro hubiera sido previsto con demasiado tiempo.

-Vaya, te habías tardado pequeña huérfana

Él lo decía queriendo eliminar los rumores o chismes que pudieran surgir de esa pequeña, pensando en la madre biológica muerta de la muchacha. Pero ella lo entendió como un insulto a los padres que acababa de perder y su ira aumento

- ¡Te reto! ¡Te desafío por el liderazgo de esta manada! - gritó y las personas a su alrededor se apartaron, dejando un gran círculo alrededor de los alphas.

-Tú, una muchacha- contestó mientras aguantaba una sonrisa- ¿me desafías? Deberías entender tú lugar y regresar al nido de ratas del que saliste

Lejos de molestarla, el insulto le divirtió. "Sí, ella venía de un nido de ratas y había sobrevivido a él. Ella había entrado al infierno buscando a sus padres y también sobrevivió a él. Ahora se enfrentaría al demonio de sus pasados y sobreviviría una vez más, ya que en este horrible y podrido mundo lo único que puedes hacer es sobrevivir y pelear contra todo y todos, jamás dejarse caer y hacer lo posible por respirar un día más"

Ese pensamiento alejó sus deseos de morir. ¿Cómo podría ver a sus padres a la cara si moría hoy?

Detrás del alpha salieron dos siluetas más, la omega y su arrogante hijo, ambos se veían confundidos y molestos en partes iguales. Su hijo traía con él un arco y flechas, preparado para enfrentarse a sus enemigos.

-Padre! Déjeme luchar a mi como futuro alpha! -pedía el joven, pero el alpha lo miró molesto y contestó

- ¡¿Acaso dudas de tu padre?! ¿Qué no ves quien me reta? - preguntó y su mirada recorrió a todos los que observaban la disputa- ¡Mírenla! No es más que una muchacha estúpida que no sabe identificar sus debilidades. Su lobo, aunque alpha, debe ser demasiado débil en el cuerpo de una mujer. Ahora aquí, demostrare por que los alphas son hombres y las mujeres nunca deben aspirar a algo tan grande.

Escuchaba las reacciones de alivio de los presentes, ellos creían en esas palabras y no estaban preocupados por su alpha, no creían que una mujer alpha fuera capaz de vencer a un alpha hombre.

La Alpha (Los hijos de la Diosa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora