Breakfast

Dos

  

   Mina era lo que podría definirse como el álter ego de Izuku; eran como dos polos opuestos y a la vez complementarios. Ya no sabían ni cuantos años llevaban siendo los mejores amigos. Llevaban compartidos tantos años, tantos novietes, tantos alquileres que era imposible datar aquello.

   La primera vez que supieron que eran más que amigos fue cuando Mina consiguió trabajo en el programa de radio de máxima audiencia de Hizashi Yamada en Plus Radio. Era uno de esos programas nocturnos en los que almas clamaba por su minuto de gloria contando desgracias inverosímiles.

   Mina había estudiado Marketing y Relaciones Públicas pero lo que se dice tener experiencia en lo suyo, más bien poca o ninguna.

    El caso es que de aquella etapa de solicitudes de empleo nunca contestadas, salió algo bueno. Mina consiguió la entrevista en Plus Radio. La semana previa a la prueba perdió peso, dinero y pelo. El apetito habitual de Mina era voraz. El hambre y el remordimiento por haber comido formaban parte de su vida. ¿El dinero? Estaba tan ansiosa por impresionar que decidió renovar su vestuario con todo lo que ello supuso. Bolso, medias, fular y, por supuesto, zapatos. ¿Había mayor placer que darse al vicio del calzado?

   El día D a la hora casi H, se personó en Plus Radio un cuarto de hora antes. Destilaba esnobismo por todos los poros: chaqueta de BAPE, vaqueros de KAPITAL, zapatos MIU MIU, y un bolsito del mercadillo que le daba un toque indie. Llevaba un portafolio, y dentro de él, tantos expedientes laborales como tinta tenía la impresora de Katsuki.

   Katsuki representaba para Izuku, Mina y Neito algo así como la cordura en medio del naufragio que eran sus vidas. Él era la antítesis de cualquiera de los tres: informático de ocho a tres. Hasta la jornada laboral de Katsuki era ideal. Cuando se acercaba el peligroso momento veintialgo de cada mes, él era para el resto de la pandilla más que una salvación. De los cuatro, era el único que sabía que la palabra "ahorro" figuraba en el diccionario. Lo malo es que Los Tres Mosqueteros (Neito, Mina e Izuku), eran más conscientes que él de que "pobreza" es sinónimo de miseria, escasez, penuria... Así que eran incontables los fines de mes en los que Katsuki tenía que hacer bizum y financiar algo caliente para cenar.

   Mina se presento en la entrevista teniendo claro que aquella oportunidad llevaba su nombre y no pensaba dejarla escapar. Era consiente de que aquel empleo era lo más suculento y honorable que le habían ofrecido.

   Cuando llegó al imponente edificio de la emisora, respiró profundamente y entró.

   ‐ ¡Ay, Diossss!- se le escapó un suspiro tan intenso que la recepcionista sin estresar de  detrás del mostrador a punto estuvo de romper la uña del pulgar que se estaba limando. Por fin apareció una chica taconeando por el pasillo de mármol.

   - ¡Hola, tú debes de ser Mina Ashido! Yo soy Yu Takeyama, directora de Recursos Humanos. Sígueme, te esperábamos- La joven, sofisticada y curvilínea directiva la invitó a continuar por el pasillo hasta llegar a una puerta con cristal opaco. Yu la animó a que entrase mientras iba a avisar a sus colegas de que ya estaban preparadas para la entrevista.

   Cuando Mina se sentó en el impresionante sofá de piel, reparó en que el despacho era muy amplio y frío. Sintió tanto frío de golpe que notó como se le rebelaban los pezones.

   "¡No, no...! Mi primera entrevista importante y yo empitonada. Mal empezamos...", pensó.

   Como Yu Takeyama la había dejado sola en la sala congelador, pensó en frotarse disimuladamente en un intento de borrar la evidencia de que tenía frío. Pero justo cuando iba a empezar la sesión de exploración mamaria, recordó que había leído un artículo sobre las nuevas tendencias empresariales. Hablaba de la novedosa táctica de dejar al pobre entrevistado solo en una habitación durante un corto tiempo y controlar, mediante una web cam, su actitud y sus reacciones. Así que no se tocó nada de nada. Respiró hondo y empezó a contar hasta diez: