Hope POV’S:
Francamente quería matar a Zayn. Nunca creí odiarlo, a decir verdad. Siempre creí que sería aquel amor de toda la vida.
Lola había tomado mi celular y me había instalado la aplicación de Instagram, me había prácticamente obligado a seguirla. Habíamos pasado casi toda la mañana mirando sus fotos, y en una, una en específico salía una chica hermosa con cabello morado. Era la novia de Zayn. Novia que aun tenía. Actualmente. Y prácticamente me había besado aun siendo su novio. Le había puesto los cuernos conmigo y como si fuera poco, me sentía una zorra.
No salí de mi habitación desde que Lola se había ido con sus padres a visitar otra familia conocida. Prácticamente me había pasado la tarde matándome la cabeza con comentarios como “eres una zorra que Zayn usa porque tiene a su novia lejos”, y dolía porque era cierto.
Me estaba debatiendo entre llamar a Andy y Simón para decirles que vayamos a algún lugar y escapar por unas horas, pero también quería quedarme en casa y seguir deprimida conmigo misma.
El reloj me marcaba las siete de la tarde. Es viernes, siete de la tarde y yo estoy en casa. Me siento como una virgen anti-social. Literalmente metí la cabeza en la almohada y solté un grito que estaba muy segura que el emperador japonés lo había oído. Tome mi celular que estaba a un lado de mi rostro y abrí la aplicación de Whatts App, el grupo que teníamos con Andy y Simón. Teclee rápidamente las palabras: “¿Andy nos prestas tu casa?” y dude en enviarlo.
La puerta de abajo hizo un ruido al abrirse y la voz de mi madre recibiendo a los invitados llego a mis oídos como si estuviera en la misma habitación. Sin pensarlo más, presione “enviar”. No quería ver su rostro. No por ahora. Aunque me sentía mal dejando a Lola, pero no podía llevarla con nosotros. No esta vez. Sabía como éramos cada vez que nos juntamos los tres juntos en la casa de Andy, y nada bueno pasaría con ella. Dos tildes azules me informaron que ambos habían visto el mensaje y rápidamente me llego la respuesta: “los espero”. Sonreí y me levante rápidamente de la cama.
Me acerque al closet y saque unos pantalones estilo militar anchos que me llegaban hasta la rodilla, una camiseta negra con la estampa de una banda y unas zapatillas negras con pequeñas cosas en blanco. Peine mi cabello hacia un costado dejándolo lacio y con el gran fleco a un lado. Combine sombras negras y me delinee los ojos. Probé un labial que mi madre me había regalado color rojo, un rojo muy hermoso y hacia que mis labios brillen.
Me lance al celular cuando sonó en la cama y abrí el mensaje de Simón: “Estoy abajo, pequeña idiota”. Tome el bolso que estaba a un lado de la cama, en el piso y abrí la puerta. La cerré bajo llave para evitar ojos curiosos y corrí escaleras abajo lo más rápido posible mirando los escalones para no tropezarme. Me tome de un lado de la pared para poder correr hacia la cocina donde se encontraban todos.
-Mama, me voy.
-Claro hija.
Me sonrió. Me acerque a saludar a cada uno para evitar ser descortés. Cuando mis labios tocaron las mejillas de cada uno presente, volví a correr hacia la salida. Escuche el grito de Simón afuera y reí. Era muy poco paciente.
-¡Hope!
Me voltee rápidamente como respuesta a que necesitaba Lola. Francamente quería pasar el menor tiempo posible aquí. No quería verle el rostro a ese maldito. Mi respiración casi se detuvo cuando lo vi llegar detrás de ella, con una estúpida sonrisa en su rostro. Quería borrársela.
-¿Qué necesitas? –Soné algo seca a decir verdad, pero no fue mi intención. Me miro desconcertada.
-Em, solo quería preguntarte si volverías por la noche.