Capitulo 3

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Lola dio un pequeño brinco cuando las piedras de goma comenzaron a sonar en la ventana de su habitación. Hope se levantó de la cama lentamente hacia la ventana que estaba cruzando la habitación. Zayn, que segundos antes que Hope se levantara estaba acostado a su lado, la detuvo poniendo su mano sobre su brazo. No se sorprendió cuando una descarga eléctrica pasó desde su brazo extendiéndose por todo su cuerpo.

-¿Qué rayos haces?

-Voy a abrir a mis amigos –rio ante su cara de espanto-

-¿Tus amigos? –Asintió- ¿Por qué no tocan la puerta como gente normal?

Se acercó a él y tomo su cabeza entre sus manos. Bajo la cabeza depositando un beso en la cabellera morena de Zayn.

-Porque ellos no son normales.

Sin más que decir salió de la habitación dejando a Zayn totalmente embobado.

Cuando piso el último escalón, vio a las dos familias reunidas en la sala de estar. Paso frente a ellos y antes de poder acercarse a la puerta, su madre le hablo.

-Hija, tus amigos están aquí.

Ella la miro y asintió con la cabeza, sin siquiera darse cuenta se le escapo una sonrisa. Su madre sonrió aun mas, ¿Cuándo fue la última vez que había visto a su hija sonreír? Cuatro años, se respondió mentalmente. Se acercó a la puerta y camino hasta el gran portón con rejas.

-Apúrate niña, me hago cada vez más viejo aquí.

Andy, vestido como siempre con esos enormes pantalones color verde y su gran camiseta le daba perfecto con el estilo de un gran maestro del rap, mientras que Simón, se veía igual.

-Ya voy –rio-. Pasen, idiotas.

Andy entro y lo primero que hizo fue levantar a su pequeña hermanita por los aires. Cielos, amaba a esa niña con su vida. Le beso la mejilla cuando la dejo en el piso, pero cuando estaba tratando de mantenerse en pie con todo dándole vueltas, Simón hizo exactamente lo mismo que Andy, solo que esta vez no la bajo.

-Simón, bájame.

-Lo siento niña, pero no podré hacerlo.

-¡Simón Van Dan bájame en este mismo instante! Tengo visita, idiota, no puedo entrar estando arriba de tu hombro.

-Lo siento niña, no podré hacerlo. –Repitió la misma frase cada vez que su pequeña amiga le ordenaba que la bajase.

-¡Bien! Entonces entremos.

No lo pudo ver, pero en su rostro notaba aquella sonrisa triunfadora en el rostro de Simón. Miro a Andy que caminaba detrás de ellos y él le hacía variadas caras extrañas haciéndola sonreír. Ellos siempre intentaban hacerla reír a carcajadas, pero ella se negaba a aceptar que quedaba algo de felicidad en sí misma como para reírse de estupideces.

-Hola familia Ray –dijo Simon cuando entraron a la propiedad.

-Buenas tardes, señor y señora Ray. –Repitió el saludo de Simón y juntos subieron las escaleras hasta la parte superior de la casa-

-Me llegas a tirar idiota, y juro por mi orgullo, que te castro.

Ellos rieron ante la cruel amenaza de su amiga. Pasaron la puerta del baño, el cuarto de sus padres, el cuarto de huéspedes y por ultimo al final de todo, el dormitorio de Hope Ray. Andy abrió la puerta dejando pasar a Simón con Hope en su hombro y luego entro él.

-Enserio chicos, déjenme ahora mismo en el piso.

Simón miro a Andy. Andy asintió y esa fue la señal para que bajara a Hope en el piso de su habitación, sana y salva, como siempre.

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