El Omega.

Entrenamiento Pt.1

Habían pasado dos semanas desde la revisión de los omegas. Los betas e incluso los alfas ya habían sido revisados durante las dos semanas que habían pasado.

Aunque las cosas seguían siendo más incómodas con el hecho de el rubio era un Omega, ya que no sabían cómo tratarlo a la vez eran más peligrosas.

¿Por qué? Fácil, Bakugou no solo se había vuelto un poco más irritable de lo normal después de que durante una semana las preguntas hacia su segundo género si no también las características de su segundo género se hacían más notorias.

Todas las omegas y omegas habían tenido varios cambios en sus cuerpos durante las dos semanas que habían pasado.

Pero en especial en el salón de 1-A.

Cómo bien se sabía el Bakusquad contaba con la Omega con mejores piernas de toda la clase 1-A, Mina era una chica de personalidad que simplemente amabas, con un dulce aroma a chicle que causaba ternura en las personas.

Ahora con la primera fase en proceso, las piernas gracias a el entrenamiento y a su genética se habían marcado aún más sus muslos haciendo a varias personas babear por ello.

Su aroma a chicle te hacía querer acercarte más a ella para saber que aroma en específico era. Su cintura u caderas se habían marcado un poco más.

Bakugou no se quedó atrás con ella. Pues a pesar de tener una personalidad de mierda, nadie podía negar que Bakugou tenía uno de los mejores cuerpos, si no es que el mejor cuerpo de toda la academia.

La cintura, que nunca le habían puesto atención ahora podían ver era muy pequeña en realidad, acentuando más las caderas que se cargaba el rubio junto a aquel trasero que ocultaba detrás de los pantalones anchos y caídos que siempre usaba.

Sus piernas bien marcadas y gruesas junto a esos marcados pectorales hacían a más de un Alfa babear. Ahora podían verlo mejor gracias a su traje de héroe que estaba ajustado a su cuerpo dándole acceso a todas sus curvas.

No es que en ocasiones pasados no lo vieran, es solo que con la revelación de que el chico explosivo era un Omega hacia que los alfas y betas se sintieran con “derecho” de apreciar mejor las curvas del blondo.

Lamentablemente para los demás esto solo significa peligro para sus vidas, como en estos momentos lo era para un beta.

— ¿A donde crees que vas amigo?— Le preguntaba Sero a un pobre chico de la academia que estaba atrapado entre su cinta.

— Por favor déjame ir— Rogaba el chico mientras se retorcía en el fuerte agarre del pelinegro.

Pero la respuesta de Sero fue apretar más las cintas sacándole un poco el aire. Unos pasos pesados se dejaron escuchar logrando que el chico se pusiera más nervioso al oler las nuevas feromonas enojadas de un Alfa.

— “Pir fivir dijimi ir” ¿Estás pendejo o que? ¿Crees que después de que cachamos tu asqueroso pervertido ser grabar a nuestros amigos mientras ejercitaban vas a salir ileso?— La voz de Kirishima ahora gruesa por el enojo le causo escalofríos de terror al pobre beta, el aroma del alfa estaba causándole dile de nariz— Dame tu teléfono y saldrás con vida de aquí.

La amenaza cobro fuerza cuando la mano de Kirishima apretó el cuello del castaño.

El beta miró entre los dos alfas que lo tenían apresada antes de dirigir una rápida mirada hacia los omegas siendo custodiados por el alfa de la electricidad.

Sabía que había hecho mal. Pero no pudo resistirse al ver cómo el rubio explosivo empezó a practicar las sentadillas menos cuando la Omega rosada también empezo a practicar con el las sentadillas.