El Omega.

Huele Dulce

Ser un Omega apestaba. Katsuki podía jurar que no había Omega en la faz de la tierra que no llegara a pensar en eso por al menos una sola vez en su perra vida.

Desde el primer momento en el que te declaras con cualquier de los tres géneros, ser Omega empieza siendo un verdadero dolor en el culo.

Desde que se te etiqueta como " Omega" el mundo empieza a verte de manera diferente, te trata diferente y te habla diferente. Bakugou Katsuki tenía ocho años cuando empezó a entender la frase "Hipocrita" gracias a su mamá.

Cuando Katsuki tuvo la presentación de segundo género, Mitsuki esperaba que su único cachorro fuera un Alfa. Esta de mas decir que su madre estaba má que decepcionada de ver qué su hijo, quién se parecía tanto a ella, física como en actitud era al igual que ella un Omega.

Aún así ante los demás Mitsuki afirmaba que no importaba el género, si no el individuo, el valor que cada persona portaba por si mismo. Mientras detrás de las paredes le lanzaba mirabas de decepción a su hijo y lo forzó a ser mejor.

Su madre que siempre había renegado de su género, una mujer de carácter fuerte que contó con la suerte de toparse y enamorar a un Alfa de carácter pasivo, el cual para ser sinceros cumplía con el papel de Omega en todo menos género.

Desde ahi empezó el origen de más inseguridades de parte de Katsuki, desde ahí su actitud odiosa empezó a mostrarse más y más como manera de protegerse, con cada manera tosca y agresiva de su madre al estudiar o educarlo.

Katsuki tenía que trabajar el doble, por qué era Omega y físicamente era mas débil, estudiar el doble por qué era un Omega y eran catalogados como más estupidos, cuidarse el doble por qué era un Omega y había idiotas que podrían aprovechar eso. Su mamá era una bestia al momento de educarlo, gritándole e incluso siendo agresiva con el, lo cual no ayudo en su auto odio a su segundo género, pues como Omega buscaba desesperadamente comfort en el lazo familiar con su madre, causándole más daño que ayuda.

Si fuera Alfa no buscaría comfort en su lazo familiar. Si fuera Beta buscaría ayuda en alguien más.

Su madre lo estaba criando como si el fuera un Alfa, toda la vida lo vio como un Alfa y lo seguiría mirando así. Entrenando en las mañanas, teniendo dietas en las tardes.

— Mamá, La tía Inko fue quien me dio ese pastel — Mitsuki solo chisto la lengua mientras miraba el pastel.

— Si tragas aunque sea una sola mordida de esta mierda, tendrás que hacer diez vueltas más en la mañana— Amenazó mientras le dejaba el pastel a si alcancé.

No ayudaba de verdad que no ayudaba el hecho de Deku, de todas las personas existentes, era un Alfa. El imbécil llorón de su “amigo” era un Alfa, un Alfa con una madre que lo amaba y que lo mimaba a pesar de que como alfa estereotipicamente  hablando no necesitaba esa clase de mimos.

Una madre que apesar de tener un hijo “Alfa” no lo estaba obligando a ser el mejor, si no que lo dejaba vivir su infancia. ¿Por qué mierda tenía el que hacerlo? ¿Por qué mierda el como Omega estaba lleno de cortes en su mejilla cuando el idiota de Deku era llenado de besos?

Odio y odio con todo su ser a Deku en esos momentos.

No lo malentiendan, apestaba ser Omega por tanto prejuicio que había en la sociedad, a pesar de que estaba demostrado un Omega era capaz de varias cosas además de cocinar y tener hijos o ser un simple adorno para los alfas.

Apestaba por el dolor de los cólicos que recibía siempre que le venía su celo, dolores intensificados debido a que el no tenía menstruación como las mujeres y los dolores se acumulan debido a que como hombre Omega la sangre solo le saldría hasta su primer celo.