Capítulo X Preguntas comunes respecto al sentido de la vida

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Las preguntas sobre el significado de la vida se han expresado de muchas formas, incluyendo las siguientes:

¿Cuál es el sentido de la vida? ¿Quiénes somos?
¿Por qué estamos aquí? ¿Para qué estamos aquí?
¿Cuál es el origen de la vida?
¿Cuál es la naturaleza de la vida? ¿Cuál es la naturaleza de la realidad?
¿Cuál es el propósito de la vida? ¿Cuál es la propósito de nuestra vida?
¿Cuál es el significado de la vida? ¿Qué es lo significativo y valioso en la vida?
¿Cuál es el valor de la vida?
¿Cuál es la razón para vivir? ¿Para qué estamos viviendo?

Estas preguntas han resultado en un amplio rango de argumentos y respuestas competentes, de teorías científicas para explicaciones filosóficas, teológicas y espirituales.

Perspectivas filosóficas occidentales

Filosofía griega antigua

Platonismo

Platón fue uno de los primeros y más influyentes filósofos, especialmente por idealismo, que creería en un sentido común de la vida. En su Teoría de las Formas, lo común no existe físicamente, como los objetos, sino como formas celestiales. En La República, Sócrates describe, en una de sus intervenciones, una idea de bien.

Para el Platonismo, el sentido de la vida se halla en la consecución de una forma superior de conocimiento, la cuál es la idea (forma) del bien, de la cuál todo lo bueno y lo justo obtiene utilidad y valor.

Aristotelismo

Aristóteles, aprendiz de Platón, fue otro filósofo temprano e influyente, el cuál argumentaba que el conocimiento ético no es conocimiento certero (como la metafísica y la epistemología), sino que es un conocimiento general. Dado que no es una disciplina teórica, una persona ha de estudiar y ponerlo en práctica para ser bueno, y entonces la persona pasaría a ser virtuosa; afirmaba que no era meramente el estudio de lo que la virtud es, sino que habría de ser virtuoso mediante actividades virtuosas. Para este fin, Aristóteles estableció lo que para él era virtuoso:

"Todas las artes, todas las indagaciones metódicas del espíritu, lo mismo que todos nuestros actos y todas nuestras determinaciones morales, tienen al parecer siempre por mira algún bien que deseamos conseguir; y por esta razón ha sido exactamente definido el bien, cuando se ha dicho, que es el objeto de todas nuestras aspiraciones".

Moral a Nicómaco. Libro primero. I.

Sin embargo, si el acto A tiene como finalidad B, y B, a su vez tiene como finalidad C, C habría de tener también un objetivo, de modo que continuaría el patrón hasta que algo detuviera la regresión infinita. La solución de Aristóteles era el Bien Supremo, que sería deseable por sí, siendo él su propia meta. El Bien Supremo no sería deseable con el objetivo de obtener otro bien, siendo todos los bienes deseables a causa suya. Esto implica conseguir la Eudaemonia, traducido como felicidad, bienestar y excelencia.

Según Aristóteles, y, que concuerdo con ello. Veía que todo lo que hacemos en la vida; trabajos, metas, ambiciones, son para un bien en general; el sentido de la vida debería ser un bien supremo, el cual la meta de este seria este mismo.

¿Cuál es el sentido de la vida?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora