Hay submundos que el ojo humano no puede ver, no se le está permitido, y que no se puedan ver no significa que no estén ahí, porque siempre lo han estado. El sacerdote y El soldado son dos personajes tan diferentes como el agua y el aceite, aunque a...
Nunca imaginó que este día llegaría tan pronto. Claro que pensaba en la muerte, pero no era algo que le preocupara o le quitara el sueño por las noches, ya que se suponía que iba a vivir mil años. Esa era la edad aproximada para las hadas. Sin embargo, a sus quince años, sin nunca haberse enamorado ni experimentado todo aquello que su abuela le contaba que iba a sentir algún día, se vio despojada a otra realidad.
El Submundo de las hadas estaba siendo atacado por fuerzas mayores.
Su escondite no le sirvió para nada, sus gritos no funcionaron para que su asesino se detuviera.
A sus quince años, Claribel, una de las hadas más pequeñas del Submundo, dió su último respiro.
Pero no lo hizo sin antes observar fijamente los ojos del asesino, quien no poseía ojos. Una sombra no es más que una sombra, pero tienen poderes que los otros Submundos no quieren descubrir.
Con el último parpadeo de Claribel, el Submundo de las hadas dejó de existir. No quedó nada, solo caos, muerte y destrucción.
Se desconoce si quedó un hada viva.
La luz que tanto caracterizaba a las hadas fue engullida y masticada con desprecio y odio por la oscuridad.
Nos gusta pensar que la luz es más fuerte que la oscuridad, pero nos equivocamos rotundamente. Esto no puede ser así, pero lo creemos porque olvidamos un factor fundamental:
La luz no conoce la oscuridad, pero la oscuridad sí conoce la luz.
Cuánto más brille la luz, aún más oscuras serán las sombras que desde atrás acechan.
Esperando para destruirlo todo a su paso.
🌀🌀🌀🌀🌀🌀🌀🌀🌀🌀🌀🌀
*Fatum: Significa hada en latín.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
