***Caroline***
Recuerdo poco sobre lo que sucedió anoche. Las imágenes se reproducían en mi mente como grandes manchas borrosas que no conseguía descifrar. Solo recuerdo que me encontraba mal. Muy mal. Era como si mi cabeza diera vueltas sin control alguno.
Recuerdo caer al suelo, dejarme caer sin tener en cuenta lo que me podía pasar. No podía controlarlo, no podía aguantar más despierta. Una sensación de cansancio me invadió de un segundo a otro, como si hubiera acabado con toda mi energía en un segundo.
Lo último que recuerdo de esa noche es sentir como Klaus me cogía entre sus brazos después de impactar contra el suelo. Luego, Nada. Tan solo una mancha negra.
Desperté la mañana siguiente en mi cama como de costumbre solo que me sentía diferente. Me dolía todo. Un dolor que no sentía desde hace mucho tiempo. Sentía unas punzadas en la espalda horribles, como si me estuvieran clavando mil agujas detrás. El dolor de mi espalda no era comparable con el estallido que tenía en mi cabeza. Ese día era peor que cuando tuve la caída en cuanto a dolor de mi cabeza. El día anterior era más como un mareo, cansancio. Esta vez, era como si me estuvieran golpeando la cabeza con un martillo. Hacia muchos años que mi dolor no duraba tanto, no desde que era humana, pero que el dolor marcharía tan pronto como había llegado, que me curaría en unas horas, pues es lo que ocurría siempre.
Estuve toda la mañana durmiendo a ratos y despierta. No soportaba estar alerta por más de media hora, el dolor era tan fuerte que se me cerraban los ojos. Era como si no tuviera control alguno sobre ellos.
A medida que pasaba la mañana, el dolor iba cesando poco a poco, pero mi curiosidad aumentaba. Tenía mucha curiosidad por saber todo lo que ocurrió en cuanto me desmayé y como llegué de vuelta a mi cama como si fuera una mañana normal como otra.
Durante la mañana recibí numerosas visitas entre ellas, vino Klaus a verme varias veces para comprobar si estaba bien. Me gustaba que se preocupara por mí y estaba muy agradecida, me sentía querida. Klaus tenía una cara de preocupación muy grande todas y cada una de las veces que vino y no comprendía porqué. Me encontraba mal, era normal por la caída que tuve pero me iba a recuperar al cabo de unas horas así que estaba asustada sobre el porqué estaba él tan preocupado por una tonta caída. Es decir, Klaus está casi siempre tranquilo, siempre piensa que todo tiene solución y siempre tiene un plan para todo. No entendía cual era el motivo de su inquietud.
Durante su visita me hablo con una voz dulce como de costumbre, calmada, aunque tenía un trasfondo de agobio y preocupación.
—Caroline...— me dijo Klaus.
— Hola— dije con pocas fuerzas.
—¿Cómo te encuentras?— Me preguntó con cara de preocupación.
— Bien... Bueno— empecé a decir—Un poco dolorida pero bien.
— Me alegro— dijo.
—¿Qué te ocurre?— pregunté al ver su cara de preocupación
Quería descubrir que había detrás de esa sonrisa que me estaba mostrando en ese momento. Una nerviosa.
—Nada...—dijo él con una sonrisa muy forzada— Es solo que ha sido una noche larga y estoy un poco cansado.
—Si pasa algo sabes que me lo puedes contar Klaus— le dije— Puedes contar conmigo.
— Lo sé— dijo con una sonrisa natural— Y quiero que sepas que puedes contar conmigo siempre también.
Nos sonreímos aunque no acaba de creerme lo que Klaus me contaba. A pesar de eso, no le di mucha importancia durante el resto de nuestra conversación.
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We belong together (Español)
FanfictionCaroline, después de la partida de Klaus a Nueva Orleans, aunque se sintió aliviada, un vacío quedó en su vida. Cuando por fin superó su amor por Klaus, una invitación a la boda del mismo hizo que sus vidas se volvieran a cruzar, una vez más. Klaus...